Parece que va en el gen hispánico. Escribo estas líneas tras visionar en el cine el último documental de Eterio Ortega y Elías Querejeta sobre los momentos previos y la propia guerra civil española del 36 al 39. Y 70 años después, parece que algunos han aprendido muy poco de lo que nunca jamás debe hacerse en política en este país. Un lugar en el que tradicionalmente 'todo vale' para machacar al adversario político... vale hasta sembrar la discordia y el enfrentamiento civil.

Qué triste es después de la macabra secuela dejada por ETA durante las últimas décadas que la clase política no sea capaz de llegar a un acuerdo para decidir un lema que aúne a todos los partidos y que saque a la calle a todo un país para decir a la banda que se extingan y que todos repudiamos su violencia y su chantaje antidemocrático permanente.

Qué triste era oírle ayer al señor presidente del principal partido de la oposición, que si ETA mataba era culpa del Gobierno por haberle dado alas y permitido su rearme y que si dejaba de matar, también, porque ello supondría que se habrían plegado a sus exigencias. Valiente ejercicio de maniqueísmo, señor Rajoy... da igual lo que haga el Gobierno, que sea lo que sea, estará mal. Así de claro, sin cortarse un pelo... Qué miserable puede ser la política a veces. Uno, que ya ha visto y oído cosas increíbles, no acaba de acostumbrarse a esta bajeza moral...
Qué triste es escucharle a Acebes decir que la manifestación del sábado en Bilbao y Madrid no era contra ETA sino contra el PP. Hay que tener la visión de la realidad distorsionada... uno pensaba que eso era patrimonio de los fundamentalistas etarras o islamistas, pero se ve que unos cuantos políticos de la piel de toro han sido contaminados por el virus.

Y por manifestaciones no va a quedar... el PP junto con la AVT ya anuncia su convocatoria contra ETA y el 'proceso' para el mes que viene.
Se suele decir que tenemos los políticos que nos merecemos, pero uno alberga serias dudas al respecto. Un par de ejemplos como botón de muestra: la Ley de Partidos pactada entre bambalinas entre PP y PSOE, excluyendo de facto al nacionalismo democrático y a IU de la misma; pero, ya se sabe, todo vale con tal de cargarse al brazo político de ETA, Batasuna. Tampoco fue inteligente ni integrador, precisamente, buscar un pacto - Lizarra - exclusivamente entre fuerzas nacionalistas, dejando fuera de juego a los partidos constitucionalistas, que representan en torno al 40% de la sociedad vasca.
La política es el arte de lo posible, dicen. Viendo la lucidez mental, la escala de valores y las convicciones democráticas de algunos de nuestros representantes, que Dios nos coja confesados.

Qué lamentable imagen de desunión en lo fundamental... país.