El Real Madrid dio un golpe sobre la mesa ante el Anadolu Efes
Estambul en la última jornada de la fase de grupos de la Euroliga (90-70),
un triunfo que sirve a los merengue para certificar el liderato y para cerrar
el capítulo de dudas abierto tras las derrotas domésticas frente a
Estudiantes y Bilbao Basket.
Le costó arrancar al equipo de Pablo Laso, vilependiado hace unos días
por la pérdida del liderato en la ACB y por el meneo que recibió en el derbi
ante el 'Estu'. Una cita en la que no sólo debían ganar, sino que tenían
que buscar la redención a sus tropiezos más cercanos con buen gusto y mejor paladar. El
exigente Palacio de los Deportes no esperaba menos.
Sin embargo, el buen comienzo del Anadolu --con Saric en grandes guarismos-- no dejó
fluir todas las ganas de los madridistas, a excepción de Ioannis Bourousis, el mejor en
todo el partido y el que dio licencia a los locales para no marcharse del choque y provocar
los primeros pitos en la grada.
El griego fue quién igualó la contienda a los ocho minutos, pero los turcos --que darán
mucho que hablar en el 'Top 16'-- no perdieron la cara al encuentro hasta el tercer acto. El
equipo dirigido por Dusan Ivkovic estuvo con vida hasta antes del descanso, momento en
el que el Real Madrid también cerró de un portazo su infelididad con el triple.
Las malas estadísticas desde la línea del 6,75 había dejado al Madrid de manos atadas.
Una de sus principales virtudes resultaba la 'gran culpable' de que los blancos no hubieran
estado más finos de cara al aro. KC Rivers, en el séptimo intento del equipo este jueves,
acabó con el mal fario y puso a los suyos nuevamente en el camino.
De hecho, esa canasta --antes del minuto 30-- supuso el 44-39 que ya anunciaba un
cambio de orden para el segundo asalto. Ahí murió el Efes, con Peperoglou sin más
gasolina y con Rudy Fernández a un gran nivel. El balear, que ha ido de menos a más,
firmó uno de sus mejores partidos esta campaña y eso lo notó un Real Madrid que sigue
echando de menos al 'Chacho'.
Desde aquí hasta el final, los de Laso se gustaron ante un rival que quiso volver a apretar
la contienda en el ecuador del último cuarto, con un Draper que volvía a casa pero que no
pudo estar al nivel, al menos anotado.
El 69-61 fue un espejismo para los turcos, que terminaron hincando la rodilla ante un
Real Madrid que concluye la fase de grupos como líder y que parece haber dejado a un
lado los sinsabores generados en la Liga Endesa.