Era en aquel famoso manual de la Escuela de las Américas donde se podía leer que la realidad es algo subjetivo y moldeable que sirve para crear enemigos comunes desde los que legitimar cualquier acción encaminada a la consecución del fin que sea necesario. Es evidente que en Estados Unidos el manual se lleva a raja tabla y, por estos lares, la cosa comienza a atufar... Claro que por aquí a lo castizo. Empezaron adaptando las reuniones de partido al estilo republicano y ya van por la invención de la realidad. - ¡Y cada vez somos más!- grita Rajoy en una de sus últimas soflamas en cabrero rampante contra, otra vez, una decisión judicial, acompañado, otra vez, de los de siempre - bandera de FE/La Falange en primera fila, después de treinta años de nuevo en primera fila, junto a esa gente de orden y de bien (Y esto no es inventar la realidad, esto es - permítanme la expresión- a focking real show).

En este show en el que nos hemos visto inmersos, y tras tres años de gobierno, resulta que el señor Rajoy jamás ha hecho una pregunta sobre sanidad, sobre vivienda, sobre pensiones o educación - es posible que piense que no son temas relevantes para el conjunto de los españoles, o por lo menos eso parece en vista de su inexistente programa político-. Aquí lo importante es el espectáculo, la tergiversación de la realidad, el creacionismo de lo irrelevante. Y sino se lo creen vayan a los diarios de sesiones del Parlamento. El descrédito de afirmaciones como que España se rompe, que somos un país balcanizado, o que el cielo se nos cae sobre la cabeza, al más puro estilo de los santos de los últimos días, con ese afán pulpítico que tan bien ha redefinido esta oposición irresponsable e iracunda, se va perdiendo como detritus bajo más detritus. La basura se esconde baja más basura, mientras, como Hommer Simpson, evitan la ducha convirtiéndose en los reyes de la colonia. Pero el olor persiste y la mugre asoma tras las orejas: Aznar reconoce que no habían armas de destrucción masiva - y digo bien, habían, porque hoy día sí las hay, pero son las de su amigo George-, Acebes dice que el PP jamás ha afirmado que tras el 11M estuviera ETA - ¡Manda huevos!-, Zaplana defiende una ley del suelo menos restrictiva para los ayuntamientos - como éramos pocos, parió la burra-, Del Burgo dice que la intervención de España en Iraq fue una equivocación - Acebes recuerda que Del Burgo pertenece a UPN - como si UPN no fuera la filial navarra del PP-. El olor tumba para atrás.

Y mientras tanto los ciudadanos nos vemos metidos en este sin sentido que el PP llama "política". Un sin sentido que no da respuestas a los problemas que tenemos, que arrastramos, que ni siquiera finge querer arreglarlos, ¿Para qué? ya existe show, y como los antiguos Cesares que daban gladiadores, leones y entrada libre al Coliseum, Rajoy se inhibe del resto, sólo show.

La cuestión es si los ciudadanos somos esos imbéciles que cree el PP, si los ciudadanos no nos damos cuenta que la recreación de la realidad no tiene nada que ver con la realidad, con lo que nos preocupa. Aquí la cuestión es si permitimos que estos inventores de lo irreal, de lo irrelevante, estos resucitadores de la extrema derecha, estos atacantes al Estado de Derecho, estos irresponsables que nos toman por idiotas, pueden conseguir que dejemos de ser lo que somos, pueblo.

Y hasta que no les dejemos claro que no estamos dispuestos a permitirlo, Rajoy sólo pensará que "Show must go on".

Es cosa de todos.

Suena de fondo "Show must go on", de Queen.

Buenas noches, y buena suerte...