Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El arte de la guerra
Santi Benítez

Por la paz, y contra el terrorismo

|

El día de ayer sábado será recordado como una de esas extrañas ocasiones en las que el pueblo se ha unido para demostrar que, pese a todo, somos uno sólo ante la barbarie que, como sociedad, venimos sufriendo desde que, en junio de 1977, dimos el paso de consolidarnos como democracia. Una barbarie que no distingue entre quienes podemos llegar a ser sus víctimas, una barbarie que nos alcanza a todos por igual, como demócratas y como ciudadanos. Esa barbarie se llama ETA, y si bien, cuando la ciudadanía se unió bajo el movimiento "Manos Blancas" ante el asesinato de Miguel Ángel Blanco, fue para decirle a los asesinos "Ya está bien", esta vez ha sido para decir, alto y claro, "Hasta aquí hemos llegado" - en eso Rodríguez Ibarra acertó de pleno-. Pero es que, además, esta manifestación pasará a la historia porque esos ciudadanos, que son tratados como ciudadanos de segunda por algunas organizaciones y fuerzas políticas, han dado, también, un paso adelante en defensa de la democracia y la sociedad que los ha adoptado y acogido, demostrando que su compromiso, su ciudadanía y su defensa de la sociedad en la que viven no tiene discusión. Es más, la sociedad, la inmensa mayoría de los ciudadanos, no distingue entre víctimas de la barbarie. Todos somos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, al igual que todos fuimos Miguel Ángel Blanco.

Bajo mi punto de vista, es penoso que en nuestro país exista, a estas alturas de la película, quien escondiéndose tras la semántica, que tanto defiende Isabel San Sebastian, o tras las excusas más peregrinas, falten el respeto a las víctimas, caso del PP y la AVT. Aunque el caso de esta última sólo sea una vuelta más de tuerca en su metamorfosis de asociación de víctimas a portavocía de una extrema derecha que ya no pinta absolutamente nada en nuestra democracia, por mucho que le pese a Alcaraz. Estoy seguro de que esto no escapa al entendimiento de las organizaciones ecuatorianas de nuestro país, pero no quita que como ciudadano y como demócrata les pida disculpas por el comportamiento de estos. Ellos no pedirán disculpas jamás, como jamás lo hará Isabel San Sebastian por intentar convertir una manifestación por las víctimas y contra el terrorismo en una cuestión de política para enanos mentales, que es la política que practica el PP y los de su cuerda - ya vieron que ni siquiera cambiando el lema, que era lo que exigían, han acudido a una manifestación contra el terrorismo y por dos personas asesinadas-.

Hay que pedirles disculpas por muchas cosas. Me consta que desde su punto de vista esto les ha parecido un sin sentido asqueroso. Durante estos 13 días ha sido tal la cantidad de barbaridades, de faltas de respeto, que incluso a mi me ha sido difícil miraros a la cara en la manifestación. Quisiera, sobre todo, por pedir disculpas, como español y como demócrata, por las palabras de Jiménez LoSantos. Más que por sus palabras, por lo que dio a entender con ellas. Y agradecer a Don Santiago Morales su altura como persona y como ciudadano al responderle. Porque hubiera sido muy fácil dejarse engañar y pensar que los españoles, como pueblo, somos aquello que LoSantos representa. Hubiese sido muy fácil creer que respaldamos mayoritariamente aquello que dice. Yo les pido, por favor, que se queden con la imagen de ayer, con lo dicho ayer, con las muestras de solidaridad y afecto que todos los que acudimos a la manifestación les mostramos, porque, como pueblo, somos eso, uno a su lado que se duele de la muerte de dos personas que, más allá de su lugar de nacimiento, fueron asesinados por la barbarie de unos descerebrados que atentan contra la democracia y todo lo que significamos como pueblo. Ayer todos fuimos ecuatorianos, y, a la vez, con ustedes, más españoles de lo que llegaremos a ser nunca.

Quizás sea cierto lo que me decía Pedro Gallego, natural de La Libertad, Ecuador. Tal vez sea cierto que los españoles, los latinos, nos crezcamos ante aquellos que intentan engañarnos, mentirnos, ante aquellos que nos asesinan por ser lo que somos, por querer vivir en paz, por querer ser pueblo.

Por la paz, y contra el terrorismo.

Suena de fondo "Nuestro juramento", de Julio Alfredo Jaramillo.

Buenas noches, y buena suerte...

