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Etiquetas | El arte de la guerra
Santi Benítez

Rzeczpospolita Polska

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Fue Pablo de Tarso (1 Cor 13, 8) el que dijo, al parecer con motivo de alegría, "La ciencia será abolida". De estas palabras parten los texto de san Juan Crisóstomo; que se adhiere a ellas en su primera homilía contra los anomeos, los misterios de fe; en concreto el clasificado con el número 39 por la iglesia, la suma teológica de santo Tomás de Aquino, o el Concilio de Trento. Estas palabras de Pablo de Tarso, lejos de haber quedado apartadas del recetario católico, sólo fueron maquilladas ante las continuas evidencias científicas ya que la iglesia a estas alturas no cuenta con la prerrogativa de mandar a la hoguera a quien le lleve la contraria - el mismo Galileo optó por la reclusión domiciliaria de por vida declarándose heliocentrista antes que el asado a la braza por materialista, es decir, defender la genialidad de Leucipo y Demócrito, la existencia del átomo. Giordano Bruno no tuvo tanta suerte, y eso que era un cristiano convencido y devoto-. En general que la iglesia católica, o cualquier otra, niegue las evidencias científicas, una vez superados los quince siglos de atraso que han provocado en el desarrollo de la humanidad, no es problema, en tanto en cuanto esa negativa no siga afectando a dicho desarrollo humano. El quebrantamiento de esta máxima está empezando a hacerse evidente en los colegios católicos con la enseñanza del "creacionismo" - hay quien lo llama teoría, pero darle ese rango sería lo mismo que dárselo a lo de que los niños nacen de un repollo-.

Interminables horas de radio y televisión, toneladas de papel sobre el ingreso de Turquía en la Unión Europea (UE), todo ello por parte de sesudos contertulios y articulistas de prestigio. Ahora mismo en Turquía el mismísimo ejército ha advertido que no permitirá que se soslaye la laicidad del Estado, y la sociedad civil acaba de vivir una de las mayores manifestaciones en defensa de esa laicidad. La mayor preocupación de los socios de la UE tiene mucho que ver con que la mayoría de la población es de confesión musulmana. La realidad es que se tiene miedo a abrir las fronteras a los musulmanes radicales. Es decir, es porque son bajitos, morenos, con el pelo negro y, claro, musulmanes. Aquí nadie habla de la radicalización de otras confesiones religiosas. En vista de esto yo diría que se impone hacer unas cuantas preguntas, ¿Cuáles son los criterios que permite entrar y estar en el seno de la UE como miembro? ¿Sólo cumplir con los criterios de convergencia económica? o, como en el caso de Turquía, ¿Se exigen una serie de criterios legales en cuanto a derechos como los recogidos en la Carta Europea de Derechos Humanos, y esas exigencias obligan a todos los Estados de la Unión? Y si la respuesta a esta última pregunta es sí, pues va resultar que se está haciendo la vista gorda con alguno de sus miembros.

En España sufrimos el Nacional Catolicismo durante cuarenta años, y aún arrastramos gran parte de su bagaje - un ejemplo evidente de ello es que si el portavoz de la conferencia episcopal hace alguna declaración todos los medios de comunicación se hacen eco de ello-. Tanto es así que la conferencia se permite el lujo de hacer indicaciones en materia de política o pone en duda los derechos de las personas de forma abierta por las inclinaciones sexuales de las mismas, vulnerando con sus declaraciones la propia Constitución española. El Papa dice que existen sistemas de gobierno democráticamente elegidos que son contrarios a la forma de vida cristiana. La curia se empeña en que la clase de religión, católica claro, sea computable en el expediente académico de los estudiantes, a la misma altura que la filosofía, la lengua, la literatura, la historia y las matemáticas.

La UE tiene un verdadero problema con el Nacional Catolicismo en Polonia. La vulneración de los principios legales recogidos en la Carta de Derechos Humanos Europea es evidente e indiscutible. Y que la Unión lo permita es un mal precedente. Aunque no dudo que algo hará. Lo que me temo es que si lo hace tarde los derechos serán difíciles de recuperar y el adoctrinamiento de la población - otra cosa no pero en eso la iglesia católica tiene una experiencia de quince siglos- será irreversible durante décadas. El proyecto de ley que prepara prohibiendo que se hable sobre homosexualidad en colegios y universidades, así como la prohibición de asociaciones de estudiantes gays y lesbianas, endurecer las leyes de forma que las mujeres que se practiquen un aborto vayan a la cárcel, etc, etc, vulnera dicha Carta de Derechos así como los principios de ciudadanía europea. No creo que nadie pueda discutir la homofobia y el antisemitismo del líder del LPR (Liga de las familias polacas), Roman Giertych. Recordemos que el representante de este "partido" en el Parlamento Europeo, Maciej Giertych, dijo en un pleno que el general Franco fue el salvador de España y de la iglesia. Y a buen entendedor pocas palabras bastan.

Esperemos que Europa le diga pronto a Polonia que o se está dentro respetando los principios que animan la Unión, o que mejor se busque la vida por su cuenta. No creo que lo de Polonia sea mucho mejor que lo que ocurrió en Austria con el Partido Liberal. Así que no se dejen ir, señores.

Suena de fondo "Amor de adolescentes", de El Polaco.

Buenas noches y buena suerte...

