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“La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.” Voltaire

​Divide y vencerás. Ahora toca enfrentar a Feijoo con Casado

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Todo vale cuando se trata de conseguir crearle problemas al adversario político convertido, en virtud del intento de mantenerse en el poder el mayor tiempo posible, en enemigo al que hay que batir, sean cuales fueren los métodos necesarios para conseguirlo. Cuando un partido, como el PSOE, tiene unos resultados electorales tan pobres en la comunidad gallega y, su compañero de fatigas en el Gobierno de la nación, Podemos Unidas, sufre una somanta que lo sitúa fuera del gobierno autonómico, dejándolo con 0 escaños; lo que suele suceder es que, la reacción única que suelen tener ambos perdedores, se centra específicamente en intentar que la victoria, en este caso del PP, les sirva para usar intencionadamente el truco de ensalzar al vencedor autonómico para, de este modo, intentar provocar los celos de su superior en el escalafón, la persona del secretario general del partido, utilizando el método de magnificar las posibles diferencias de enfoque político, que siempre suelen existir entre miembros de un mismo partido, para procurar enfrentar al vencedor presentándolo como un rival cualificado, con la aureola de la aplastante victoria obtenida en Galicia, en detrimento del líder, señor Casado, al que se pretende presentar como perdedor y perjudicado por la victoria de su compañero de partido. Un arma muy vieja, numerosas veces utilizada en la historia de la Humanidad y, evidentemente, despreciable por lo que de ruin y maquiavélico tiene el recurrir a remover las pasiones humanas para sacar de ello un rédito político.

Aparte de que estos trucos tan aparentes, simples, y fácilmente detectables por aquellos que conocen cómo se las gastan las izquierdas, los métodos a los que recurren y su absoluta falta de ética y respeto por quienes no comparten sus ideas y se resisten a dejarse intimidar por sus métodos chantajistas; siempre denotan una debilidad por parte de quienes los usan, debido a que si tuvieran la certeza de que ocupan una posición fuerte al frente de la nación, no tendrían la necesidad imperiosa de mantenerse siempre a la defensiva, sabiendo que sus fallos, sus errores y sus muestras de no tener un plan definido y bien planteado para enfrentarse a los problemas del país, los hace vulnerables y, en consecuencia, mantenerlos continuamente a la caza de brujas, convencidos de que, en cualquier momento, se pueden ver, como le sucedió al señor Rodríguez Zapatero a finales del 2011, en una situación en la que no puedan continuar manteniendo la superchería de la que se están valiendo para tener engañada y anestesiada a la ciudadanía española.

El problema es que, en estos momentos, es evidente que España se encuentra con varios frentes abiertos a la vez, todos ellos lo suficientemente trascendentales para que puedan tomarse con ligereza y con la suficientemente enjundia, cada uno de ellos, para conseguir la desestabilización de la nación si no se neutralizan a tiempo y si, los españoles, no somos capaces de tomar conciencia de que no se puede mantener una posición contemplativa, indiferente, pasiva o, simplemente, acomodaticia mientras España está avanzando, de manos del actual gobierno socio-comunista que nos dirige, hacia su cuarteamiento, división, desplome económico, intervencionismo, cambio de régimen y, posiblemente, entrar ante un nuevo proceso de retroceso en cuanto a libertades individuales, mantenimiento de la propiedad y libertad de mercados e iniciativa individuales de los que, hasta hace poco, habíamos venido disfrutando.

Los ataques, perfectamente organizados, contra la monarquía parece que están encaminados a un nuevo intento de establecer la III República, precisamente en unos momentos en los que, esta posibilidad, llevaría directamente a una reforma de la Constitución que, con toda seguridad, serviría como si se abriera la Caja de Pandora de los desatinos, para dar lugar a incluir en ella todas las veleidades, de una reforma, de manos de un gobierno de extrema izquierda, demagogo y dirigido por personas que han demostrado, a través del tiempo que han estado gobernando, que no estaban preparadas, ni han demostrado estar capacitadas, careciendo de la debida objetividad y mesura para una tarea tan delicada como es preparar una Constitución pensada para beneficiar a todos los españoles y, no solamente, destinada a aquellos que busquen el fin y la fragmentación de la nación española. El intento de laicización y no de mantener lo dispuesto en la Carta Magna, que reconoce la aconfesionalidad de la nación española, dos conceptos muy diferentes pero que, para las izquierdas, se identifican como fobia hacia los cristianos católicos, especialmente cuando se trata de privarlos de privilegios y de ayudas, cuanto el catolicismo en España todavía goza de una gran implantación entre una parte importante del pueblo español.

Una nación laica es aquella que no reconoce ninguna religión dentro de ella, pero una nación aconfesional supone que se admiten toda clase de cultos o religiones dentro de ella, mientras que todos ellos respeten las leyes por las que se rige la ciudadanía del país. Sin embargo, hoy mismo nuestros Gobierno ha dado muestras de la forma equivocada de entender la cuestión religiosa en España, cuando ha pretendido homenajear a la multitud de víctimas que, en parte, gracias a su desidia, hemos tenido que entregarle al coronavirus; mediante una ceremonia especialmente seglar, desconocida por su falta de implantación en nuestro país, a todas luces carente de la solemnidad a la que los españoles estamos acostumbrados, cuando se trata de honrar a nuestros muertos y con todas las apariencias de ser una bofetada a la Iglesia Católica, contra la cual, los comunistas de Podemos, parecen dispuesto a reforzar sus ataques. Lo propio hubiera sido que, los representantes de todas las religiones implantadas en territorio español, se hubieran puesto de acuerdo y, como sucede en muchos países de nuestro entorno, hubieran llevado a cabo una ceremonia conjunta multireligiosa, con la participación de representantes de todas ellas.

Los últimos acontecimientos que han tenido lugar en nuestra nación han sido especialmente dolorosos para los comunistas bolivarianos, representados por Unidas Podemos y, en especial, para el señor Pablo Iglesias que, de pronto, se ha visto obligado a encajar una serie de golpes de los que le va ser muy difícil reponerse. Los 0 escaños de Galicia en beneficio de los nacionalistas y los escaños que ha perdido en el País Vasco son indicativos de que los rumores de que era una formación en franca decadencia, no anduvieron desencaminados. Si a todo ello unimos los problemas particulares que lo tienen sujeto a los tribunales y, el hecho de que el juez que lleva el caso, ya piense en elevar el correspondiente suplicatorio a las Cortes para poderlo enjuiciar, es evidente que no son platos de buen gusto para nadie y, mucho menos, cuando se trata de un señor que ocupa un puesto de tanta responsabilidad en el gobierno de la nación.
Sin embargo, esta circunstancia no hay duda que está exacerbando el extremismo dentro del cual se sitúa habitualmente el partido comunista bolivariano que nos envió Maduro de Venezuela.

Pero no queremos acabar este comentario sin dejar constancia de que, tampoco, los miembros del PP están exentos de estos desvaríos cainitas tan propios de aquellos que entienden estar en un partido para intentar convertirlo en su modus vivendi. Todos sabemos que, entre los populares, los hay de distintas sensibilidades políticas, desde los demócrata-cristianos, los monárquicos, los liberales, los franquistas y los de derechas, que no se sienten incluidos en ninguno de los grupos citados, entre los cuales podríamos incluir a muchos empresarios, para los cuales lo principal es que su negocio funciones y que piensan que, del lado del PP, van a tener un mayor amparo. Todo ello es perfectamente normal y asumible. Lo que ya no lo es tanto es que pueda haber algunos que, como ya sucedió en tiempos del señor Rajoy, vayan creando “capillitas” para ir intrigando, manipulando y conspirando para preparar el terreno con el fin de segarle la hierba debajo de los pies del actual dirigente del PP, el señor Casado. Estos fueron los que ya consiguieron que el PP estuviera a punto de quedar definitivamente apartado de la arena política y tuvo que ser, precisamente, el señor Pablo Casado quien pusiera orden y acabara con la manipuladora señora Sáez de Santamaría, venciéndola en su enfrentamiento para ocupar el puesto vacante del señor Rajoy.

Que la oposición maquine, enrede e intrigue para hacer caer a Casado está mal, pero entra dentro del ideario bolchevique de solucionar los problemas a los que se deben enfrentar según el decálogo de la KGB; pero que una serie de ambiciosos, faltos de escrúpulos y desde las alcantarillas del PP, intenten desbancar a Casado, en uno de los momentos más delicados por los que está pasando la nación española, hace pensar que el enemigo al que deberemos enfrentarnos, no sólo está entre comunistas, socialistas y separatistas, sino que habrá que tener en cuenta esta V columna que se esconde en las entretelas del propio partido que, si nos apuran, puede ser aún más peligrosa que el enemigo externo. No sea que, finalmente quienes acaben con las posibilidades de salir airosos de este grave conflicto al que nos deberemos enfrentar, sean los descerebrados que intentan, como ya ocurrió en el caso Gürtel, sacar provecho económico y enriquecerse a costa del resto de miembros y simpatizantes del PP, así como de la supervivencia de la derecha en España.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la desagradable impresión de que, a medida que pasan los días y seguimos dependiendo del Covid 19 y de las “ocurrencias” de quienes nos gobiernan, las posibilidades de salir airosos de una situación tan enrevesada, como es esta en la que nos encontramos, se van convirtiendo en más remotas. Y esto no quisiéramos que fuera lo que sucediera en España.

​Divide y vencerás. Ahora toca enfrentar a Feijoo con Casado

“La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.” Voltaire
Miguel Massanet
viernes, 17 de julio de 2020, 08:16 h (CET)

Todo vale cuando se trata de conseguir crearle problemas al adversario político convertido, en virtud del intento de mantenerse en el poder el mayor tiempo posible, en enemigo al que hay que batir, sean cuales fueren los métodos necesarios para conseguirlo. Cuando un partido, como el PSOE, tiene unos resultados electorales tan pobres en la comunidad gallega y, su compañero de fatigas en el Gobierno de la nación, Podemos Unidas, sufre una somanta que lo sitúa fuera del gobierno autonómico, dejándolo con 0 escaños; lo que suele suceder es que, la reacción única que suelen tener ambos perdedores, se centra específicamente en intentar que la victoria, en este caso del PP, les sirva para usar intencionadamente el truco de ensalzar al vencedor autonómico para, de este modo, intentar provocar los celos de su superior en el escalafón, la persona del secretario general del partido, utilizando el método de magnificar las posibles diferencias de enfoque político, que siempre suelen existir entre miembros de un mismo partido, para procurar enfrentar al vencedor presentándolo como un rival cualificado, con la aureola de la aplastante victoria obtenida en Galicia, en detrimento del líder, señor Casado, al que se pretende presentar como perdedor y perjudicado por la victoria de su compañero de partido. Un arma muy vieja, numerosas veces utilizada en la historia de la Humanidad y, evidentemente, despreciable por lo que de ruin y maquiavélico tiene el recurrir a remover las pasiones humanas para sacar de ello un rédito político.

Aparte de que estos trucos tan aparentes, simples, y fácilmente detectables por aquellos que conocen cómo se las gastan las izquierdas, los métodos a los que recurren y su absoluta falta de ética y respeto por quienes no comparten sus ideas y se resisten a dejarse intimidar por sus métodos chantajistas; siempre denotan una debilidad por parte de quienes los usan, debido a que si tuvieran la certeza de que ocupan una posición fuerte al frente de la nación, no tendrían la necesidad imperiosa de mantenerse siempre a la defensiva, sabiendo que sus fallos, sus errores y sus muestras de no tener un plan definido y bien planteado para enfrentarse a los problemas del país, los hace vulnerables y, en consecuencia, mantenerlos continuamente a la caza de brujas, convencidos de que, en cualquier momento, se pueden ver, como le sucedió al señor Rodríguez Zapatero a finales del 2011, en una situación en la que no puedan continuar manteniendo la superchería de la que se están valiendo para tener engañada y anestesiada a la ciudadanía española.

El problema es que, en estos momentos, es evidente que España se encuentra con varios frentes abiertos a la vez, todos ellos lo suficientemente trascendentales para que puedan tomarse con ligereza y con la suficientemente enjundia, cada uno de ellos, para conseguir la desestabilización de la nación si no se neutralizan a tiempo y si, los españoles, no somos capaces de tomar conciencia de que no se puede mantener una posición contemplativa, indiferente, pasiva o, simplemente, acomodaticia mientras España está avanzando, de manos del actual gobierno socio-comunista que nos dirige, hacia su cuarteamiento, división, desplome económico, intervencionismo, cambio de régimen y, posiblemente, entrar ante un nuevo proceso de retroceso en cuanto a libertades individuales, mantenimiento de la propiedad y libertad de mercados e iniciativa individuales de los que, hasta hace poco, habíamos venido disfrutando.

Los ataques, perfectamente organizados, contra la monarquía parece que están encaminados a un nuevo intento de establecer la III República, precisamente en unos momentos en los que, esta posibilidad, llevaría directamente a una reforma de la Constitución que, con toda seguridad, serviría como si se abriera la Caja de Pandora de los desatinos, para dar lugar a incluir en ella todas las veleidades, de una reforma, de manos de un gobierno de extrema izquierda, demagogo y dirigido por personas que han demostrado, a través del tiempo que han estado gobernando, que no estaban preparadas, ni han demostrado estar capacitadas, careciendo de la debida objetividad y mesura para una tarea tan delicada como es preparar una Constitución pensada para beneficiar a todos los españoles y, no solamente, destinada a aquellos que busquen el fin y la fragmentación de la nación española. El intento de laicización y no de mantener lo dispuesto en la Carta Magna, que reconoce la aconfesionalidad de la nación española, dos conceptos muy diferentes pero que, para las izquierdas, se identifican como fobia hacia los cristianos católicos, especialmente cuando se trata de privarlos de privilegios y de ayudas, cuanto el catolicismo en España todavía goza de una gran implantación entre una parte importante del pueblo español.

Una nación laica es aquella que no reconoce ninguna religión dentro de ella, pero una nación aconfesional supone que se admiten toda clase de cultos o religiones dentro de ella, mientras que todos ellos respeten las leyes por las que se rige la ciudadanía del país. Sin embargo, hoy mismo nuestros Gobierno ha dado muestras de la forma equivocada de entender la cuestión religiosa en España, cuando ha pretendido homenajear a la multitud de víctimas que, en parte, gracias a su desidia, hemos tenido que entregarle al coronavirus; mediante una ceremonia especialmente seglar, desconocida por su falta de implantación en nuestro país, a todas luces carente de la solemnidad a la que los españoles estamos acostumbrados, cuando se trata de honrar a nuestros muertos y con todas las apariencias de ser una bofetada a la Iglesia Católica, contra la cual, los comunistas de Podemos, parecen dispuesto a reforzar sus ataques. Lo propio hubiera sido que, los representantes de todas las religiones implantadas en territorio español, se hubieran puesto de acuerdo y, como sucede en muchos países de nuestro entorno, hubieran llevado a cabo una ceremonia conjunta multireligiosa, con la participación de representantes de todas ellas.

Los últimos acontecimientos que han tenido lugar en nuestra nación han sido especialmente dolorosos para los comunistas bolivarianos, representados por Unidas Podemos y, en especial, para el señor Pablo Iglesias que, de pronto, se ha visto obligado a encajar una serie de golpes de los que le va ser muy difícil reponerse. Los 0 escaños de Galicia en beneficio de los nacionalistas y los escaños que ha perdido en el País Vasco son indicativos de que los rumores de que era una formación en franca decadencia, no anduvieron desencaminados. Si a todo ello unimos los problemas particulares que lo tienen sujeto a los tribunales y, el hecho de que el juez que lleva el caso, ya piense en elevar el correspondiente suplicatorio a las Cortes para poderlo enjuiciar, es evidente que no son platos de buen gusto para nadie y, mucho menos, cuando se trata de un señor que ocupa un puesto de tanta responsabilidad en el gobierno de la nación.
Sin embargo, esta circunstancia no hay duda que está exacerbando el extremismo dentro del cual se sitúa habitualmente el partido comunista bolivariano que nos envió Maduro de Venezuela.

Pero no queremos acabar este comentario sin dejar constancia de que, tampoco, los miembros del PP están exentos de estos desvaríos cainitas tan propios de aquellos que entienden estar en un partido para intentar convertirlo en su modus vivendi. Todos sabemos que, entre los populares, los hay de distintas sensibilidades políticas, desde los demócrata-cristianos, los monárquicos, los liberales, los franquistas y los de derechas, que no se sienten incluidos en ninguno de los grupos citados, entre los cuales podríamos incluir a muchos empresarios, para los cuales lo principal es que su negocio funciones y que piensan que, del lado del PP, van a tener un mayor amparo. Todo ello es perfectamente normal y asumible. Lo que ya no lo es tanto es que pueda haber algunos que, como ya sucedió en tiempos del señor Rajoy, vayan creando “capillitas” para ir intrigando, manipulando y conspirando para preparar el terreno con el fin de segarle la hierba debajo de los pies del actual dirigente del PP, el señor Casado. Estos fueron los que ya consiguieron que el PP estuviera a punto de quedar definitivamente apartado de la arena política y tuvo que ser, precisamente, el señor Pablo Casado quien pusiera orden y acabara con la manipuladora señora Sáez de Santamaría, venciéndola en su enfrentamiento para ocupar el puesto vacante del señor Rajoy.

Que la oposición maquine, enrede e intrigue para hacer caer a Casado está mal, pero entra dentro del ideario bolchevique de solucionar los problemas a los que se deben enfrentar según el decálogo de la KGB; pero que una serie de ambiciosos, faltos de escrúpulos y desde las alcantarillas del PP, intenten desbancar a Casado, en uno de los momentos más delicados por los que está pasando la nación española, hace pensar que el enemigo al que deberemos enfrentarnos, no sólo está entre comunistas, socialistas y separatistas, sino que habrá que tener en cuenta esta V columna que se esconde en las entretelas del propio partido que, si nos apuran, puede ser aún más peligrosa que el enemigo externo. No sea que, finalmente quienes acaben con las posibilidades de salir airosos de este grave conflicto al que nos deberemos enfrentar, sean los descerebrados que intentan, como ya ocurrió en el caso Gürtel, sacar provecho económico y enriquecerse a costa del resto de miembros y simpatizantes del PP, así como de la supervivencia de la derecha en España.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la desagradable impresión de que, a medida que pasan los días y seguimos dependiendo del Covid 19 y de las “ocurrencias” de quienes nos gobiernan, las posibilidades de salir airosos de una situación tan enrevesada, como es esta en la que nos encontramos, se van convirtiendo en más remotas. Y esto no quisiéramos que fuera lo que sucediera en España.

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