El Espanyol cayó por la mínima (1-0) este jueves ante el Sevilla en su visita al Sánchez Pizjuán para hacer bueno el 3-1 de la ida y lograr un billete para las semifinales de la Copa del Rey, donde se medirá al Athletic Club de Bilbao, un choque en el que el conjunto catalán controló a la perfección los intentos de remontada local.
Los de Sergio González
alargaron su momento dulce no
sólo con un resultado favorable
para sus intereses sino con
sensaciones positivas y una gran
actuación en territorio hostil. A
pesar del postrero gol de Bacca en Cornellà, la
eliminatoria de cuartos de final llegaba a Sevilla con
color perico, y a pesar de las ofensivas intenciones
de los de Unai Emery, el Espanyol estuvo cómodo en
todo momento a pesar de un gol de Diogo ya
demasiado tarde.
Y es que la confianza de la que disfruta el equipo de Cornellà, en especial gracias a las
victorias en el torneo del k.o., fue suficiente para aguantar las embestidas de un Sevilla al
que le faltó claridad. Los locales buscaron el segundo gol antes que el primero, acumularon
jugadores arriba pero no inquietaron a un Espanyol, encima, muy peligroso a la contra.
La consigna local era clara. Los dos goles necesarios para remontar empujaron a los de
Emery desde el primer minuto. Sin embargo, las ocasiones carecieron de planificación
clara, con balones colgados a la zona de peligro. Deulofeu, Denis Suárez, Gameiro y Bacca
llevaron intención en sus botas pero no ocasiones claras, sin olvidar que Arbilla, con un
larguero en el primer minuto de falta directa, y Sergio García, en una contra a la media hora,
tuvieron la sentencia.
Tras el paso por los vestuarios, los de Sergio González siguieron crecidos ante un Sevilla
con el reloj en contra. Emery movió banquillo buscando soluciones, dando entrada a
Banega y Diogo, pero el cuadro visitante siguió impasible en su objetivo de estar en
semifinales. Después de un inicio trabado con muchas tarjetas, el Sevilla se rearmó para
buscar la épica, pero topó con un Espanyol al que no le pudo la presión.
El conjunto andaluz, sin un camino claro, merodeó la portería de un Pau López con poco
trabajo aún así, hasta que en el minuto 88 llegó el tanto de Diogo. Cinco minutos para
buscar una gesta que no llegó y, como en toda la eliminatoria, estuvo lejos de hacerlo. El
Sevilla de las grandes noches no asistió llevándose el Espanyol una eliminatoria que,
dependiendo quizá de lo que traiga, les pueda saber a revancha por la final de la UEFA de
2007 perdida ante los sevillistas.