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Luciano Sabatini

Gago, '5' albiceleste para muchos años

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“Mi sueño siempre ha sido debutar en la primera de Boca Juniors, jugar en Europa, y poder llegar a vestir la camiseta de la sección absoluta de Argentina”, y como bien es sabido, cuando uno desea algo con fuerza, lucha y trabaja por ello con honestidad, suele ser acabar siendo iluminado por esa varita mágica que cumple tus sueños, y eso le ha ido pasando con cada uno de ellos, uno por uno, a Fernando Gago. Debutó y triunfó con Boca, fichó por el Madrid, habiendo forjado un corazón madridista antes siquiera de enfundarse la camiseta, y a los 20 años le ha llegado su momento, el de su ansiado debut con Argentina.

Aunque no se me ocurre mejor sitio para graduarse como futbolista, el estadio de Saint Dennis, el rival, Francia, y el resultado, la victoria 0-1 con gol de Saviola, serán datos anecdóticos que quedarán para la estadística entre los muchos partidos que Gago está llamado a jugar con la albiceleste. Reúne las cualidades que el pueblo argentino ama en un jugador: personalidad, liderazgo, raza, carácter y una desbordante calidad. Antes que él, Gallego fue el cerebro, el “5” de Argentina para ganar el Mundial del 78 (aunque vestía el número 6 ó el 21 en su camiseta ya que el 5 lo llevaba el portero Ubaldo Fillol), y luego tomaron el relevo Batista, aquel fabuloso “5” que acompañó a Maradona para triunfar en México 86, y Redondo, espejo y gran ídolo del propio Gago. La tradición y la historia hace que la “5” albiceleste sea una camiseta con mucho peso, que Gago se ha puesto haciéndola liviana como si siguiera jugando en el Club Parque donde se formó de niño. Y es que no es para menos, su estilo y personalidad hacen que la camiseta le siente como un guante.

Ha tenido que ser de la mano de Alfio Basile, su gran mentor en Boca Juniors, en una etapa en la que partiendo desde su persona se construyó un Boca que ganó seis títulos en dos años. Cierto es que Gago ya le había robado la titularidad al veterano Cascini cuando el “Coco” se hizo cargo de las riendas del equipo boquense, pero fue a partir de su llegada cuando el protagonismo del “pintita” se hizo superlativo. Basile es un amante del juego de toque, con un solo medio centro y un media punta, y donde la pelota es protagonista y el juego se arma alrededor del manejo del balón. Así Gago encaja perfectamente en sus pretensiones, y con la llegada de Basile a la selección, la llamada de Gago para la absoluta sólo era una cuestión de tiempo. En el anecdotario queda el hecho de que fue el propio Basile quien llamó en por primera vez Redondo para la selección argentina en 1992, y que justamente el Stade de France fue el escenario donde “el príncipe” jugó su último partido oficial con el Madrid para levantar la octava copa de Europa en el 2000, casualidades quizá que unen más la trayectoria de Gago con los pasos de su ídolo.

Con la selección sub 20 Gago ya había demostrado su valía llevando a Argentina a hacerse con el Mundial de Holanda de la categoría en 2005. A su lado tenía al ex Independiente y ahora jugador del Anderlech Lucas Biglia, otro medio centro de lo más jugón. Pero la selección absoluta son palabras mayores.

Ante Francia, Gago no tenía un fácil debut. Enfrente estaba un equipo sub campeón del mundo en Alemania, y dos experimentadísimos medios como Makelele y Vieira. Pero Gago no se amilanó. Saltó al campo del Stade de France con el “5” a la espalda, que ciertamente Cambiasso le había cedido a pesar de su mayor veteranía. Pidió la pelota en cada jugada, se ofreció siempre y fue la mejor salida para sus compañeros. Fue al choque sin ningún miedo cuando fue necesario ante torres como Vieira o Malouda, tocó con su criterio habitual y hasta se animó a pisar y burlar al propio Makelele en un palmo de terreno, dejando claro el cambio generacional que necesitan les blues. Si los incrédulos tenían alguna duda el partido las despejó. Basile lo tenía claro, aunque intentó ser respetuoso en rueda de prensa: “Fernando ha hecho lo que mejor sabe hacer a la perfección”, y eso es mucho. Como una vez me confesó el propio Fernando Redondo, tenemos “5” para muchos años en la selección Argentina.

