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Pablo Iglesias, el rojillo del puño cerrado que se burla del himno de España

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¿Hasta cuando deberemos soportar las “genialidades” de estos niñatos mal educados y peor orientados que se pretenden instalar en el poder, sin haber contraído otro mérito para ello que haber salido del cascarón de la Universidad del comunista señor J.Carrillo y haber sentado cátedra de progres y presuntos salvadores de la patria? Todo ello sin otros salvoconductos que el haber intervenido en tertulias radiofónicas y de TV, amparados y utilizados por las cadenas de orientación izquierdista y haber lanzado, para quienes los quisieran escuchar y estuvieran predispuestos a ello, las consabidas soflamas, las disparatadas propuestas y las más descabelladas críticas contra el actual sistema de gobierno; esto sí, sin que ninguno de estos “preparados” agitadores haya sabido dar a conocer y defender debidamente, un programa alternativo capaz de mejorar el actual de nuestra democracia representativa, dando fórmulas nuevas y eficaces para conseguir crear puestos de trabajo, fomentar nuestra proyección internacional y ser capaces de competir en productividad y competitividad con las economías de los países de nuestro entorno y los de más allá de nuestro viejo continente. El único objetivo de estos señores de Podemos se centra en intentar derribar el actual gobierno y permitir que se instalen en el poder unos incapaces con ínfulas de preparados para implantar de nuevo, en España, algo que sus antecesores del Frente Popular intentaron, sin conseguirlo: el hacer de España, ni más ni menos que una sucursal del comunismo internacional propuesto por la antigua Unión Soviética y recuperado por los países del grupo bolivariano de Hispanoamérica que, por medio de estos revolucionarios del puño cerrado como Pablo Iglesias o J.C Monedero o sus colegas Echenique y Errejón , todos ellos de la Izquierda Anticapitalista española, reclutados por los Maduro y demás dictadorzuelos que se han constituido en reyezuelos de sus países, instalándose en el poder, eliminando a la oposición y haciendo modificar las leyes para convertir lo que, en principio eran democracias, en países de índole totalitaria y absolutista.

Es posible que hayan logrado captar las simpatías de una parte de la población, que todavía permanece anclada en los rencores de la Guerra Civil o piensen que, el sistema de gobierno, encarrilado desde el Estado, en el que éste se hace cargo de la economía del país y la dirige desde la burocracia funcionarial, convirtiéndose, de hecho, en el único patrono del país, es el mejor. Lo malo de todo ello es que, la larga experiencia histórica de los distinto sistemas de gobierno existentes, ha demostrado que, en todas las ocasiones en los que se ha intentado implantar semejante modelo de dirigismo estatal, las naciones han fracasado rotundamente, debido a que nunca es posible sustituir la iniciativa privada, el ímpetu y laboriosidad del ciudadano que se juega su patrimonio creando una sociedad, construyendo una fábrica o poniendo un comercio, siendo reemplazado por meros empleados del Estado, funcionarios públicos con su sueldo asegurado, sin otro aliciente que cobrar su retribución a finales de mes y limitándose a cumplir estrictamente con su horario y las tareas que le han encomendado, sin poner nada de su parte ni estar incentivado para hacer otra cosa que cumplir con su obligación.

Pero parece que, estos señores de Podemos lo que intentan va más allá de acabar con la democracia en España, instaurar su sistema comunista y cargarse la religión, el llamado “capitalismo” y, consecuentemente, todas las mejoras, conquistas, ventajas y libertades que, durante los años de democracia, se han conseguido implantar en nuestra nación, a través de las instituciones que, con mayor o menor suerte, han ido ocupándose de que España haya ido superando las dificultades a las que se ha enfrentado, sin perder de vista los derechos y libertades de los españoles. En efecto, estamos viendo como la izquierda nacional, con el señor Cayo Lara a la cabeza y sin que falten los dirigentes de Podemos, con el señor Iglesias a la cabeza, se han lanzado de cabeza a apoyar a su partido “hermano”, por no decir: su clónico comunista, el Sirisa del señor Psipras, con el que están colaborando a fondo en estos últimos días de la campaña para las legislativas griegas. En realidad, es que están tratando de desestabilizar a Europa e ir introduciéndose en los organismos comunitarios, desde los cuales ir minando las estructuras y ocupando los puestos claves que les sirvan para llevar a cabo la revolución comunista desde dentro. Europa debería tomarse en serio esta amenaza aunque, para algunos, lo que pase en Grecia y España no les parezca significativo y prefieran soslayar el problema, ayudando a un futuro gobierno en manos comunistas para evitar que los impagos que se van a derivar de la entrada de Syrisa en el poder, puedan llegar a crear una situación en la que los griegos se enfrenten a un quiebra soberana que pudiera perjudicar a aquellas naciones que más deuda pública griega tienen comprada. El ceder con los comunistas de Psipras puede suponer que, en España, se repita un resultado parecido en las próximas elecciones legislativas, lo que ya no podría ser controlado por una UE, debilitada por la situación griega e incapaz de asumir un crak semejante en una de las economías más fuertes de la CE.

