¿De verdad crees que el cine y los videojuegos son los culpables
de que se produzcan tiroteos, atracos o matanzas? Por supuesto,
hay quienes durante los años que tienen el cine o el ocio
electrónico se han empeñado en vincular estos contenidos con
acontecimientos violentos, pero la violencia ha decrecido desde su
existencia. Un nuevo estudio nos invita a hacernos la siguiente
pregunta: ¿hay una relación entre estos contenidos de ficción y la
violencia existente en la sociedad o es una excusa más para que
no pensemos en los verdaderos orígenes de estos problemas?
No son pocos los que han tratado de buscar en el cine o en los
videojuegos con temáticas violentas el origen de una actitud
también violenta en la sociedad. Particularmente preocupada se
muestra en este terreno la esfera política de Estados Unidos, un
país con gigantescas desigualdades económicas, educativas y
sanitarias que además en muchos casos se encarga de fomentar
el miedo y el odio entre sus ciudadanos. Sin embargo, parece ser
que para muchos dirigentes, los orígenes de las matanzas y los
tiroteos no son estos, sino actores o personajes virtuales
disparándose.
Aquellos que llevan utilizando juegos desde que eran pequeños,
desde Mortal Kombat a Call of Duty, pasando por Carmageddon, y
que no se han peleado en su vida, siempre han visto esta relación
descabellada. Tampoco son pocos los estudios que han tratado de
desmontar esta "caza de brujas" a la que se ha visto sometido el
ocio digital, defendiendo que no existe una relación. En este
sentido, un defiende que no existe ninguna relación
entre la violencia en la sociedad, con los videojuegos y el cine.
La investigación, dirigida por el psicólogo Christopher Ferguson y
publicada en el Journal of Communication, no sólo encontrado que
no hay relación entre los medios violentos y el comportamiento de
la sociedad, sino también en duda la metodología de los estudios
previos que sugerían que los dos estaban relacionados. El
investigador se refiere a estudios que buscan una rápida relación
entre un estímulo breve y aislado en el sistema nervioso del sujeto
estudiado.
La nueva investigación señala que estos estudios "proporcionan
exposición a breves clips de los medios de comunicación, en lugar
de experiencias llenas narrativas" y que "las conductas agresivas
resultantes se encuentran también fuera de un contexto del
mundo real".
La nueva investigación está compuesta por dos estudios que se
centran en el cine y los videojuegos, respectivamente. En el
primero, los investigadores examinaron la correlación de las
películas violentas de 1966 a 2011 y la violencia social. La violencia
en el cine siguió un patrón en U durante este periodo, pero la
violencia social fluctuó de manera diferente. Es más, durante la
segunda mitad del siglo 20 se produjo un incremento en la
violencia en las películas; un periodo que coincidió con "una
violencia social reducida".
El segundo estudio de la investigación se centra en los
videojuegos violentos lanzados de 1996 a 2011 y utiliza los datos
de la Entertainment Software Ratings Board (ESRB). Estos
contenidos fueron comparados los datos sobre la violencia juvenil
durante ese mismo periodo, tratando de encontrar una
correlación. Durante este período de tiempo, "la violencia juvenil se
desplomó", "a pesar de mantener altos niveles de violencia
proveniente de los medios en la sociedad con la llegada de los
videojuegos".
En un comunicado de prensa Ferguson señala que la postura de
muchos dirigentes y el tratamiento mediático en torno a los
videojuegos violentos y la violencia juvenil puede deberse a la
"cantidad limitada de recursos y la atención" que la sociedad puede
dedicar a "el problema de la reducción de la delincuencia".
¿Por qué tanto interés entonces por relacionar videojuegos y
cine con violencia? Según los investigadores, si el problema se
identifica puede "distraer a la sociedad de las preocupaciones más
acuciantes como la pobreza, la educación y la formación
profesional y las disparidades de salud mental". De esta forma, los
investigadores destacan sobre su trabajo: "Esta investigación
puede ayudar a que la sociedad se centre en temas que realmente
importan y evite dedicar recursos innecesarios para la búsqueda de
agendas morales con poco valor práctico".