El alcalde gobernador de Bremen, Jens Bohrnsen, ha cantado victoria revalidando su cargo, pero en lo que se refiere a como conformar su nuevo gabinete lo tiene más espeso que claro. Los socialdemócratas del ,SPD, no saben con que novia quedarse, dados los pírricos resultados alcanzados en estos últimos comicios regionales, justo en un bastión típicamente tradicional de la izquierda como es el Estado Federado de Bremen.

Jens Böhrnsen, se ha curado en salud con el objetivo de ganar tiempo al tiempo, y desojar la margarita. Por eso ha anticipando que valorará mantener la actual coalición con la Unión Cristianodemócrata, (CDU) al tiempo que ha dejado la puerta abierta al mejor postor. El alcalde sabe que si pacta de nuevo con los conservadores de la CDU, el fantasma del abstencionismo planeará indefectiblemente sobre las próximas generales.

Los socialdemócratas han encajado los derechazos del electorado en los últimos años con un rictus de disgusto mal disimulado, pero el izquierdazo propinado por los ciudadanos de Bremen, necesitará de algunos puntos de sutura porque ha relegando a los socialdemócratas a posiciones humillantes en esta región, teniendo en cuenta que el SPD combatía en propia lona.

Cabe recordar que los socialdemócratas dirigen este pequeño Land de Alemania desde 1946, y desde hace más de una década con la CDU, por lo que la población se pregunta paulatinamente quién es el responsable del fuerte desempleo que acusa.

El 13,1% de sus 700.000 habitantes habrá sido un importante factor para que los cristianosdemócratas de la CDU, no se hallan visto beneficiados del “efecto “Merkel” y de que Los Verdes hayan logrando un 16,5% de ensueño.

Por si fuera poco el Partido de la Izquierda, formación creada por la fusión de postcomunistas y disidentes socialdemócratas, ve su llegada al Parlamento de Bremen como un trampolín decisivo en su estrategia por dejar de ser una fuerza que únicamente ponía los puntos sobre las íes en la parte oriental del país.