Pues bien, resulta ahora que el Madrid está en las últimas. Todo huele a podrido en Chamartín y todo el mundo, desde el primer deeneí hasta el último de la nación, debe buscarle solución al equipo que representa al país fuera de sus fronteras. Que si equipo no tiene coraje, que si no le echa bemoles al asunto, que si nadie corre, que si nadie dispara, que si nadie tiene la culpa… Un asunto de Estado, casi peor que el estado actual de la negociación/rendición con ETA. Pero todo debe pararse, que estamos en crisis y hay que solucionarla.

Servidor se alegra de la crisis. Viendo el estado actual del Madrid, sólo el Barcelona parece rival para que un club andaluz como el Sevilla aspire a lo máximo esta temporada. Y como el Barça siga pasando rondas en la Champions… Pero bueno, algún día tendrá que reaccionar el Madrid. Mucha crisis pero es el tercero de la clasificación y, a pesar del desastre de los últimos encuentros, tiene todas las opciones de afrontar con garantías la temporada si reacciona rápido.

Y de eso se encargan personajes como Tomás Roncero. Para él todo lo que hace el Madrid está bien hecho, salvo que no sea como él ha dicho de antemano. Está harto ahora de buscarle una solución a la entidad de Chamartín y he de descubrirme ante él: todo lo que se le ocurre se le tiene en cuenta. Hace unos días dijo que tendría que realizarse una limpia, que había que redactar una lista de jugadores que tendrían que abandonar el club más pronto que tarde. Parece que le hicieron caso. El primero de la lista ha sido Beckham, pero puede que le sigan varios.

El caso del inglés ha sido, cuanto menos, curioso. Llegó como adalid del juego limpio, del marketing y de las jugadas por banda. Quitando los negocios, nada de nada. El británico no se ha ido de nadie en las temporadas que ha estado en el Madrid, ha realizado varias entradas violentas y, eso sí, ha sido respetuoso con todas las aficiones de España. Ahora se irá a hacer las américas. De cobrar casi 8 millones de euros, cobrará dos y medio, pero seguirá viviendo de lo que ha vivido siempre, de su imagen. Nada de fútbol. Siempre mandó en su cuenta corriente su imagen.

Por lo menos no se está viendo salpicado por el último capítulo dentro del vestuario blanco: el alcohol. Se rumorea, se dice, se blasfema, que varios jugadores del Madrid llegan al vestuario por la mañana afectados por sus marchas nocturnas. No pongo la mano en el fuego por nadie, pero me extraña. Por lo que conozco a varios futbolistas, se cuidan. Cierto es que estos viven a otro nivel y que no es lo mismo Pacha que Antique, pero no creo que lleguen al vestuario por la mañana apestando a Beefeater con naranja como si de un Hannover cualquiera se tratase.

El problema es que en el Real Madrid se están dando palos de ciego para encontrar el mal. Uno de los males puede ser el entrenador, que parece que es el instigador de todos los rumores y los malos humores que existen en el vestuario. A Ronaldo, el mejor delantero del mundo actualmente con permiso de Eto’o, gordo, delgado, en forma o sin estarlo, ya le ha hecho la cruz. Cuando en un equipo se le da carta blanca a un entrenador para que haga y deshaga sin pedirle cuentas luego suele pasar lo que le está pasando al Madrid. Y ahora se le entrega a dos chavales como Gago e Higuaín la responsabilidad de que todo vaya bien y que sepan arreglar los destrozos defensivos y la falta de buen juego de un “inocente” Capello. Mal vamos. Pero vamos, que me alegro.