La prueba del delirio que se han apoderado de la dirección de Podemos y de la confianza que tienen en salir airosos de su desafío contra la democracia española; la tenemos en lo que el señor Iglesias se ha atrevido a escribir en uno de sus artículos en el que se quejaba de tener que soportar “el nacionalismo español y su bandera monárquica y postfranquista”, afirmando, sin cortarse un pelo, que el himno español es una “cutre pachanga fachosa”. Aunque dudamos que este sujeto supiera lo que en realidad significaba la palabra “fachoso” lo cierto es que, según el diccionario Espasa Calpe tiene los siguiente significados: mamarracho, extravagante, grotesco, adefesio, estrafalario, ridículo, facha, fascista, derechista, ultra. Cualquiera de ellos, menos derechista, constituye un insulto intolerable a nuestro símbolo nacional y una ofensa a todos los españoles que vemos en la bandera, el himno y la unidad de España algo que se debe respetar, defender, honrar y mantener por encima de partidos, opiniones políticas o manifestaciones de arribistas que intenten faltar a su deber de respeto hacia nuestros símbolos.

Mucho nos tememos que, si no se toma en serio la actual situación del país, con la amenaza del secesionismo catalán, la del vasco y la tolerancia respecto a actos, que entrañan un desacato a nuestra Constitución y nuestras instituciones, por parte de grupos abiertamente declarados insurgentes y partidarios de atentar contra la unidad de la patria y las normas que han venido garantizando el orden, el respeto de las libertades de todos los ciudadanos y el mantenimiento del Estado de Derecho, es casi seguro que entremos en una espiral de enfrentamiento que no se sabe como puede acabar. Si los que tienen por Ley la obligación de acabar con semejantes desacatos y ocuparse de que España siga siendo una sola nación sin rupturas, desafíos antidemocráticos o pretensiones de derribar el orden constitucional para sustituirlo por un sistema en el que se instalen todos aquellos que pretenden, con sus ideas obsoletas y propias de tiempos pasados, volver a llevarnos a épocas de ingrata memoria en la que los españoles no se podían soportar entre sí y, en consecuencia, todo acabó en un cruenta e inoportuna Guerra Civil; incumplen con sus obligaciones mal vamos a acabar. Lo repetimos una y otra vez, para ver si algunos que no se creen lo que sucedió en 1.936, entran en razón y controlan sus deseos de convertir, una vez más, a nuestro país en un nuevo lugar de enfrentamientos entre los españoles. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, intentamos despertar a aquellos que siguen dormitando, mientras la nación entra en coma.

Pablo Iglesias, el rojillo del puño cerrado que se burla del himno de España

Miguel Massanet
sábado, 24 de enero de 2015, 12:26 h (CET)
¿Hasta cuando deberemos soportar las “genialidades” de estos niñatos mal educados y peor orientados que se pretenden instalar en el poder, sin haber contraído otro mérito para ello que haber salido del cascarón de la Universidad del comunista señor J.Carrillo y haber sentado cátedra de progres y presuntos salvadores de la patria? Todo ello sin otros salvoconductos que el haber intervenido en tertulias radiofónicas y de TV, amparados y utilizados por las cadenas de orientación izquierdista y haber lanzado, para quienes los quisieran escuchar y estuvieran predispuestos a ello, las consabidas soflamas, las disparatadas propuestas y las más descabelladas críticas contra el actual sistema de gobierno; esto sí, sin que ninguno de estos “preparados” agitadores haya sabido dar a conocer y defender debidamente, un programa alternativo capaz de mejorar el actual de nuestra democracia representativa, dando fórmulas nuevas y eficaces para conseguir crear puestos de trabajo, fomentar nuestra proyección internacional y ser capaces de competir en productividad y competitividad con las economías de los países de nuestro entorno y los de más allá de nuestro viejo continente. El único objetivo de estos señores de Podemos se centra en intentar derribar el actual gobierno y permitir que se instalen en el poder unos incapaces con ínfulas de preparados para implantar de nuevo, en España, algo que sus antecesores del Frente Popular intentaron, sin conseguirlo: el hacer de España, ni más ni menos que una sucursal del comunismo internacional propuesto por la antigua Unión Soviética y recuperado por los países del grupo bolivariano de Hispanoamérica que, por medio de estos revolucionarios del puño cerrado como Pablo Iglesias o J.C Monedero o sus colegas Echenique y Errejón , todos ellos de la Izquierda Anticapitalista española, reclutados por los Maduro y demás dictadorzuelos que se han constituido en reyezuelos de sus países, instalándose en el poder, eliminando a la oposición y haciendo modificar las leyes para convertir lo que, en principio eran democracias, en países de índole totalitaria y absolutista.

