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​Revisar el estado de las ventanas permite saber por dónde se disipa el calor en invierno

​Así es y para esto sirve una auditoría energética

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El agotamiento de recursos y el maltrato al medio ambiente es una realidad. Poner freno a ello es responsabilidad de todos, y con pequeños gestos puede conseguirse. Buena prueba de ello es una auditoria energética, que tiene como objetivo analizar y evaluar el estado energético de un inmueble, para así poder mejorarlo y hacer que sea más eficiente. El ahorro energético es una de las principales ventajas de la realización de estas auditorías.

Las auditorías energéticas son afortunadamente cada vez más habituales, ya que persiguen un bien comunitario, a la vez que se busca un ahorro energético y monetario para sus dueños. Mediante un detallado estudio, siempre hay la posibilidad de realizar mejoras que lleven a que el inmueble sea más respetuoso con el entorno, genere menos emisiones y funcione mejor con menos recursos. Es posible si nos ponemos en manos de la empresa adecuada, puede hacernos ahorrar mucho dinero.

Estos son los pasos de una auditoría energética

Una auditoria energética posee una serie procesos, que se realizan de forma progresiva hasta conseguir una mejora patente. En el primer paso, se realiza una recopilación de información sobre el inmueble o industria. El tipo de tarifa energética que se emplea y su precio, los dispositivos que hay instalados y los horarios de uso, llegando además a estudiarse los planos del inmueble.

Seguidamente, hay que realizar una visita al edificio para poder hacer una toma de contacto in situ. Es cuando comienza la inspección de los sistemas de calefacción y de aire acondicionado, la iluminación, los motores y sistemas... Se habla con los responsables de mantenimiento, a fin de obtener una información más detallada de cómo se consume la energía, así como los posibles fallos o fugas. Esta toma de contacto da una idea detallada del margen de mejora que se tiene.

La contabilidad energética, el tercer paso del proceso, tiene como misión estudiar la tarificación y ver los consumos. Se analizan facturas y repasan los contratos. Quizás se esté pagando de más por algo que no necesitemos. También se observa cómo se pueden modificar los hábitos de consumo para evitar despilfarro. Por ejemplo, que el sistema de calefacción de una oficina se queda conectado hasta más tarde del horario del último trabajador, produciéndose un derroche de recursos y de dinero.

El MAEs o Medidas de Ahorro y Eficiencia Energética tiene la misión de poder disminuir los consumos energéticos. ¿De dónde se puede recortar sin perder prestaciones ni confort? Desde la simple modificación de los hábitos de consumo por otros más razonables, como por ejemplo, una apuesta clara por las energías renovables.

El Estudio de Viabilidad Económica pretende despejar las dudas de si lo que se quiere hacer es posible o no. Igualmente, se ocupa de valorar la posibilidad de conseguir ayudas o subvenciones que rebajen el precio del total. Gracias este estudio, podemos conseguir un ahorro considerable en energía.

Llegamos al punto final, la elaboración del informe, en el que se hace constar de manera detallada lo estudiado, las posibilidades de mejora, su viabilidad económica y cómo se ha desarrollado la propia auditoría. Las auditorías energéticas fijan unos mínimos según el Real Decreto 56/2016, dando margen a las empresas que las realizan a incidir de manera notable en algunos aspectos sobre otros. De lo que se trata es de conseguir una mejora que permita un mejor aprovechamiento de la energía que se gasta, al igual que una reducción del presupuesto que empleamos en energia.

¿Qué puedo hacer yo previamente a una auditoría energética?

Es obvio que las auditorías energéticas son asunto de las empresas del sector, pero unos sencillos cambios y permanecer en un estado de revisión continua puede hacer que, al menos, podamos ir mejorando nuestra huella ecológica. Por poner algún ejemplo, conviene analizar las facturas de luz siempre, ya que a poco que les dediquemos un tiempo seremos capaces de interpretarlas adecuadamente. ¿Tengo la tarifa que más me conviene? ¿Tengo contratados más kW de los que realmente necesito? Aplicar esto mismo en el caso del gas puede llevarnos a replantearnos lo que consumimos.

Revisar el estado de las ventanas permite saber por dónde se disipa el calor en invierno. No es cuestión de meter el dinero en una caldera de gas, eléctrica o de gasoil, y dejar que el dinero se vaya por las rendijas de las ventanas. Vigilar los periodos de ventilación en invierno, tener la calefacción en un modo de consumo económico, solicitar revisiones de la instalación y caldera de manera periódica, son rutinas que permiten ahorrar mucho dinero y energía.

Desafortunadamente, el planeta B no existe, y debemos apoyar el uso de fuentes de energías renovables y variar nuestros hábitos de consumo. Hacer que sean sostenibles puede proporcionar un cambio de tendencia. Las auditorías energéticas permiten hacer un estudio en profundidad para que seamos conscientes de nuestra dependencia de la energía. El ahorro energético merece la inversión realizada en la propia auditoría.

