Creo que el mayor de los problemas por los cuales transcurre y ha transcurrido nuestra sociedad, es la impericia en el manejo de la “cosa publica”, entendiendo por tal a los bienes estatales y la dirección en las políticas macroeconómicas, para que los mismos resulten en provecho de todos los ciudadanos de este país, únicos dueños de esos bienes, concepto este poco asimilado por gobernantes y gobernados.
Es por eso que el derroche que realiza este gobierno, en recursos tan necesarios, para un país que según el mismo presidente, aun se encuentra en el “infierno”, es poco menos que inadmisible.
Aceptó durante 8 largos meses, que activistas de izquierda, que dominan y manejan a su antojo el sindicato de estudiantes FUBA, impidiesen la elección del rector, nada menos que de la Universidad de Buenos Aires.
Durante todos estos meses el gobierno y principalmente el Ministerio de Educación, observaban mansamente el estropicio que estos alumnos-piqueteros, causaban la ciudad, como verdaderos y únicos dueños ambos de la “cosa publica”, malgastando fondos administrativo en represión y/o reparación de los daños causados en la vía publica por estos “estudiantes crónicos”.
Luego de tantos desatinos, y tal vez una vez luego de haber consultado con especialistas de la CIA (estimado lector no tengo más que sonreír frente a tanta torpeza), se decidió la realización de la Asamblea Universitaria, de un modo podemos decir que ingenioso, en el Congreso de la Nación e ingresando los miembros, de forma oculta y sigilosa para no ser advertidos por los intolerantes “universitarios”, ubicados en la calle.
Este gobierno, al igual que otros que hemos tolerado y consentido, de buena o mala gana, se encuentra en la mima senda, aprenden a gobernar con el juego del error y el acierto, en casi todas sus acciones, la política del cortoplacismo es su arma letal, los costos son a cargo del pueblo.
En cuanto a la Universidad nuestros funcionarios desconocían por ejemplo que, Agustin Vanella presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) hasta mediados de año, en 2005 había sido además candidato a legislador porteño por el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores), y que inicio sus estudios de abogacía hace ya bastantes años, logrando un promedio general de 5 puntos.
Pero es mucho más redituable y sencillo llegar a un acuerdo con el PO (Partido Obrero) y apartar a la Franja Morada (Radicales) del gobierno de la FUBA.
La fórmula que rivalizara en las elecciones universitarias incluía a un hombre, Agustín Vanella del MST y a otro del PO, Santiago Gimas. La mitad del mandato iba a ser con uno a la cabeza, que renunciaría cuando se cumpliera ese primer período.
Los nombres podían cambiar, pero los caciques eran los mismos, la estrategia para apoderarse de esta caja, que comprende entre otras cosas; las fotocopiadoras, los bares y hasta, las concesiones de estacionamientos de las facultades, fue diseñada hace años por otros dirigentes “estudiantiles”, nada adolescentes.
Hay millones de pesos en danza que se reparten entre algunos pocos, y que sirven para financiar la política de los mayores, partidos estos que necesitan solventar su estructura partidaria.
En realidad y sin faltar a la verdad, el MST y el PO se beneficiaron con un Ministerio de Educación, aparentemente ignorante de lo que todos los medios de opinión conocían, y que fue publicado hasta por el folleto mas ignoto de la ciudad, por lo cual poco hizo por resolver el más serio conflicto, en la historia de la UBA.
El gobierno contribuyó ayer con más violencia en los alrededores del Palacio del Congreso Nacional, para que el peronismo logre imponer a dos de sus integrantes en la conducción de la UBA, Rubén Hallú (rector) y Jaime Sorín (vice), lo cual costó mas detenidos y heridos en la “ BATALLA “ institucional de la elección de autoridades de la UBA.