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Rafael Hernández

La mala educación de Rakocevic

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La clasificación de la liga regular fue caprichosa, el TAU Cerámica quedó primero y el Unicaja octavo, de ahí, que se vieran las caras en el playoff, a las primeras de cambio, los dos últimos finalistas de la ACB, donde, por entonces, el Unicaja de Garbajosa se deshizo de los vitorianos, llevando para Málaga la tan ansiada liga que se les “debía” al club andaluz, desde aquel “triple” de Ansley contra el Barcelona.

El primer encuentro en Vitoria no tuvo color. Los de Bozidar Maljkovic pasaron por encima de los de Scariolo, que han realizado una temporada muy irregular, a pesar de haber conseguido el histórico pase a la Final Tour de Atenas, donde plantaron cara al CSKA de Moscú, un equipo muy habituado a estas grandes competiciones.
La baja de Daniel Santiago, unido a que el Baskonia es un equipo que cada año va a más está mostrando una eliminatoria muy desequilibrada, en el que un jugador está brillando por encima de todos, Igor Rakocevic.

El serbio ha realizado dos encuentros formidables. En el primero anotó 33 puntos en apenas diez minutos, con una serie inmaculada en triples de 8 de 8.
Dos días después, los mismos equipos se volvían a ver las caras, ahora en el Pabellón Martín Carpena de Málaga y, desde el comienzo, se volvió a ver que sólo habría un equipo sobre la pista durante el partido. El TAU volvió a destrozar al Unicaja y Rakocevic volvió a llegar a la treintena de puntos.

“Boza” decidió sustituir al escolta y el Martín Carpena lo despidió con aplausos y rendido al juego que había desplegado el jugador. Hasta ahí todo normal y acorde con la deportividad que se suele ver en este deporte, pero… Igor Rakocevic decidió no terminar la batalla que había ganado en la pista y decidió retar al público que había reconocido su buen juego. Se dirigió hacia el mismo, con tono chulesco y haciendo gestos de adiós con la mano, lo que provocó que la afición de Málaga, poco acostumbrada a perder, se encendiera y reprochara al serbio su chulería.
Si esto no fue suficiente, cuando pocos minutos después concluyó el choque, fueron los jugadores malagueños los que se dirigieron a Rakocevic, con Marcus Brown como protagonista, lo que provocó un final de partido más que movido.

No se si a ustedes les pasó, pero a mi se me vino a la cabeza la imagen, del compatriota del escolta del Tau, y ex jugador baskonista, Predrag Drobnjak, el cual nos tiene acostumbrados a meterse en continuas broncas, como la que protagonizó con Garbajosa en el Europeo de Suecia. En esa ocasión, el pívot serbio se vio superado por el resultado, demostrando que a algunos les cuesta más perder que a otros, y esta vez, Rakocevic ha demostrado que saber ganar tampoco es fácil.

La mala educación de Rakocevic

Rafael Hernández
Rafael Hernández
viernes, 25 de mayo de 2007, 22:35 h (CET)
La clasificación de la liga regular fue caprichosa, el TAU Cerámica quedó primero y el Unicaja octavo, de ahí, que se vieran las caras en el playoff, a las primeras de cambio, los dos últimos finalistas de la ACB, donde, por entonces, el Unicaja de Garbajosa se deshizo de los vitorianos, llevando para Málaga la tan ansiada liga que se les “debía” al club andaluz, desde aquel “triple” de Ansley contra el Barcelona.

El primer encuentro en Vitoria no tuvo color. Los de Bozidar Maljkovic pasaron por encima de los de Scariolo, que han realizado una temporada muy irregular, a pesar de haber conseguido el histórico pase a la Final Tour de Atenas, donde plantaron cara al CSKA de Moscú, un equipo muy habituado a estas grandes competiciones.
La baja de Daniel Santiago, unido a que el Baskonia es un equipo que cada año va a más está mostrando una eliminatoria muy desequilibrada, en el que un jugador está brillando por encima de todos, Igor Rakocevic.

El serbio ha realizado dos encuentros formidables. En el primero anotó 33 puntos en apenas diez minutos, con una serie inmaculada en triples de 8 de 8.
Dos días después, los mismos equipos se volvían a ver las caras, ahora en el Pabellón Martín Carpena de Málaga y, desde el comienzo, se volvió a ver que sólo habría un equipo sobre la pista durante el partido. El TAU volvió a destrozar al Unicaja y Rakocevic volvió a llegar a la treintena de puntos.

“Boza” decidió sustituir al escolta y el Martín Carpena lo despidió con aplausos y rendido al juego que había desplegado el jugador. Hasta ahí todo normal y acorde con la deportividad que se suele ver en este deporte, pero… Igor Rakocevic decidió no terminar la batalla que había ganado en la pista y decidió retar al público que había reconocido su buen juego. Se dirigió hacia el mismo, con tono chulesco y haciendo gestos de adiós con la mano, lo que provocó que la afición de Málaga, poco acostumbrada a perder, se encendiera y reprochara al serbio su chulería.
Si esto no fue suficiente, cuando pocos minutos después concluyó el choque, fueron los jugadores malagueños los que se dirigieron a Rakocevic, con Marcus Brown como protagonista, lo que provocó un final de partido más que movido.

No se si a ustedes les pasó, pero a mi se me vino a la cabeza la imagen, del compatriota del escolta del Tau, y ex jugador baskonista, Predrag Drobnjak, el cual nos tiene acostumbrados a meterse en continuas broncas, como la que protagonizó con Garbajosa en el Europeo de Suecia. En esa ocasión, el pívot serbio se vio superado por el resultado, demostrando que a algunos les cuesta más perder que a otros, y esta vez, Rakocevic ha demostrado que saber ganar tampoco es fácil.

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