SE CUMPLE en este año 2007 el octavo centenario desde que en el mes de mayo de 1207, según se nos dice en el colofón o últimos versos de la obra, Per Abbat “escribió” el Poema o Cantar de Mío Cid... Lo “escribió” y no lo “fizo” ni “compuso”, que es como en el lenguaje de la época se hubiera designado el acto creativo, para indicarnos que se trataba de un mero copista o amanuense que reproducía un manuscrito más antiguo.
Se recoge en él la parte más dolorosa y a la vez más triunfal, el destierro y posteriores éxitos, de un hombre que ya llevaba casi doscientos años alimentando el interés tanto de los historiadores cristianos y musulmanes como la imaginación de poetas, juglares y artistas, Rodrigo Díaz de Vivar. Llamado por los musulmanes Cid, señor, y por los cristianos Campidoctoris, y en ambos casos con admiración.
Desde entonces hasta acá, cubriendo todo el segundo milenio, dramaturgos, novelistas, cineastas, autores de óperas, pintores, artistas de todos los géneros... han seguido encontrando en su figura elementos suficientes para construir el tercer mito universal de nuestra cultura, y además el único histórico de ellos, don Quijote, don Juan y Rodrigo Díaz, el Campeador, el héroe humano que sabe conjugar el deber con el amor y con la superación de las adversidades.
El Consorcio “Camino del Cid” integrado por ocho Diputaciones, Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante, tiene motivos sobrados para conseguir despertar el interés turístico hacia la ruta: historia, arte, paisajes, ciudades y pueblos monumentales, valores culturales que resumen la aventura peninsular desde el año 1000 en adelante...
Guadalajara, en concreto, puede tener un importante desarrollo turístico con esta ruta, por su cercanía a Madrid, mercado hacia el que está orientado preferentemente el Camino.
Compite con provincias que cuentan con lugares “Patrimonio de la Humanidad”, y con algunas provincias que parecen más cidianas ésta. Pero Guadalajara aparece en las tres partes del Poema. Y es la puerta natural de acceso al Camino, desde Madrid, como decimos. Se está fomentando la huella cidiana en la provincia, que es muy notable. Y la capital ha rehabiliatado el Torreón de Álvar Fáñez, que la tradición designa como el lugar por donde se reconquistó la ciudad. Recordemos, por último, que una parte de los investigadores literarios consideran que el propio Per Abbat pudo ser de Guadalajara, concretamente de Molina de Aragón.