El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura,
ha reiterado este jueves su llamamiento a un alto el fuego en la localidad
de Alepo, recalcando que los enfrentamientos han supuesto que el país
"haya retrocedido 40 años".
"Empezamos el 2015 con el conflicto sirio como la mayor crisis
humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Es una verdadera tragedia
que el pueblo de Siria continúe viviendo bajo el temor constante de
bombas de barril, ataque de morteros, misiles, coches bomba, secuestros
y ejecuciones extrajudiciales", ha apuntado.
Así, ha indicado que el conflicto se ha saldado por el momento con 220.000 muertos, un
millón de heridos, 3,3 millones de refugiados, 7,6 millones de desplazados y doce millones
de personas que necesitan ayuda humanitaria.
De Mistura ha agregado que enfermedades como la poliomelitis, el sarampión y la fiebre
tifoidea han resurgido en el país, que cuenta además con 4.000 escuelas inservibles, lo que
ha provocado que tres millones de estudiantes hayan perdido su derecho a la
escolarización.
"Estaba previsto que Siria fuera uno de las
cinco mayores economías del mundo árabe, y
ahora es penúltima en la lista, sólo por delante
de Somalia", ha lamentado.
Por otra parte, ha apuntado que el año se ha
iniciado con un nuevo impulso por la paz tras
sus encuentros con los ministros de Exteriores
de Irán y Rusia, así como con el secretario
general de la ONU, Ban Ki Moon.
"Todos ellos están de acuerdo en que es
necesario hacer algo para evitar que el conflicto
sirio pase a un segundo plano, por lo que algún
tipo de solución política es necesaria para este
año", ha argumentado De Mistura. "Es una
buena noticia que esté escuchando lo mismo en
Damasco y en la región", ha añadido.
"Nuestra esperanza es que (el fin de los combates en) Alepo pueda ser una señal de
buena voluntad, una medida para construir confianza que pueda facilitar el reinicio de un
proceso político con un horizonte político claro", ha resaltado.
Por último, ha advertido de que los últimos acontecimientos recalcan la necesidad de
actuar, citando la presión a la que están sometidos los países vecinos por el flujo de
refugiados y los atentados en París, que ha conectado con los orígenes y consecuencias
del conflicto sirio y con la presencia del grupo extremista Estado Islámico en Siria e Irak.
"El resto del mundo no es inmune. Por eso no podemos evitar hoy izar una bandera de
gran preocupación. Por eso utilizamos el inicio de este año para decir que este año, tal y
como estoy oyendo a muchos líderes políticos, es una oportunidad", ha remachado De
Mistura.