No sé si fue por el éxito de audiencia que tuvo TVE el pasado martes o por qué, pero parece que empieza a ser atractivo el formato de un político compareciendo en plan estrella de la televisión para responder a las preguntas que formulan los ciudadanos. Al menos la idea le gusta al alcalde de Castellón, Alberto Fabra, quien se ha agarrado a este formato para rechazar una invitación de la Asociación de Periodistas de Castellón, para participar en un debate junto con los candidatos del PSOE y del Bloc Nacionalista Valencià. El edil del PP ha dicho que NO, a pesar de que la invitación también iba firmada por el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), y presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Fernando González Urbaneja, que es precisamente el encargado de moderar ese debate. Fabra ha dicho a Urbaneja que no piensa acudir a la cita, pero que se quiere dar el gusto de comparecer a lo Zapatero en algún local público de la ciudad. Desconozco si al alcalde de Castellón le pueden poner en un apuro preguntándole cuánto cuesta el cuarto y mitad de sardinas, o si por el contrario, sus colaboradores procurarán que el público asistente no incurra en inconveniencias. Lo cierto es que Fabra no irá a un debate en el que por lo que parece, la oposición podrá desahogarse a gusto contra el alcalde del PP.
Por cierto, a pesar del desdén de los peperos de Castellón, Fernando González Urbaneja recomendó ayer viernes en el congreso de FAPE que en todas las provincias las asociaciones de periodistas organicen un debate entre los candidatos a la alcaldía de las distintas capitales.
De lo que no hay duda es de que la nueva forma de comparecencia importada por la televisión pública ha resultado todo un revulsivo para la primera cadena, que hacía mucho tiempo que no conseguía unos resultados tan espectaculares en horario de máxima audiencia. Aunque resulte difícil de entender, el presidente pudo hasta con Los Serrano de Tele 5, que se dice pronto.
Y pronto también reaccionó el Grupo Prisa al boicot que le ha organizado el Partido Popular; nada más anunciarlo, denunciaron la peculiar forma de pasar gastos de Eduardo Zaplana al Ministerio de Trabajo. Yo no entro en la veracidad de lo publicado, pero de lo que no hay duda es de que al de Cartagena algunos le siguen muy de cerca, desde hace mucho tiempo; desde incluso antes de Terra Mítica, porque el apellido Palop no sólo recuerda al actual portero del Sevilla F.C.
Otro que también se ha cubierto de gloria es el ex Director General de la Policía, Agustín Díaz de Mera (del PP), con su declaración en el juicio por el 11-M. Yo simplificaría mucho el asunto para no dar más vueltas de las necesarias: si lo que denuncia es verdad, ¿no le debería dar vergüenza de sí mismo? Porque vamos a ver, si es cierto que estando al frente de la Policía alguien hizo desaparecer un informe para exculpar a ETA, su capacidad como gestor queda bastante maltrecha. Parece que ha lanzado la piedra y que ha escondido la mano; y el juez, lo ha emplumado. Quizá deberían tomar nota todos esos imaginativos guionistas de la rocambolesca teoría de la conspiración.
