Antes de sumergirnos en la película de la semana –sí, por supuesto, la misma que ha tomado al abordaje la cartelera-, me gustaría hacer un breve inciso para recordar que, en plena vorágine electoral –ahora ya vivimos sus últimos coletazos-, se ha estrenado en nuestro país 2 rivales casi iguales, una cinta patria sobre este asunto. La película, cinematográficamente hablando, no aporta nada -incluso podría restar muchos puntos si fuésemos rigurosos en nuestros quehaceres e hiciésemos como en Eurovisión-, pero dado que la política, nos guste o no, influye seriamente en nuestro día a día, es de recibo que podamos reírnos de nuestros políticos, sin nombres ni apellidos y de todos los colores y siglas, en aspectos menos serios y más críticos como puede ser esta película. 2 rivales gemelos -¿no son todos los políticos más o menos iguales?-, y un objetivo común: un sillón. Puede que no venga a cuento, pero los dos personajes, claro está, son interpretados por el mismo actor: Andoni Gracia. Le vimos, y esto es lo importante, en la imprescindible, háganme caso, El habitante incierto.
Sí, ya seguimos con los mares, los barquitos y los piratas salidos de una caseta de feria que han desembarcado en nuestra cartelera. De vez en cuando, la industria rescata géneros anclados en el clasicismo de los estudios. Con la oveja negra de lado, al western me refiero, primero le tocó la varita mágica al musical y luego a las aventuras de estos “delincuentes” de los océanos. Digo lo de delincuentes, porque pese a todo, por la magia del cine, supongo, lo canalla se convierte en atractivo para el público. Y he ahora que, tras el posible recelo auspiciado por los hundimientos sin remedio de Piratas -de un Polanski aún sin Oscar- o La isla de las cabezas cortadas -de un Harlin entregado a su entonces pareja y protagonista Geena Davis-, las cifras parecen cuadrar y dar la razón a los cofres del tesoro enterrados en esa isla desierta, concretamente aquí la atracción de un parque temático.
Si la fórmula funciona, ¿quién se atreve a cambiarla ante el riesgo de naufragar?. La maldición de la perla negra, El cofre del hombre muerto y ahora En el fin del mundo tienen varios elementos en común aparte de su nombre de pila: Piratas del Caribe. Este es ya sinónimo de su director –Gore Verbinski-, su reparto –Johny Depp, Orlando Bloom, Keira Knightley, Geoffrey Rush… cada uno en su línea, unos como Depp soberbio y otros como Bloom más lamentables, porque de la señorita nos guardamos nuestros pensamientos- y los ingredientes secretos que todo buen brebaje de bucanero destila en los tiempos presentes: acción, amor, efectos especiales y, algo muy importante en la trilogía, humor propio y distante del habitual. Sin embargo, la repetición puede conducir al aburrimiento, así que conviene alternar algunas piezas sobre el tablón de juego para que eso no ocurra. En este caso, el primero movimiento consiste en alterar el orden lógico y . Si a esto le sumamos la presencia de una estrella asiática como convidado de piedra –el cada vez más asentado en Hollywood Chow Yun Fat-, y la aparición fugaz pero suficientemente anunciada y vendida del “rolling” Keith Richards –al final acallada por su reputación de “esnifa cenizas paternas” no vaya a ser que a su hijo en la ficción le de por hacer lo mismo-, tenemos la combinación perfecta para deslumbrar una vez más al público objetivo: todos. El ritmo del metraje, que también se antoja excesivamente largo para lo que necesitaría, no cobra vida hasta que aparece el alma de la saga al completo: Jack Sparrow. Mientras tanto, la historia parece divagar sin rumbo claro. Cuando eso sucede, el dinamismo fluye cerrando situaciones generadas en entregas anteriores y hasta encumbrarse con una majestuosa batalla final a medio camino entre La tormenta perfecta y La guerra de las galaxias.
Hasta el caviar en exceso, lo digo por suposición no por comprobación experimental ya pueden intuir, debe llegar a cansar, así que renovarse o morir. Merece la pena quedarse hasta el final, y digo ¡hasta el final! para que quede claro. Cerrando la botella de ron para que sus efectos no nos jueguen una mala pasada y la esencia no se pierda, uno se pregunta si, dada la rentabilidad de la trilogía y la predisposición del equipo para continuar –aunque algunos quieran saltar por la borda y a otros les quieran tirar-, ¿habrá llegado la saga a un punto muerto?. Ahora están allí, pero hasta cuando: en el fin del mundo, ¿por mucho tiempo?.
FICHA TÉCNICA
- Calificación: 2
- Director: Gore Verbinski.
- Reparto: Johny Depp, Orlando Bloom, Keira Knightley, Geoffrey Rush y Chow Yun Fat