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Óscar Arce Ruiz

El Candomblé y las religiones afro-brasileñas (I)

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Este artículo trata de las dimensiones espacio-temporales en una de las religiones afro-americanas más estudiadas: el candomblé; y, especialmente, centrándose en el candomblé de Bahía. Se inicia con una breve consideración general de las religiones de origen africano que se encuentran en Brasil, para mostrar después los aspectos relacionados con la alteración del espacio y del tiempo que el candomblé supone y una breve relación con las obras Lo sagrado y lo profano y Sobre algunas formas primitivas de clasificación, de Eliade, y Durkheim y Mauss, respectivamente.

1. Introducción

Una religión es un sistema solidario de creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos los que a ella se adhieren. De esta manera define Durkheim la religión en su obra Las formas elementales de la vida religiosa (1986: 29). También establece la distinción dicotómica entre “sagrado y profano”, que explicita la tendencia humana a la creencia en un orden superior de cosas.

Esta distinción, llevada al terreno espacio-temporal, nos permite hacer evidente la distinta experiencia que asume el ser humano como ser religioso ante los espacios y tiempos sagrados y los espacios y tiempos profanos. De esta manera, incluso para el hombre profano – para el cual el espacio es homogéneo y neutro (1998: 22) - existen una serie de valores que denotan un tratamiento del espacio que dista mucho de la homogeneización de éste, y que establece, en palabras de Eliade, “los lugares santos de su universo privado”.

Es evidente, pues, que el tratamiento sagrado hacia el espacio y el tiempo tienen que ver con la necesidad de establecer un orden en la existencia del hombre, que permita crear una realidad ordenada que rija sobre el caos, en el cual no podría desenvolverse. Por eso, la validez de todas las teorías místico-religiosas se basa en que no son una explicación de la creación y el orden cósmico, sino una invención arbitraria creada para ordenar la experiencia social mediante convenciones rituales, de igual manera que el lenguaje ordena el pensamiento mediante palabras.

El caso del candomblé –y, por extensión, de las religiones afro-americanas-presenta una característica que debe tenerse en cuenta: la separación obligada de la tierra africana. La fractura que surge al pasar de un estilo de vida tradicional al sistema de esclavitud, supone crisis personales y sociales de distinto alcance y condición, que afectan también al campo de la religiosidad, que debe encontrar nuevos marcos de referencia y conquistar nuevos espacios para afirmar la identidad de los esclavos.

En esta situación, el culto negro, caracterizado por su plasticidad, debe abrirse mucho más debido a la situación de hostilidad externa, recreando e inventando nuevos medios para la supervivencia del pensamiento africano en Brasil mientras se americaniza el gesto de los esclavos.

El Candomblé y las religiones afro-brasileñas (I)

Óscar Arce Ruiz
Óscar Arce
martes, 8 de abril de 2008, 13:39 h (CET)
Este artículo trata de las dimensiones espacio-temporales en una de las religiones afro-americanas más estudiadas: el candomblé; y, especialmente, centrándose en el candomblé de Bahía. Se inicia con una breve consideración general de las religiones de origen africano que se encuentran en Brasil, para mostrar después los aspectos relacionados con la alteración del espacio y del tiempo que el candomblé supone y una breve relación con las obras Lo sagrado y lo profano y Sobre algunas formas primitivas de clasificación, de Eliade, y Durkheim y Mauss, respectivamente.

1. Introducción

Una religión es un sistema solidario de creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos los que a ella se adhieren. De esta manera define Durkheim la religión en su obra Las formas elementales de la vida religiosa (1986: 29). También establece la distinción dicotómica entre “sagrado y profano”, que explicita la tendencia humana a la creencia en un orden superior de cosas.

Esta distinción, llevada al terreno espacio-temporal, nos permite hacer evidente la distinta experiencia que asume el ser humano como ser religioso ante los espacios y tiempos sagrados y los espacios y tiempos profanos. De esta manera, incluso para el hombre profano – para el cual el espacio es homogéneo y neutro (1998: 22) - existen una serie de valores que denotan un tratamiento del espacio que dista mucho de la homogeneización de éste, y que establece, en palabras de Eliade, “los lugares santos de su universo privado”.

Es evidente, pues, que el tratamiento sagrado hacia el espacio y el tiempo tienen que ver con la necesidad de establecer un orden en la existencia del hombre, que permita crear una realidad ordenada que rija sobre el caos, en el cual no podría desenvolverse. Por eso, la validez de todas las teorías místico-religiosas se basa en que no son una explicación de la creación y el orden cósmico, sino una invención arbitraria creada para ordenar la experiencia social mediante convenciones rituales, de igual manera que el lenguaje ordena el pensamiento mediante palabras.

El caso del candomblé –y, por extensión, de las religiones afro-americanas-presenta una característica que debe tenerse en cuenta: la separación obligada de la tierra africana. La fractura que surge al pasar de un estilo de vida tradicional al sistema de esclavitud, supone crisis personales y sociales de distinto alcance y condición, que afectan también al campo de la religiosidad, que debe encontrar nuevos marcos de referencia y conquistar nuevos espacios para afirmar la identidad de los esclavos.

En esta situación, el culto negro, caracterizado por su plasticidad, debe abrirse mucho más debido a la situación de hostilidad externa, recreando e inventando nuevos medios para la supervivencia del pensamiento africano en Brasil mientras se americaniza el gesto de los esclavos.

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