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Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan

Derechos civiles: De Sundance a Selma, pasando por Carolina del Sur

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La primera vez que se proyectó una película en la Casa Blanca fue el 21 de marzo de 1915. El presidente Woodrow Wilson se sentó a ver “El nacimiento de una nación” de D.W. Griffith. La película, considerada una de las más abiertamente racistas de todos los tiempos, falsifica la historia de la Reconstrucción y representa a los afroestadounidenses liberados de la esclavitud como dominantes, violentos y opresivos hacia los blancos sureños. El presidente Wilson dijo de la película: “Es como escribir la historia con relámpagos, y lo único que lamento es que sea todo tan terriblemente cierto”. La película serviría como una poderosa herramienta de reclutamiento para el Ku Klux Klan.

Cien años más tarde, la Casa Blanca fue escenario de la proyección de otra película, esta vez por invitación del primer presidente afroestadounidense. La película fue “Selma”. La directora de la película, Ava DuVernay, la miró junto con el presidente y la primera dama. Conocí a DuVernay en el Festival de Cine Sundance en Park City, Utah donde, en 2012, fue la primera mujer afroestadounidense en ganar el premio a Mejor dirección por una película anterior. La entrevisté en las oficinas de Sundance, donde relató sus sentimientos después de la proyección: “Fue hermoso estar en la Casa Blanca en 2015 con una película como 'Selma' sabiendo que en 1915 la primera película proyectada en la Casa Blanca fue 'El nacimiento de una nación'”.

“Selma” relata la historia de uno de los momentos clave del movimiento por los derechos civiles: las marchas de 1965 desde Selma hasta Montgomery, recordadas especialmente por el llamado “Domingo Sangriento” del 7 de marzo de 1965, cuando la marcha fue violentamente atacada por la policía del estado de Alabama en momentos en que estaba atravesando el puente Edmund Pettus. Un joven John Lewis, entonces líder del Comité de Coordinación Estudiantil No Violento, y actualmente miembro del Congreso de larga data, fue uno de los organizadores de la marcha. La policía lo golpeó, al punto de dejarlo todo ensangrentado y con una fractura de cráneo. La película de DuVernay presenta esa marcha en su contexto histórico. DuVernay explicó: “’Selma’ es una historia sobre justicia y dignidad. Es sobre la vida de estas personas corrientes. Eso es lo que me encantó de la película, que no se llama King, que cuando llegué al proyecto se llamaba Selma. Es sobre el poder de la gente. Es sobre voces que empiezan a hacerse oír”.

La historia también es sobre el Dr. Martin Luther King Jr., quien jugó un papel central en la organización de las marchas de respuesta al “Domingo Sangriento”. DuVernay me dijo: “No se había hecho en 50 años. No hay ninguna película producida por un gran estudio, ni de cine independiente, con King como figura central, en los 50 años desde que estos eventos sucedieron, cuando tenemos películas biográficas sobre todo tipo de personajes ridículos. ¿Y ninguna sobre Martin Luther King? No hay ninguna representación cinematográfica que sea significativa y centrada. Así que esto era algo que no podía dejar pasar”.

“Selma” obtuvo atención a nivel nacional, no solo por haber sido nominada al Oscar a la mejor película, sino también porque DuVernay no fue nominada a mejor dirección, lo que desató furor en las redes sociales bajo la etiqueta de Twitter “#OscarsSoWhite” (Qué premios Oscar tan blancos, en español). Una encuesta de 2012 realizada por el periódico Los Angeles Times halló que los votantes de los Oscar son en un 94% blancos y en un 76% hombres, y la edad promedio es de 63 años.