Gago, '5' albiceleste para muchos años

Luciano Sabatini
Luciano Sabatini
martes, 13 de febrero de 2007, 12:18 h (CET)
“Mi sueño siempre ha sido debutar en la primera de Boca Juniors, jugar en Europa, y poder llegar a vestir la camiseta de la sección absoluta de Argentina”, y como bien es sabido, cuando uno desea algo con fuerza, lucha y trabaja por ello con honestidad, suele ser acabar siendo iluminado por esa varita mágica que cumple tus sueños, y eso le ha ido pasando con cada uno de ellos, uno por uno, a Fernando Gago. Debutó y triunfó con Boca, fichó por el Madrid, habiendo forjado un corazón madridista antes siquiera de enfundarse la camiseta, y a los 20 años le ha llegado su momento, el de su ansiado debut con Argentina.

Aunque no se me ocurre mejor sitio para graduarse como futbolista, el estadio de Saint Dennis, el rival, Francia, y el resultado, la victoria 0-1 con gol de Saviola, serán datos anecdóticos que quedarán para la estadística entre los muchos partidos que Gago está llamado a jugar con la albiceleste. Reúne las cualidades que el pueblo argentino ama en un jugador: personalidad, liderazgo, raza, carácter y una desbordante calidad. Antes que él, Gallego fue el cerebro, el “5” de Argentina para ganar el Mundial del 78 (aunque vestía el número 6 ó el 21 en su camiseta ya que el 5 lo llevaba el portero Ubaldo Fillol), y luego tomaron el relevo Batista, aquel fabuloso “5” que acompañó a Maradona para triunfar en México 86, y Redondo, espejo y gran ídolo del propio Gago. La tradición y la historia hace que la “5” albiceleste sea una camiseta con mucho peso, que Gago se ha puesto haciéndola liviana como si siguiera jugando en el Club Parque donde se formó de niño. Y es que no es para menos, su estilo y personalidad hacen que la camiseta le siente como un guante.

Ha tenido que ser de la mano de Alfio Basile, su gran mentor en Boca Juniors, en una etapa en la que partiendo desde su persona se construyó un Boca que ganó seis títulos en dos años. Cierto es que Gago ya le había robado la titularidad al veterano Cascini cuando el “Coco” se hizo cargo de las riendas del equipo boquense, pero fue a partir de su llegada cuando el protagonismo del “pintita” se hizo superlativo. Basile es un amante del juego de toque, con un solo medio centro y un media punta, y donde la pelota es protagonista y el juego se arma alrededor del manejo del balón. Así Gago encaja perfectamente en sus pretensiones, y con la llegada de Basile a la selección, la llamada de Gago para la absoluta sólo era una cuestión de tiempo. En el anecdotario queda el hecho de que fue el propio Basile quien llamó en por primera vez Redondo para la selección argentina en 1992, y que justamente el Stade de France fue el escenario donde “el príncipe” jugó su último partido oficial con el Madrid para levantar la octava copa de Europa en el 2000, casualidades quizá que unen más la trayectoria de Gago con los pasos de su ídolo.

Con la selección sub 20 Gago ya había demostrado su valía llevando a Argentina a hacerse con el Mundial de Holanda de la categoría en 2005. A su lado tenía al ex Independiente y ahora jugador del Anderlech Lucas Biglia, otro medio centro de lo más jugón. Pero la selección absoluta son palabras mayores.

Ante Francia, Gago no tenía un fácil debut. Enfrente estaba un equipo sub campeón del mundo en Alemania, y dos experimentadísimos medios como Makelele y Vieira. Pero Gago no se amilanó. Saltó al campo del Stade de France con el “5” a la espalda, que ciertamente Cambiasso le había cedido a pesar de su mayor veteranía. Pidió la pelota en cada jugada, se ofreció siempre y fue la mejor salida para sus compañeros. Fue al choque sin ningún miedo cuando fue necesario ante torres como Vieira o Malouda, tocó con su criterio habitual y hasta se animó a pisar y burlar al propio Makelele en un palmo de terreno, dejando claro el cambio generacional que necesitan les blues. Si los incrédulos tenían alguna duda el partido las despejó. Basile lo tenía claro, aunque intentó ser respetuoso en rueda de prensa: “Fernando ha hecho lo que mejor sabe hacer a la perfección”, y eso es mucho. Como una vez me confesó el propio Fernando Redondo, tenemos “5” para muchos años en la selección Argentina.

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