La 27ª edición de los Premios del Cine Europeo, que se celebró anoche
en Riga (Letonia), ha tenido como protagonista a Ida, la producción de
Polonia y Dinamarca que dirige Pawel Pawlikowski. Este largometraje se
ha adueñado de los tres galardones más importantes de la gala: el de
mejor película, mejor director y mejor guión. Además, se lleva a casa el
reconocimiento a mejor fotografía y el premio del público.
La madrileña actriz Marian Álvarez no ha conseguido llevarse el
galardón por su trabajo en la cinta La herida, de Fernando Franco, con la
que ganó el premio Goya a la mejor interpretación femenina. Quien ha
tenido más suerte es la francesa Marion Cotillard, que ha ganado el
premio a mejor actriz por Dos días, una noche, en la que interpreta a una joven que se ve
obligada a convencer, con la ayuda de su marido y en un solo fin de semana, a sus
compañeros de trabajo para que renuncien a sus primas y poder así mantener su empleo.
A su vez, Timothy Spall ha sido reconocido como mejor actor por su papel en la película
Mr. Turner, de Mike Leigh. En ella se mete en la piel del pintor británico Joseph Mallord
William Turner.
Tampoco Paco León ha podido hacerse con el premio de la categoría de mejor comedia,
en la que competía con su cinta Carmina y Amén. El cineasta Pierfranceso Diliberto se ha
llevado este reconocimiento con la comedia italiana La mafia uccide solo d'estate.
Las españolas 10.000 Kilómetros, de Carlos Marqués-Marcet, y La herida, nominadas
como mejor descubrimiento del año, tampoco pudieron hacer nada ante la ucraniana The
Tribe (Plemya), de Miroslav Slaboshpitsky.
El director británico Steve McQueen ha sido galardonado con el Premio de Honor de la
Academia de Cine Europeo, un reconocimiento por su "contribución única al mundo de la
cinematografía", en la que destacan tanto sus numerosas piezas audiovisuales como sus
tres lartometrajes: Hunger, Shame y 12 años de esclavitud.
Master of the Universe, la pieza audiovisual de Marc Bauder se alzó como mejor
documental, mientras que The Chicken se situó en el primer puesto de la categoría de
cortometrajes con la joven Una Gunjak y The art of happiness, de Alessandro Rak (Italia),
en el de mejor animación;
Otros de los galardones que se otorgaron este sábado fueron el de mejor montaje, para
Justine Wright por Locke (Reino Unido); mejor música, para Mica Levi por la película
Under the skin, de Jonathan Glazer (Reino Unido, Estados Unidos y Suiza); o mejor sonido,
para Joakim Sundström, por Starred up, de David Mackenzie (Reino Unido).
IDA, REFLEXIÓN EN BLANCO Y NEGRO
El cineasta polaco Pawel Pawlikowski regresa en la cinta Ida a su ciudad natal, al lugar
exacto en el que vivió desde los cinco hasta los 14 años, para contar una historia con la
que poder "reflexionar" acerca de las raíces, la religión y el contraste cultural y social de
Polonia a principios de los años 60, según relató el cineasta durante una entrevista
concedida este año a Europa Press durante la visita que realizó a Madrid con motivo de su
estreno en España.
El resultado es un largometraje en blanco y negro en el que el cineasta cuenta la historia
de Anna, una joven novicia que cuando está a punto de tomar sus votos como monja,
descubre un secreto oscuro familiar ocurrido durante la ocupación nazi. Ella y su tía
inician así un viaje en el que se reencuentran con su pasado.
Tal y como explicó el Pawlikowski, la película parte de una idea "intelectual": "Ser
católico y no, tener o no tener fe y si ser católico es algo social". A partir de estos
planteamientos, el director rememora el ambiente que vio cuando era niño y que ha visto
en sus álbumes de fotos para recrear cómo era el país en los años 60.
Según indicó, esa fue la época en la que descubrió ese el mundo que el director recuerda
"gris, cerrado, con tranvías, holeluchos", en el que las reliquias de la Segunda Guerra
Mundial se mezclaban con elementos nuevos como el "movimiento beatneak o el jazz', así
como con la melancolía".