Una de las mayores proezas realizadas en nuestro país, fue la del ex presidente Menen, y espero que siga siendo ex por mucho tiempo, que fue la de convertir a los servicios en carceleros de la sociedad a y nosotros en sus rehenes.
La privatización que se realizo en los 90, dejo como saldo Empresas fantasmas, que se escudan detrás de un logo y una excelente y bien diseñada campaña publicitaria.
Las Empresas de Telefonía, por citar una no atienden más publico, todo el tramite debe ser realizado telefónicamente, y las que atienden al publico están desbordadas de usuarios reclamando y hasta gritando por el servicio deficiente o el cobro indebido del mismo, por distintos y varios motivos.
Estas sociedades han tomado, para la atención telefónica, a jóvenes a los cuales después de quitarles el cerebro cuando ingresan a la Compañía y recolocárselo al salir, tienen la habilidad de repetir el Chi insertado en su cabeza, cuantas veces Ud quiera. No importa su enojo ni sus necesidades, ni el tipo de reclamo, ellos van a reiterar sus “mensajes pregrabados”.
Es lamentable pero pocos hacen algo por terminar con esta verdadera estafa.
En mi caso personal, concurrí en tres oportunidades al Centro de Defensa al Consumidor, y luego de variados tramites y horas que perdí de mi trabajo(con el cual abono las facturas de estos servicios), logre que estos personajes asumieran sus errores y me reintegran lo por mi reclamado.
De nada sirve reclamar en un país, cuando las Empresas están unidas y vinculadas y los usuarios están desunidos y responden solo a su interés personal.
El gobierno a permitido ahora, a partir de marzo de 2007, la fusión de las dos empresas mas importante de cable y banda ancha del país, lo cual les otorga un poder de negociación que no tienen en ninguna parte del mundo.
¿Qué puede hacer doña Rosa contra ese poder? NADA absolutamente nada, cuando es el mismo Estado quien permite esos holdings, que lo apoyan en sus campañas políticas a cambio de “olvidos”, siempre necesarios a la hora de pagar impuestos o resolver causas judiciales, y que duermen el sueño de los justos.
El Estado aplica multas a los concesionarios, realmente risueñas, por el incumplimiento de un servicio muchas veces básico a la sociedad y que tal vez provoco un daño irreparable a quienes lo sufrieron.
Esta situación se repite a diario y la pasividad de nuestros funcionarios es realmente preocupante, en algunos casos por inacción y en otros por omisión.
La negligencia del ex gobernador de la ciudad Ibarra, frente a las reiteradas denuncias de los organismos de defensa y seguridad, por la situación de los lugares bailables en Buenos Aires hizo que se perdieran 194 vidas, en una noche.
De todos modos, este funcionario, en el 2007 será candidato en alguna lista sabana y podrá recuperar su “prestigio y honor” mancillado por esos sucios manejos políticos que denunció.
Si realmente al gobierno le interesa la gente (discurso empleado por nuestros gobernantes en cuanto acto de inauguración de algo están) deben preocuparse por la gente.
Su mentalidad temporal hace que su falta de visión en el futuro, nos conduzca a una verdadera y cruel catástrofe, aun peor que la vivida en diciembre del 2001.
Un país no se maneja solo acumulando reservas y pagando deudas con organismos internacionales, a los que tanto denostó.
Una Nación se gobierna pensando en el bienestar de la gente y el Estado debe cumplir con las tres obligaciones básicas que dicta nuestra Carta Magna – SALUD – EDUCACIÓN Y DEFENSA.
Delegar estos compromisos en manos privadas, sin control del Estado y la correspondiente supervisión, es como entregar un arma cargada a un adolescente para que juegue.