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Santi Benítez

Bagdad

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Antes de anoche se emitió en la cadena de televisión Cuatroº el reportaje del espacio "Callejeros" sobre el Bagdad... en Barcelona. Lo fui viendo a salto de mata, entre otras varias cosas, hasta que me fue interesando. Digamos que a partir de las once de la noche es el rato diario que dedico a ver televisión - a excepción hecha de cosas muy puntuales durante la semana, como puede ser Documentos TV, que es más temprano y no suelo perderme-. En principio pensé que, como siempre y para no variar, el programa trataría sobre lo mismo que he visto en otras ocasiones - la idea de hacer un reportaje sobre el Bagdad no es nueva-, pero no fue así. Me sorprendió la forma en que, al final, el reportaje trató sobre personas, también sobre lo que hacen allí, a que se dedican, pero no como algo primordial. Trato sobre personas que trabajan allí como podían haber hecho un reportaje sobre personas que trabajan en un banco. Es decir, con el morbo añadido del lugar en el que lo hacen, pero dando una mayor importancia al trasfondo humano. Una chica, creo que cubana, decía que trabajaba en una inmobiliaria durante el día, vendía pisos en Barcelona y describía el Bagdad como una gran familia, como un lugar en el que las relaciones humanas entre bambalinas eran muy importantes - a propósito, buscaba novio-. Creo que los trabajadores de banco que vieran el programa, si tenían dos dedos de frente y lograron dejar a un lado la visión de alguna lengua vibradora o pecho desnudo, tuvieron que sentir cierta envidia de esa relación entre los trabajadores y trabajadoras del Bagdad. Yo la sentí.

Yo soy de esos que, cuando les asalta por la calle alguien con un micrófono en ristre o llaman por teléfono para hacer alguna encuesta y la pregunta es "¿Qué cadena de televisión ve con más frecuencia?", contesto "la Segunda". También es muy posible que sea de esos pocos que dice la verdad al respecto. No por nada, entiéndanme, pero es que en las raras ocasiones que tengo tiempo a lo largo del día para ver la televisión no tengo ningún interés en enterarme de con quien se ve perico de los palotes, o con quien se reune a cenar fulanita de tal. Me enteré de la detención de la Pantoja por CNN+, y que Julian Muñoz hacía huelga de hambre por mi hermano, asiduo de un programa que ponen al mediodía llamado "El tomate", según él porque después ponen una serie que le gusta. Aunque, que no vea otro tipo de televisión, no me esconde que en este país hemos tenido un periodo bastante malo en cuanto a programación televisiva. Todavía es y en según que cadenas televisivas me consta que la cosa sigue igual de negra - mi propia madre se pasa el viernes y el sábado por la noche babeando con esos programas de lo que se ha dado en llamar la "prensa rosa" (Yo me sigo preguntando a quien demonios se le ocurrió llamar a estos "gente de la prensa")-.

Nadie podrá decir que la cosa no ha mejorado con la entrada en liza de cadenas como la Cuatroº o la Sexta. La modernización de la señal con la TDT ha dado una capacidad de elección a los televidentes que anteriormente no se tenía a no ser que se pagara por ello. Y los índices de audiencia lo demuestran. Está claro que los ratios de edad siguen influyendo en la programación general de ciertas cadenas, pero también está claro que formas diferentes de entender la programación, de hacer programas y, sobre todo, a que tipo de público se dirigen está dando sus frutos. Lo que si es cierto es que han logrado que vea alguna otra cosa que no sea sólo la Segunda o las noticias, y como a mi a bastante más gente - no soy tan bicho raro-.

Todo esto que he dicho es para felicitar a la gente que hace el programa Callejeros y la cadena que lo emite. Por su forma de contar las cosas, por el tratamiento que hace de los temas que cuenta y por el respeto con el que aborda a la gente y sus vivencias. Tiene cierta gracia, y justicia poética, que estas cadenas de televisión nuevas sean capaces de hacer estos programas con esta calidad, mientras el resto sigue con que si la Pantoja fue o no fue a visitar a Julian Muñoz a la cárcel. Que se le va a hacer, podría ser peor.

Suena de fondo "Cuando calienta el sol", de los Hermanos Rigual.

Buenas noches, y buena suerte...