Es posible que hayan logrado captar las simpatías de una parte de la población, que todavía permanece anclada en los rencores de la Guerra Civil o piensen que, el sistema de gobierno, encarrilado desde el Estado, en el que éste se hace cargo de la economía del país y la dirige desde la burocracia funcionarial, convirtiéndose, de hecho, en el único patrono del país, es el mejor. Lo malo de todo ello es que, la larga experiencia histórica de los distinto sistemas de gobierno existentes, ha demostrado que, en todas las ocasiones en los que se ha intentado implantar semejante modelo de dirigismo estatal, las naciones han fracasado rotundamente, debido a que nunca es posible sustituir la iniciativa privada, el ímpetu y laboriosidad del ciudadano que se juega su patrimonio creando una sociedad, construyendo una fábrica o poniendo un comercio, siendo reemplazado por meros empleados del Estado, funcionarios públicos con su sueldo asegurado, sin otro aliciente que cobrar su retribución a finales de mes y limitándose a cumplir estrictamente con su horario y las tareas que le han encomendado, sin poner nada de su parte ni estar incentivado para hacer otra cosa que cumplir con su obligación.

Pero parece que, estos señores de Podemos lo que intentan va más allá de acabar con la democracia en España, instaurar su sistema comunista y cargarse la religión, el llamado “capitalismo” y, consecuentemente, todas las mejoras, conquistas, ventajas y libertades que, durante los años de democracia, se han conseguido implantar en nuestra nación, a través de las instituciones que, con mayor o menor suerte, han ido ocupándose de que España haya ido superando las dificultades a las que se ha enfrentado, sin perder de vista los derechos y libertades de los españoles. En efecto, estamos viendo como la izquierda nacional, con el señor Cayo Lara a la cabeza y sin que falten los dirigentes de Podemos, con el señor Iglesias a la cabeza, se han lanzado de cabeza a apoyar a su partido “hermano”, por no decir: su clónico comunista, el Sirisa del señor Psipras, con el que están colaborando a fondo en estos últimos días de la campaña para las legislativas griegas. En realidad, es que están tratando de desestabilizar a Europa e ir introduciéndose en los organismos comunitarios, desde los cuales ir minando las estructuras y ocupando los puestos claves que les sirvan para llevar a cabo la revolución comunista desde dentro. Europa debería tomarse en serio esta amenaza aunque, para algunos, lo que pase en Grecia y España no les parezca significativo y prefieran soslayar el problema, ayudando a un futuro gobierno en manos comunistas para evitar que los impagos que se van a derivar de la entrada de Syrisa en el poder, puedan llegar a crear una situación en la que los griegos se enfrenten a un quiebra soberana que pudiera perjudicar a aquellas naciones que más deuda pública griega tienen comprada. El ceder con los comunistas de Psipras puede suponer que, en España, se repita un resultado parecido en las próximas elecciones legislativas, lo que ya no podría ser controlado por una UE, debilitada por la situación griega e incapaz de asumir un crak semejante en una de las economías más fuertes de la CE.

La prueba del delirio que se han apoderado de la dirección de Podemos y de la confianza que tienen en salir airosos de su desafío contra la democracia española; la tenemos en lo que el señor Iglesias se ha atrevido a escribir en uno de sus artículos en el que se quejaba de tener que soportar “el nacionalismo español y su bandera monárquica y postfranquista”, afirmando, sin cortarse un pelo, que el himno español es una “cutre pachanga fachosa”. Aunque dudamos que este sujeto supiera lo que en realidad significaba la palabra “fachoso” lo cierto es que, según el diccionario Espasa Calpe tiene los siguiente significados: mamarracho, extravagante, grotesco, adefesio, estrafalario, ridículo, facha, fascista, derechista, ultra. Cualquiera de ellos, menos derechista, constituye un insulto intolerable a nuestro símbolo nacional y una ofensa a todos los españoles que vemos en la bandera, el himno y la unidad de España algo que se debe respetar, defender, honrar y mantener por encima de partidos, opiniones políticas o manifestaciones de arribistas que intenten faltar a su deber de respeto hacia nuestros símbolos.

Mucho nos tememos que, si no se toma en serio la actual situación del país, con la amenaza del secesionismo catalán, la del vasco y la tolerancia respecto a actos, que entrañan un desacato a nuestra Constitución y nuestras instituciones, por parte de grupos abiertamente declarados insurgentes y partidarios de atentar contra la unidad de la patria y las normas que han venido garantizando el orden, el respeto de las libertades de todos los ciudadanos y el mantenimiento del Estado de Derecho, es casi seguro que entremos en una espiral de enfrentamiento que no se sabe como puede acabar. Si los que tienen por Ley la obligación de acabar con semejantes desacatos y ocuparse de que España siga siendo una sola nación sin rupturas, desafíos antidemocráticos o pretensiones de derribar el orden constitucional para sustituirlo por un sistema en el que se instalen todos aquellos que pretenden, con sus ideas obsoletas y propias de tiempos pasados, volver a llevarnos a épocas de ingrata memoria en la que los españoles no se podían soportar entre sí y, en consecuencia, todo acabó en un cruenta e inoportuna Guerra Civil; incumplen con sus obligaciones mal vamos a acabar. Lo repetimos una y otra vez, para ver si algunos que no se creen lo que sucedió en 1.936, entran en razón y controlan sus deseos de convertir, una vez más, a nuestro país en un nuevo lugar de enfrentamientos entre los españoles. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, intentamos despertar a aquellos que siguen dormitando, mientras la nación entra en coma.

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