El japonés Naoya “Monster” Inoue es sin duda la nueva revolución y sorpresa de las categorías inferiores. Si “Chocolatito” González es el rey, no hay que olvidar a este pequeño gigante que se está abriendo paso a base de impactantes victorias sobre sus adversarios, contando tan solo ocho combates en su carrera como profesional.
Inoue no ha realizado una dilatada carrera como amateur, aunque sí ha tenido enfrentamientos de entidad en el campo internacional. Su palmarés es de 75-6 (48 Kos), por lo que ofrece un alto porcentaje de nócauts para una categoría tan pequeña y bajo el reglamento de aficionado. Entre sus logros más destacados se encuentra la Medalla de Oro en la Copa del Presidente en 2011. Así como otras participaciones importantes como el Campeonato Mundial de Baku de ese mismo año, donde perdió con su verdugo, el cubano Yosvany Veitia.
En 2012 decidió dar el salto al profesionalismo, y pasó a adjudicarse el título de Japón en lo que significó su cuarta contienda. Pero 2014 fue el año del “Monster”, cuando en abril noqueó a Adrián “Confesor” Hernández, dándole un auténtico recital y noqueándole en seis asaltos para conquistar el Mundial Minimosca CMB.
La sorpresa de final de año la realizó al subir de categoría, retando al mítico Omar Narváez y noqueándole sin contemplaciones en dos asaltos para hacerse con el Mundial Supermosca OMB. Este ha sido su octavo y último combate, ostentando en la actualidad un record de 8-0 (7 Kos).
La rapidez, precisión y potencia de este menudo púgil hablan de la calidad del mismo y le etiquetan de un “Monstruo” en estas categorías. Con tan solo 21 años está dispuesto a hacer historia y, de hecho, pide a los mejores para lograrlo, señalando a “Chocolatito” González. Pero el nicaraguense es otro cantar. No tan solo por su experiencia, pegada y encaje, sino también por su capacidad ofensiva considerada como una de las mejores en la actualidad.
Es evidente que “Chocolatito” también quiere hacer historia siendo el primer nicaraguense en ceñirse el cetro mundial en cuatro categorías, ya que el magnífico Aaron Pryor se lo impidió en su momento al “Flaco Explosivo” Argüello.
De celebrarse tal evento sería un gran duelo de invictos, donde la inexperiencia de Inoue no sería una hándicap tan importante, a la vista de lo que le hizo al “Huracán” argentino. La velocidad estaría del lado del nipón, pero la continuidad en el golpeo estaría a favor del nicaraguense. Naoya tendría que boxear en la distancia, lanzando combinaciones de dos o tres golpes explosivos con desplazamientos en retroceso durante la contienda. ¿Pero podría aguantar durante doce asaltos la presión a la que somete “Chocolatito” a sus rivales? Si lo lograse, seguro que conseguiría un lugar más privilegiado en la historia del boxeo nipón, puesto que su estatus actual ya se lo ha ganado a pulso, y con creces.