Bagdad

Santi Benítez
Santi Benítez
miércoles, 23 de mayo de 2007, 21:13 h (CET)
Antes de anoche se emitió en la cadena de televisión Cuatroº el reportaje del espacio "Callejeros" sobre el Bagdad... en Barcelona. Lo fui viendo a salto de mata, entre otras varias cosas, hasta que me fue interesando. Digamos que a partir de las once de la noche es el rato diario que dedico a ver televisión - a excepción hecha de cosas muy puntuales durante la semana, como puede ser Documentos TV, que es más temprano y no suelo perderme-. En principio pensé que, como siempre y para no variar, el programa trataría sobre lo mismo que he visto en otras ocasiones - la idea de hacer un reportaje sobre el Bagdad no es nueva-, pero no fue así. Me sorprendió la forma en que, al final, el reportaje trató sobre personas, también sobre lo que hacen allí, a que se dedican, pero no como algo primordial. Trato sobre personas que trabajan allí como podían haber hecho un reportaje sobre personas que trabajan en un banco. Es decir, con el morbo añadido del lugar en el que lo hacen, pero dando una mayor importancia al trasfondo humano. Una chica, creo que cubana, decía que trabajaba en una inmobiliaria durante el día, vendía pisos en Barcelona y describía el Bagdad como una gran familia, como un lugar en el que las relaciones humanas entre bambalinas eran muy importantes - a propósito, buscaba novio-. Creo que los trabajadores de banco que vieran el programa, si tenían dos dedos de frente y lograron dejar a un lado la visión de alguna lengua vibradora o pecho desnudo, tuvieron que sentir cierta envidia de esa relación entre los trabajadores y trabajadoras del Bagdad. Yo la sentí.

Yo soy de esos que, cuando les asalta por la calle alguien con un micrófono en ristre o llaman por teléfono para hacer alguna encuesta y la pregunta es "¿Qué cadena de televisión ve con más frecuencia?", contesto "la Segunda". También es muy posible que sea de esos pocos que dice la verdad al respecto. No por nada, entiéndanme, pero es que en las raras ocasiones que tengo tiempo a lo largo del día para ver la televisión no tengo ningún interés en enterarme de con quien se ve perico de los palotes, o con quien se reune a cenar fulanita de tal. Me enteré de la detención de la Pantoja por CNN+, y que Julian Muñoz hacía huelga de hambre por mi hermano, asiduo de un programa que ponen al mediodía llamado "El tomate", según él porque después ponen una serie que le gusta. Aunque, que no vea otro tipo de televisión, no me esconde que en este país hemos tenido un periodo bastante malo en cuanto a programación televisiva. Todavía es y en según que cadenas televisivas me consta que la cosa sigue igual de negra - mi propia madre se pasa el viernes y el sábado por la noche babeando con esos programas de lo que se ha dado en llamar la "prensa rosa" (Yo me sigo preguntando a quien demonios se le ocurrió llamar a estos "gente de la prensa")-.

Nadie podrá decir que la cosa no ha mejorado con la entrada en liza de cadenas como la Cuatroº o la Sexta. La modernización de la señal con la TDT ha dado una capacidad de elección a los televidentes que anteriormente no se tenía a no ser que se pagara por ello. Y los índices de audiencia lo demuestran. Está claro que los ratios de edad siguen influyendo en la programación general de ciertas cadenas, pero también está claro que formas diferentes de entender la programación, de hacer programas y, sobre todo, a que tipo de público se dirigen está dando sus frutos. Lo que si es cierto es que han logrado que vea alguna otra cosa que no sea sólo la Segunda o las noticias, y como a mi a bastante más gente - no soy tan bicho raro-.

Todo esto que he dicho es para felicitar a la gente que hace el programa Callejeros y la cadena que lo emite. Por su forma de contar las cosas, por el tratamiento que hace de los temas que cuenta y por el respeto con el que aborda a la gente y sus vivencias. Tiene cierta gracia, y justicia poética, que estas cadenas de televisión nuevas sean capaces de hacer estos programas con esta calidad, mientras el resto sigue con que si la Pantoja fue o no fue a visitar a Julian Muñoz a la cárcel. Que se le va a hacer, podría ser peor.

Suena de fondo "Cuando calienta el sol", de los Hermanos Rigual.

Buenas noches, y buena suerte...

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