Una quincena de mujeres se han quitado la parte de arriba de sus
bikinis esta mañana en Río de Janeiro para reivindicar su derecho a
tomar el sol libremente, contrariando el parecer de la mayoría de los y las
brasileñas, para quienes hacer topless sigue siendo todo un acto de
provocación.
La concurrida playa de Ipanema ha sido escenario por segundo año
consecutivo de esta perfomance-protesta, que bajo el lema 'Haz el
topless y no la guerra' quiere "romper tabúes" y abrir la mentalidad de
la gente, como explicaba a Notimérica Bárbara Calmon, una de las
jóvenes que se ha animado a quitarse la camiseta.
El movimiento nació en hace un año con una acción que, igual que en esta ocasión,
convocó a más periodistas que a mujeres dispuestas a quitarse la parte de arriba del
bikini. La activista y promotora cultural Ana Paula Nogueira es la ideóloga del movimiento
'Topless in Rio', y se ha declarado muy optimista con los cambios que poco a poco van
calando en la sociedad.
"Antes las que llevaban bikini eran consideradas poco menos que prostitutas, así que
todo va ir cambiando. No hay que forzarlo, pero tampoco voy a estar en casa esperando a
que un hada madrina legalice el topless", ha dicho.
Consciente de que en Brasil este tipo de protestas tienen que hacerse "de manera lúdica
y con una sonrisa" este año decidió impulsar hasta un concurso para elegir a 'las musas
del toplessaço', una de las cuales, Natache Iamaya, está en silla de ruedas. Su presencia ha
servido para demostrar también las dificultades que tienen las personas con movilidad
reducida para disfrutar de las playas cariocas.
Yes que uno de los propósitos del movimiento, según refleja su decálogo fundacional, es
que "la playa, igual que la ciudad, sea de todos y para todos, con o sin top, con biquini o
con burca, con chanclas o en silla de ruedas". "Hay que democratizar la playa, tenemos
que mezclarnos más", ha remarcado Nogueira, contraria a la creación de guetos para
minorías.
DIVISIÓN DE OPINIONES
Pero entre los bañistas de Ipanema había división de opiniones. Entre las miradas curiosas
había un ambiente general de aprobación, aunque son pocas las mujeres que harían
'topless' en solitario: "Ir con los pechos libres sería una delicia", comentaba Beatriz
Barbosa, que se ha sumado a la causa porque en su opinión en Brasil la manera en que se
viste una mujer se ve como "una incitación a la violación" y eso es un prejuicio muy
grave.
Otros, como Wellington, carioca de 18 años, decía estar a favor, pero con reparos: sólo
si al novio o marido no le importa y siempre que no haya niños en la playa. Nogueira y
las otras activistas rebaten que si se acostumbraran a verlo de forma natural los niños
crecerían "con una cabeza más saludable y menos sexualizada".
Al margen de la controversia algunos extranjeros, como Kevin, estadounidense afincado en
Río desde hace diez años, considera que todo es cuestión de tiempo: "Brasil está en un
momento muy interesante, están llegando nuevas libertades", aseguraba, mientras lucía
una de las camisetas de apoyo a la causa, con unos pechos de mujer y la palabra 'Free'
sobreimpresa.
PECHOS A CUBIERTO
A pesar de que no haya una ley que lo prohíba expresamente, la práctica del topless es
muy poco común en Brasil y suele provocar estupor en las playas, donde en cambio son
frecuentes los tangas minúsculos. No son pocos los turistas que se sorprenden el
conservadurismo carioca, que en cambio acepta con total normalidad los cuerpos
prácticamente desnudos de las 'passistas' en el Sambódromo.
En el año 2000 el estado de Río de Janeiro estuvo a punto de aprobar una ley que
diera cobertura legal a la práctica, pero finalmente se quedó en un cajón. Ahora, las mujeres
que muestren sus senos se exponen a que alguien las denuncie por desorden público,
por lo que todo depende del parecer subjetivo de policías y jueces, ya que no hay un
marco jurídico específico.
Sin embargo, los espacios para la práctica del topless y el nudismo empiezan a abrirse
paso poco a poco: el año pasado el Ayuntamiento de Río de Janeiro aprobó por ley que
la playa de Abricó -una pequeña playa virgen a las afueras de la ciudad- fuera declarada
nudista, dando así cobertura legal a esta actividad.