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Antonio Valencia

Este chico es un demonio 2

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Creo haberles comentado al menos en una ocasión anterior que Eto'o tenía detalles de niño malcriado. En aquella ocasión varios de mis lectores sugirieron que me había excedido con él. Pues bien, después de los sucesos del pasado domingo estoy por hacer una encuesta entre esos mismos lectores para saber qué es lo que piensan ahora.

Ya se le conocían algunos de estos detalles de su paso por el Espanyol cuando fue cedido por el Real Madrid ("si no juego, no pienso entrenar") o el famoso agarrón de la pechera de Luis Aragonés tras cambiarle en La Romareda en su etapa mallorquinista. Pero en el Barça se le están tolerando actuaciones que con cualquier otro jugador terminarían en venta fulminante.

La primera fue la discusión en el vestuario durante el descanso del Barcelona-Villarreal de la penúltima jornada de Liga 2004-2005, donde el camerunés acusó a sus compañeros de no hacer lo suficiente por parar a Forlán, su rival para el Pichichi y Bota de Oro, que terminó por llevarse el galardón en la última jornada. De esa noche se cuenta que Puyol emuló al actual seleccionador nacional en la anécdota del párrafo anterior.

Luego vinieron los gritos de "Madrid, cabrón, saluda al campeón" en la celebración del título de Liga barcelonista, en una cariñosa muestra de agradecimiento al club que confió en él desde muy joven. Se retractó al día siguiente (sólo faltaba) pero el detalle quedó en el subconsciente madridista.

Después tuvimos una misteriosa desaparición en la Supercopa, luego de haber sido cambiado en el descanso, en otra gran muestra de compañerismo sólo superada por la del pasado domingo, donde disparó prácticamente a todo lo que se movía en Ca'n Barça debido a que no jugó lo que el creía que debía jugar.

Y es que, con esta última actuación, Eto'o le ha echado un pulso al club. O Ronaldinho o yo, ha venido a decir con sus alusiones a que él entrenaba lesionado. En un momento clave de la competición, con la Liga igualada, la Copa colgando y en plena Champions, es toda una carga de profundidad en el vestuario. Rijkaard, que hasta ahora ha demostrado mucha mano izquierda, tendrá que buscar algo parecido a la cuadratura del círculo para lograr los éxitos de la pasada campaña. Cualquiera diría que están en el mismo barco.

Este chico es un demonio 2

Antonio Valencia
Antonio Valencia
domingo, 18 de febrero de 2007, 12:51 h (CET)
Creo haberles comentado al menos en una ocasión anterior que Eto'o tenía detalles de niño malcriado. En aquella ocasión varios de mis lectores sugirieron que me había excedido con él. Pues bien, después de los sucesos del pasado domingo estoy por hacer una encuesta entre esos mismos lectores para saber qué es lo que piensan ahora.

Ya se le conocían algunos de estos detalles de su paso por el Espanyol cuando fue cedido por el Real Madrid ("si no juego, no pienso entrenar") o el famoso agarrón de la pechera de Luis Aragonés tras cambiarle en La Romareda en su etapa mallorquinista. Pero en el Barça se le están tolerando actuaciones que con cualquier otro jugador terminarían en venta fulminante.

La primera fue la discusión en el vestuario durante el descanso del Barcelona-Villarreal de la penúltima jornada de Liga 2004-2005, donde el camerunés acusó a sus compañeros de no hacer lo suficiente por parar a Forlán, su rival para el Pichichi y Bota de Oro, que terminó por llevarse el galardón en la última jornada. De esa noche se cuenta que Puyol emuló al actual seleccionador nacional en la anécdota del párrafo anterior.

Luego vinieron los gritos de "Madrid, cabrón, saluda al campeón" en la celebración del título de Liga barcelonista, en una cariñosa muestra de agradecimiento al club que confió en él desde muy joven. Se retractó al día siguiente (sólo faltaba) pero el detalle quedó en el subconsciente madridista.

Después tuvimos una misteriosa desaparición en la Supercopa, luego de haber sido cambiado en el descanso, en otra gran muestra de compañerismo sólo superada por la del pasado domingo, donde disparó prácticamente a todo lo que se movía en Ca'n Barça debido a que no jugó lo que el creía que debía jugar.

Y es que, con esta última actuación, Eto'o le ha echado un pulso al club. O Ronaldinho o yo, ha venido a decir con sus alusiones a que él entrenaba lesionado. En un momento clave de la competición, con la Liga igualada, la Copa colgando y en plena Champions, es toda una carga de profundidad en el vestuario. Rijkaard, que hasta ahora ha demostrado mucha mano izquierda, tendrá que buscar algo parecido a la cuadratura del círculo para lograr los éxitos de la pasada campaña. Cualquiera diría que están en el mismo barco.

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