Por la paz, y contra el terrorismo

Santi Benítez
Santi Benítez
domingo, 14 de enero de 2007, 21:18 h (CET)
El día de ayer sábado será recordado como una de esas extrañas ocasiones en las que el pueblo se ha unido para demostrar que, pese a todo, somos uno sólo ante la barbarie que, como sociedad, venimos sufriendo desde que, en junio de 1977, dimos el paso de consolidarnos como democracia. Una barbarie que no distingue entre quienes podemos llegar a ser sus víctimas, una barbarie que nos alcanza a todos por igual, como demócratas y como ciudadanos. Esa barbarie se llama ETA, y si bien, cuando la ciudadanía se unió bajo el movimiento "Manos Blancas" ante el asesinato de Miguel Ángel Blanco, fue para decirle a los asesinos "Ya está bien", esta vez ha sido para decir, alto y claro, "Hasta aquí hemos llegado" - en eso Rodríguez Ibarra acertó de pleno-. Pero es que, además, esta manifestación pasará a la historia porque esos ciudadanos, que son tratados como ciudadanos de segunda por algunas organizaciones y fuerzas políticas, han dado, también, un paso adelante en defensa de la democracia y la sociedad que los ha adoptado y acogido, demostrando que su compromiso, su ciudadanía y su defensa de la sociedad en la que viven no tiene discusión. Es más, la sociedad, la inmensa mayoría de los ciudadanos, no distingue entre víctimas de la barbarie. Todos somos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, al igual que todos fuimos Miguel Ángel Blanco.

Bajo mi punto de vista, es penoso que en nuestro país exista, a estas alturas de la película, quien escondiéndose tras la semántica, que tanto defiende Isabel San Sebastian, o tras las excusas más peregrinas, falten el respeto a las víctimas, caso del PP y la AVT. Aunque el caso de esta última sólo sea una vuelta más de tuerca en su metamorfosis de asociación de víctimas a portavocía de una extrema derecha que ya no pinta absolutamente nada en nuestra democracia, por mucho que le pese a Alcaraz. Estoy seguro de que esto no escapa al entendimiento de las organizaciones ecuatorianas de nuestro país, pero no quita que como ciudadano y como demócrata les pida disculpas por el comportamiento de estos. Ellos no pedirán disculpas jamás, como jamás lo hará Isabel San Sebastian por intentar convertir una manifestación por las víctimas y contra el terrorismo en una cuestión de política para enanos mentales, que es la política que practica el PP y los de su cuerda - ya vieron que ni siquiera cambiando el lema, que era lo que exigían, han acudido a una manifestación contra el terrorismo y por dos personas asesinadas-.

Hay que pedirles disculpas por muchas cosas. Me consta que desde su punto de vista esto les ha parecido un sin sentido asqueroso. Durante estos 13 días ha sido tal la cantidad de barbaridades, de faltas de respeto, que incluso a mi me ha sido difícil miraros a la cara en la manifestación. Quisiera, sobre todo, por pedir disculpas, como español y como demócrata, por las palabras de Jiménez LoSantos. Más que por sus palabras, por lo que dio a entender con ellas. Y agradecer a Don Santiago Morales su altura como persona y como ciudadano al responderle. Porque hubiera sido muy fácil dejarse engañar y pensar que los españoles, como pueblo, somos aquello que LoSantos representa. Hubiese sido muy fácil creer que respaldamos mayoritariamente aquello que dice. Yo les pido, por favor, que se queden con la imagen de ayer, con lo dicho ayer, con las muestras de solidaridad y afecto que todos los que acudimos a la manifestación les mostramos, porque, como pueblo, somos eso, uno a su lado que se duele de la muerte de dos personas que, más allá de su lugar de nacimiento, fueron asesinados por la barbarie de unos descerebrados que atentan contra la democracia y todo lo que significamos como pueblo. Ayer todos fuimos ecuatorianos, y, a la vez, con ustedes, más españoles de lo que llegaremos a ser nunca.

Quizás sea cierto lo que me decía Pedro Gallego, natural de La Libertad, Ecuador. Tal vez sea cierto que los españoles, los latinos, nos crezcamos ante aquellos que intentan engañarnos, mentirnos, ante aquellos que nos asesinan por ser lo que somos, por querer vivir en paz, por querer ser pueblo.

Por la paz, y contra el terrorismo.

Suena de fondo "Nuestro juramento", de Julio Alfredo Jaramillo.

Buenas noches, y buena suerte...

Noticias relacionadas

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.

El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto