El director de la CIA, John Brennan, ha admitido este jueves que es
"imposible" saber si los "aberrantes" interrogatorios reforzados llevados a
cabo por la agencia sirvieron para conseguir información útil de
Inteligencia.
En una inusual rueda de prensa del jefe de la Inteligencia de Estados
Unidos, Brennan ha calificado de "aberrantes" las técnicas de
interrogatorio reforzado que el Senado y la Casa Blanca han tachado
directamente de torturas.
No obstante, ha querido subrayar que los agentes de la CIA actuaron
siguiendo las directrices del Gobierno de George W. Bush. "Hicieron lo que se les pidió que
hicieran al servicio de nuestro país", ha sostenido, según ha informado NBC.
Además, Brennan ha reconocido que es "imposible" determinar si estos interrogatorios reforzados sirvieron para algo. "Voy a ser claro: no hemos concluido si este programa nos
permitió obtener información útil de los detenidos", ha dicho.
A este respecto, ha explicado que "el uso de métodos coercitivos tienen un gran riesgo
de resultar en información falsa porque alguien que está sujeto a estos métodos
coercitivos podría ser capaz de decir cualquier cosa para que pararan".
A pesar de estas declaraciones, Brennan ha recordado que la CIA "ha hecho muchas
cosas bien" en todos estos años para mantener Estados Unidos seguro y ha considerado
que el nivel de transparencia de estos días ha estado "por encima del máximo".
"ERRORES Y CARENCIAS"
Brennan ha corregido así las declaraciones que hizo el martes a través de un
comunicado en el que, aunque admitió que el programa de interrogatorios reforzados tuvo
algunas "carencias y errores", sirvió para obtener información fundamental en la lucha
contra el terrorismo y, con ello, "salvar incontables vidas".
Entonces, también criticó que el Senado, encargado de elaborar un informe sobre este
programa, no ha hecho "ninguna entrevista a ningún miembro de la CIA implicado en él, lo
que habría aportado un valioso contexto y perspectiva respecto a estos acontecimientos".
La Comisión de Inteligencia del Senado reveló el martes en un informe que durante los
ocho años que duró el programa de detenciones e interrogatorios de la CIA se realizaron
torturas "brutales" a 119 presos, 26 de ellos arrestados por error, y que nada de eso sirvió
para evitar "amenazas terroristas inminentes".