​Así es y para esto sirve una auditoría energética

​Revisar el estado de las ventanas permite saber por dónde se disipa el calor en invierno
Redacción
viernes, 4 de septiembre de 2020, 10:09 h (CET)

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El agotamiento de recursos y el maltrato al medio ambiente es una realidad. Poner freno a ello es responsabilidad de todos, y con pequeños gestos puede conseguirse. Buena prueba de ello es una auditoria energética, que tiene como objetivo analizar y evaluar el estado energético de un inmueble, para así poder mejorarlo y hacer que sea más eficiente. El ahorro energético es una de las principales ventajas de la realización de estas auditorías.

Las auditorías energéticas son afortunadamente cada vez más habituales, ya que persiguen un bien comunitario, a la vez que se busca un ahorro energético y monetario para sus dueños. Mediante un detallado estudio, siempre hay la posibilidad de realizar mejoras que lleven a que el inmueble sea más respetuoso con el entorno, genere menos emisiones y funcione mejor con menos recursos. Es posible si nos ponemos en manos de la empresa adecuada, puede hacernos ahorrar mucho dinero.

Estos son los pasos de una auditoría energética

Una auditoria energética posee una serie procesos, que se realizan de forma progresiva hasta conseguir una mejora patente. En el primer paso, se realiza una recopilación de información sobre el inmueble o industria. El tipo de tarifa energética que se emplea y su precio, los dispositivos que hay instalados y los horarios de uso, llegando además a estudiarse los planos del inmueble.

Seguidamente, hay que realizar una visita al edificio para poder hacer una toma de contacto in situ. Es cuando comienza la inspección de los sistemas de calefacción y de aire acondicionado, la iluminación, los motores y sistemas... Se habla con los responsables de mantenimiento, a fin de obtener una información más detallada de cómo se consume la energía, así como los posibles fallos o fugas. Esta toma de contacto da una idea detallada del margen de mejora que se tiene.

La contabilidad energética, el tercer paso del proceso, tiene como misión estudiar la tarificación y ver los consumos. Se analizan facturas y repasan los contratos. Quizás se esté pagando de más por algo que no necesitemos. También se observa cómo se pueden modificar los hábitos de consumo para evitar despilfarro. Por ejemplo, que el sistema de calefacción de una oficina se queda conectado hasta más tarde del horario del último trabajador, produciéndose un derroche de recursos y de dinero.

El MAEs o Medidas de Ahorro y Eficiencia Energética tiene la misión de poder disminuir los consumos energéticos. ¿De dónde se puede recortar sin perder prestaciones ni confort? Desde la simple modificación de los hábitos de consumo por otros más razonables, como por ejemplo, una apuesta clara por las energías renovables.

El Estudio de Viabilidad Económica pretende despejar las dudas de si lo que se quiere hacer es posible o no. Igualmente, se ocupa de valorar la posibilidad de conseguir ayudas o subvenciones que rebajen el precio del total. Gracias este estudio, podemos conseguir un ahorro considerable en energía.

Llegamos al punto final, la elaboración del informe, en el que se hace constar de manera detallada lo estudiado, las posibilidades de mejora, su viabilidad económica y cómo se ha desarrollado la propia auditoría. Las auditorías energéticas fijan unos mínimos según el Real Decreto 56/2016, dando margen a las empresas que las realizan a incidir de manera notable en algunos aspectos sobre otros. De lo que se trata es de conseguir una mejora que permita un mejor aprovechamiento de la energía que se gasta, al igual que una reducción del presupuesto que empleamos en energia.

¿Qué puedo hacer yo previamente a una auditoría energética?

Es obvio que las auditorías energéticas son asunto de las empresas del sector, pero unos sencillos cambios y permanecer en un estado de revisión continua puede hacer que, al menos, podamos ir mejorando nuestra huella ecológica. Por poner algún ejemplo, conviene analizar las facturas de luz siempre, ya que a poco que les dediquemos un tiempo seremos capaces de interpretarlas adecuadamente. ¿Tengo la tarifa que más me conviene? ¿Tengo contratados más kW de los que realmente necesito? Aplicar esto mismo en el caso del gas puede llevarnos a replantearnos lo que consumimos.

Revisar el estado de las ventanas permite saber por dónde se disipa el calor en invierno. No es cuestión de meter el dinero en una caldera de gas, eléctrica o de gasoil, y dejar que el dinero se vaya por las rendijas de las ventanas. Vigilar los periodos de ventilación en invierno, tener la calefacción en un modo de consumo económico, solicitar revisiones de la instalación y caldera de manera periódica, son rutinas que permiten ahorrar mucho dinero y energía.

Desafortunadamente, el planeta B no existe, y debemos apoyar el uso de fuentes de energías renovables y variar nuestros hábitos de consumo. Hacer que sean sostenibles puede proporcionar un cambio de tendencia. Las auditorías energéticas permiten hacer un estudio en profundidad para que seamos conscientes de nuestra dependencia de la energía. El ahorro energético merece la inversión realizada en la propia auditoría.

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