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1978
-Vamos a ver, aquí solo hace falta tener clara una casa: Mando yo. Eso sí, podemos gestionarlo de dos maneras. En la primera yo hago como que miro a otro lado, y vosotros vivís como si manejarais vuestra vida.
-¿Y la segunda?
-En la segunda mando yo, y además me encargo que lo sepáis cada día.
-Bueno, visto así...
-¿A que sí?
-Mejor la primera.
-Yo pienso igual. Esto consiste en no hacerse daño.
-No se hable más. La escogemos.
-Bien hecho.
-¿Y esto será siempre igual?
-Será mejor. Con el tiempo no sabréis ni quien manda. Ni recordaréis esta conversación.
-Yo tengo muy buena memoria.
-La memoria solo sirve para recordar por qué se tiene miedo.
2020
-Oye, nos hemos cansado de esta cortina de humo contínua.
-¿Ah, sí?
-Queremos que las cosas cambien.
-Esta conversación la tuve hace mucho con vuestros padres. Estáis seguros?
-Completamente. Más vale vivir lúcidos que engañados.
-Por mí no hay problema, pero no os quejéis luego.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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