La película también ha desatado controversia debido a su representación del presidente Lyndon Johnson como un político reacio al derecho al voto, en ocasiones, incluso, directamente obstruccionista, ordenando medidas como el seguimiento y acoso de King por parte del FBI. “No estoy aquí para rehabilitar la imagen de nadie ni ser custodio del legado de nadie. De lo que he leído, aprendido y escuchado, y de lo que sé y he hablado con muchas de las personas que estuvieron allí, es que había una relación de respeto por parte de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, que lideraba King, pero que constantemente debían estar presionando y presionando”, me dijo DuVernay, y continuó: “Tenemos que trabajar sin pedir permiso. Sobre todo como mujeres que somos parte de esta industria. ¿A quién le estamos pidiendo permiso para hacer lo que queremos hacer? Eso hay que erradicarlo; hay que elegir un camino y empezar a caminar”.

Lejos de Sundance, pero no tan lejos de Selma, un drama de la vida real se desarrolló esta semana en un tribunal de Carolina del Sur, donde fueron anuladas las condenas del año 1961 contra un grupo de activistas de derechos civiles. Los conocidos como los “Friendship Nine” fueron nueve jóvenes afroestadounidenses que se sentaron en un bar solo para blancos en Rock Hill, Carolina del Sur. Fueron condenados a 30 días de trabajos forzados. El miércoles, el juez del Tribunal de Circuito John C. Hayes III revocó sus condenas y afirmó: “No podemos reescribir la historia, pero sí podemos enderezar la historia”. El Juez Hayes es sobrino del juez que condenó a estos hombres hace 54 años. El Procurador del Decimosexto Circuito, Kevin Brackett, agradeció a los Friendship Nine, en su nombre y en nombre de su hija, por hacer del estado de Carolina del Sur y del país un lugar mejor.

En Selma, durante el fin de semana del 7 de marzo, se congregarán personas de todo el mundo para conmemorar el 50o aniversario de la histórica marcha del “Domingo Sangriento”. Barack Obama, presidente de Estados Unidos, también estará allí. El cambio llega; poco a poco, pero llega. ¿Acaso estará cerca el nacimiento de una nueva nación?

Derechos civiles: De Sundance a Selma, pasando por Carolina del Sur

Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan
Amy Goodman
lunes, 2 de febrero de 2015, 08:05 h (CET)
La primera vez que se proyectó una película en la Casa Blanca fue el 21 de marzo de 1915. El presidente Woodrow Wilson se sentó a ver “El nacimiento de una nación” de D.W. Griffith. La película, considerada una de las más abiertamente racistas de todos los tiempos, falsifica la historia de la Reconstrucción y representa a los afroestadounidenses liberados de la esclavitud como dominantes, violentos y opresivos hacia los blancos sureños. El presidente Wilson dijo de la película: “Es como escribir la historia con relámpagos, y lo único que lamento es que sea todo tan terriblemente cierto”. La película serviría como una poderosa herramienta de reclutamiento para el Ku Klux Klan.

Cien años más tarde, la Casa Blanca fue escenario de la proyección de otra película, esta vez por invitación del primer presidente afroestadounidense. La película fue “Selma”. La directora de la película, Ava DuVernay, la miró junto con el presidente y la primera dama. Conocí a DuVernay en el Festival de Cine Sundance en Park City, Utah donde, en 2012, fue la primera mujer afroestadounidense en ganar el premio a Mejor dirección por una película anterior. La entrevisté en las oficinas de Sundance, donde relató sus sentimientos después de la proyección: “Fue hermoso estar en la Casa Blanca en 2015 con una película como 'Selma' sabiendo que en 1915 la primera película proyectada en la Casa Blanca fue 'El nacimiento de una nación'”.