Rzeczpospolita Polska

Santi Benítez
Santi Benítez
miércoles, 16 de mayo de 2007, 22:10 h (CET)
Fue Pablo de Tarso (1 Cor 13, 8) el que dijo, al parecer con motivo de alegría, "La ciencia será abolida". De estas palabras parten los texto de san Juan Crisóstomo; que se adhiere a ellas en su primera homilía contra los anomeos, los misterios de fe; en concreto el clasificado con el número 39 por la iglesia, la suma teológica de santo Tomás de Aquino, o el Concilio de Trento. Estas palabras de Pablo de Tarso, lejos de haber quedado apartadas del recetario católico, sólo fueron maquilladas ante las continuas evidencias científicas ya que la iglesia a estas alturas no cuenta con la prerrogativa de mandar a la hoguera a quien le lleve la contraria - el mismo Galileo optó por la reclusión domiciliaria de por vida declarándose heliocentrista antes que el asado a la braza por materialista, es decir, defender la genialidad de Leucipo y Demócrito, la existencia del átomo. Giordano Bruno no tuvo tanta suerte, y eso que era un cristiano convencido y devoto-. En general que la iglesia católica, o cualquier otra, niegue las evidencias científicas, una vez superados los quince siglos de atraso que han provocado en el desarrollo de la humanidad, no es problema, en tanto en cuanto esa negativa no siga afectando a dicho desarrollo humano. El quebrantamiento de esta máxima está empezando a hacerse evidente en los colegios católicos con la enseñanza del "creacionismo" - hay quien lo llama teoría, pero darle ese rango sería lo mismo que dárselo a lo de que los niños nacen de un repollo-.

Interminables horas de radio y televisión, toneladas de papel sobre el ingreso de Turquía en la Unión Europea (UE), todo ello por parte de sesudos contertulios y articulistas de prestigio. Ahora mismo en Turquía el mismísimo ejército ha advertido que no permitirá que se soslaye la laicidad del Estado, y la sociedad civil acaba de vivir una de las mayores manifestaciones en defensa de esa laicidad. La mayor preocupación de los socios de la UE tiene mucho que ver con que la mayoría de la población es de confesión musulmana. La realidad es que se tiene miedo a abrir las fronteras a los musulmanes radicales. Es decir, es porque son bajitos, morenos, con el pelo negro y, claro, musulmanes. Aquí nadie habla de la radicalización de otras confesiones religiosas. En vista de esto yo diría que se impone hacer unas cuantas preguntas, ¿Cuáles son los criterios que permite entrar y estar en el seno de la UE como miembro? ¿Sólo cumplir con los criterios de convergencia económica? o, como en el caso de Turquía, ¿Se exigen una serie de criterios legales en cuanto a derechos como los recogidos en la Carta Europea de Derechos Humanos, y esas exigencias obligan a todos los Estados de la Unión? Y si la respuesta a esta última pregunta es sí, pues va resultar que se está haciendo la vista gorda con alguno de sus miembros.

En España sufrimos el Nacional Catolicismo durante cuarenta años, y aún arrastramos gran parte de su bagaje - un ejemplo evidente de ello es que si el portavoz de la conferencia episcopal hace alguna declaración todos los medios de comunicación se hacen eco de ello-. Tanto es así que la conferencia se permite el lujo de hacer indicaciones en materia de política o pone en duda los derechos de las personas de forma abierta por las inclinaciones sexuales de las mismas, vulnerando con sus declaraciones la propia Constitución española. El Papa dice que existen sistemas de gobierno democráticamente elegidos que son contrarios a la forma de vida cristiana. La curia se empeña en que la clase de religión, católica claro, sea computable en el expediente académico de los estudiantes, a la misma altura que la filosofía, la lengua, la literatura, la historia y las matemáticas.

La UE tiene un verdadero problema con el Nacional Catolicismo en Polonia. La vulneración de los principios legales recogidos en la Carta de Derechos Humanos Europea es evidente e indiscutible. Y que la Unión lo permita es un mal precedente. Aunque no dudo que algo hará. Lo que me temo es que si lo hace tarde los derechos serán difíciles de recuperar y el adoctrinamiento de la población - otra cosa no pero en eso la iglesia católica tiene una experiencia de quince siglos- será irreversible durante décadas. El proyecto de ley que prepara prohibiendo que se hable sobre homosexualidad en colegios y universidades, así como la prohibición de asociaciones de estudiantes gays y lesbianas, endurecer las leyes de forma que las mujeres que se practiquen un aborto vayan a la cárcel, etc, etc, vulnera dicha Carta de Derechos así como los principios de ciudadanía europea. No creo que nadie pueda discutir la homofobia y el antisemitismo del líder del LPR (Liga de las familias polacas), Roman Giertych. Recordemos que el representante de este "partido" en el Parlamento Europeo, Maciej Giertych, dijo en un pleno que el general Franco fue el salvador de España y de la iglesia. Y a buen entendedor pocas palabras bastan.

Esperemos que Europa le diga pronto a Polonia que o se está dentro respetando los principios que animan la Unión, o que mejor se busque la vida por su cuenta. No creo que lo de Polonia sea mucho mejor que lo que ocurrió en Austria con el Partido Liberal. Así que no se dejen ir, señores.

Suena de fondo "Amor de adolescentes", de El Polaco.

Buenas noches y buena suerte...

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