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Son un mal ejemplo cuando se mueven de un lado a otro y logran subir muy alto, pensando o sin pensar en el fin de personas de regular proceder. Grande es la noche y no hay más que decir. De arriba-abajo: malos, nunca les perdonará el sol. Yo tampoco.
Han sido todos iguales, sin inclinación al cielo, se cargaron a los nobles y les metieron en un frasco, grandes malos que ocasionan desastres que no van en rumbo fijo a la meta celestial, se pierden por el camino porque quieren. Otros les acompañarán.
Hay vocación de servicio y se defienden muy bien, es realmente triste que no comprendan que son todos igualitos, pero que hay otros caminos que no irían contra ellos. No deben ser cómplices, inhumanos, seres incomunicados, frágiles machotes apartados, torpes atropellos de la dignidad.
GatoTruffo, fiel. Te queremos muy muy bien. Eres buen tesoro.
María Herreros es una ilustradora valenciana que termina de publicar ‘Un barbero en la guerra’ (Ed. Lumen), un trabajo que no resulta fácil de catalogar. No es un cómic. No es un libro ilustrado. Es otra cosa. Una hibridación, un cruce, una suma de. Al final las hibridaciones van a consolidarse como género. ‘Un barbero en la guerra’ cuenta la historia del abuelo de la propia María, Domingo Evangelio, un hombre que con diecinueve años hubo de incorporarse a la lucha.
La demencia, más allá de una simple pérdida de memoria asociada a la vejez, representa un complejo conjunto de trastornos que afecta a la vida de quienes la padecen y supone un camino repleto de dudas y obstáculos para familiares y amigos. Este libro proporciona una completa mirada sobre los diferentes tipos de demencias, más allá del conocido alzhéimer, y revela cómo afectan y se manifiestan en cada persona.
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