“Selma” relata la historia de uno de los momentos clave del movimiento por los derechos civiles: las marchas de 1965 desde Selma hasta Montgomery, recordadas especialmente por el llamado “Domingo Sangriento” del 7 de marzo de 1965, cuando la marcha fue violentamente atacada por la policía del estado de Alabama en momentos en que estaba atravesando el puente Edmund Pettus. Un joven John Lewis, entonces líder del Comité de Coordinación Estudiantil No Violento, y actualmente miembro del Congreso de larga data, fue uno de los organizadores de la marcha. La policía lo golpeó, al punto de dejarlo todo ensangrentado y con una fractura de cráneo. La película de DuVernay presenta esa marcha en su contexto histórico. DuVernay explicó: “’Selma’ es una historia sobre justicia y dignidad. Es sobre la vida de estas personas corrientes. Eso es lo que me encantó de la película, que no se llama King, que cuando llegué al proyecto se llamaba Selma. Es sobre el poder de la gente. Es sobre voces que empiezan a hacerse oír”.

La historia también es sobre el Dr. Martin Luther King Jr., quien jugó un papel central en la organización de las marchas de respuesta al “Domingo Sangriento”. DuVernay me dijo: “No se había hecho en 50 años. No hay ninguna película producida por un gran estudio, ni de cine independiente, con King como figura central, en los 50 años desde que estos eventos sucedieron, cuando tenemos películas biográficas sobre todo tipo de personajes ridículos. ¿Y ninguna sobre Martin Luther King? No hay ninguna representación cinematográfica que sea significativa y centrada. Así que esto era algo que no podía dejar pasar”.

“Selma” obtuvo atención a nivel nacional, no solo por haber sido nominada al Oscar a la mejor película, sino también porque DuVernay no fue nominada a mejor dirección, lo que desató furor en las redes sociales bajo la etiqueta de Twitter “#OscarsSoWhite” (Qué premios Oscar tan blancos, en español). Una encuesta de 2012 realizada por el periódico Los Angeles Times halló que los votantes de los Oscar son en un 94% blancos y en un 76% hombres, y la edad promedio es de 63 años.

La película también ha desatado controversia debido a su representación del presidente Lyndon Johnson como un político reacio al derecho al voto, en ocasiones, incluso, directamente obstruccionista, ordenando medidas como el seguimiento y acoso de King por parte del FBI. “No estoy aquí para rehabilitar la imagen de nadie ni ser custodio del legado de nadie. De lo que he leído, aprendido y escuchado, y de lo que sé y he hablado con muchas de las personas que estuvieron allí, es que había una relación de respeto por parte de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, que lideraba King, pero que constantemente debían estar presionando y presionando”, me dijo DuVernay, y continuó: “Tenemos que trabajar sin pedir permiso. Sobre todo como mujeres que somos parte de esta industria. ¿A quién le estamos pidiendo permiso para hacer lo que queremos hacer? Eso hay que erradicarlo; hay que elegir un camino y empezar a caminar”.

Lejos de Sundance, pero no tan lejos de Selma, un drama de la vida real se desarrolló esta semana en un tribunal de Carolina del Sur, donde fueron anuladas las condenas del año 1961 contra un grupo de activistas de derechos civiles. Los conocidos como los “Friendship Nine” fueron nueve jóvenes afroestadounidenses que se sentaron en un bar solo para blancos en Rock Hill, Carolina del Sur. Fueron condenados a 30 días de trabajos forzados. El miércoles, el juez del Tribunal de Circuito John C. Hayes III revocó sus condenas y afirmó: “No podemos reescribir la historia, pero sí podemos enderezar la historia”. El Juez Hayes es sobrino del juez que condenó a estos hombres hace 54 años. El Procurador del Decimosexto Circuito, Kevin Brackett, agradeció a los Friendship Nine, en su nombre y en nombre de su hija, por hacer del estado de Carolina del Sur y del país un lugar mejor.

En Selma, durante el fin de semana del 7 de marzo, se congregarán personas de todo el mundo para conmemorar el 50o aniversario de la histórica marcha del “Domingo Sangriento”. Barack Obama, presidente de Estados Unidos, también estará allí. El cambio llega; poco a poco, pero llega. ¿Acaso estará cerca el nacimiento de una nueva nación?

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