Las arcas del Deportivo de A Coruña no podían estar peor. A pesar de la política de racionamiento llevada a cabo por el señor presidente de la entidad, el centenario club coruñés adeuda 146 millones. Al menos eso es lo que reconoce el de Corcubión. De estos, 111 quilos son a largo plazo y 35 a pagar a muy corto tiempo. Cualquiera que sienta cierto aprecio por este club tiene que estremecerse solo de pensar en el futuro del Dépor. Una de las soluciones a esta nefasta situación, fruto sin lugar a dudas, de una nefasta gestión económica y me atrevería a decir que en los últimos tiempos también deportiva, pasa por la llegada de un gran inversor. A finales de febrero una asamblea extraordinaria modificará los estatutos del club para poder permitir que una persona pueda adquirir más del 1% del Real Club Deportivo. ¿No era que Lendoiro afirmaba que nunca modificaría ese punto porque el Dépor siempre sería de los gallegos y de los coruñeses? Donde dije digo, digo Diego.

Otra opción es acogerse a la ley concursal, o comúnmente conocida como suspensión de pagos. Clubes como Las Palmas y Málaga, y aquí en Galiza el Ourense, ya se han acogido a esta opción. El Deportivo ya ha mantenido contactos con estas entidades para estudiar el tema.Si el Depor se acoge a la ley concursal de forma voluntaria, Lendoiro podría seguir al frente bajo supervisión de administradores concursales. Pero si los que lo reclaman son los deudores, que hay muchos, los administradores se harían cargo de toda la gestión de la entidad blanquiazul. Sigue oliendo muy mal todo esto.

Por lo pronto, el Deportivo está inhabilitado para fichar por una demanda del Alavés por el impago de 480.000 euros del segundo plazo por el fichaje de Bodipo, y que ha hecho que la Liga de Fútbol Profesional suspenda sus derechos federativos para fichar. Por otra parte, encima del despacho blanquiazul en la ilustre y coruñesísima plaza de Pontevedra se acumulan ya múltiples demandas de jugadores como Acuña, Scaloni, Víctor o Fran reclamando el dinero que se les debe. Además, la plantilla cobra con pagarés. O lo que es lo mismo, a final de me son están cobrando. Visto esto, ¿Quién confía en cobrar en esta santa casa? ¿Qué jugador quiere venir a un club que muestra estos precedentes? Aquí se ha tocado fondo.