Dejemos las cosas claras desde el principio: en el deporte, como en las demás facetas de la vida, hay personas que son líderes y otras que, aunque crean serlo o les hayan colgado ese sanbenito, sencillamente no saben -o no pueden- responder a ese calificativo.

¿Qué es un líder? Una persona a la que un grupo reconoce como jefe u orientador, porque da ejemplo con su labor y muestra un camino hacia el éxito. Los Cleveland Cavaliers saben quién es su líder en la cancha y no puede ser otro que su gran estrella Lebron James. Pero la juventud de éste le viene pasando factura a su equipo en la Final del Este. Los dos primeros partidos han sido calcados: las defensas se impusieron sobre los ataques y el resultado llegó igualado a los últimos instantes. James pudo decidir ambos encuentros jugándose el último tiro; sin embargo, prefirió dar un pase más para que fueran sus compañeros quienes asumieran la responsabilidad de decidir el signo del encuentro. En ambas ocasiones, fallaron.

Cuando lean estas líneas, Cleveland y Detroit habrán disputado el tercer encuentro y ya sabremos si Lebron ha madurado en ese sentido. Mientras, en España, los secundarios han demostrado que cuando los líderes fallan, sí se puede contar con ellos. Y si no, que se lo pregunten a Dusko Ivanovic, quien ha conseguido que su Barcelona se clasifique a semifinales (espera el Tau) gracias a la aportación del pívot italiano Denis Marconato y del alero griego Kakiouzis. El Pamesa Valencia fue doblegado por un Madrid donde brilló el belga Axel Hervelle, carne de NBA para dentro de dos temporadas. Y mientras, DKV y Gran Canaria estirarán su serie hasta el quinto partido gracias a la reacción de los de Salva Maldonado tras caer en los dos primeros envites. De ahí saldrá el rival del Real Madrid. ¿De veras alguien sigue pensando que era mejor quedar líder de la regular?