Como cada vez que llega enero, el mercado invernal abre sus puertas cual centro comercial en busca de clientes y de las ventas de las engañosas rebajas. Unos descuentos que no suelen llegar al mundo del fútbol. En mi Andalucía los equipos andan un poco parados. Sólo un fichaje entre los tres conjuntos de Primera división y pocos a la vista, aunque sean necesarios. Ya decíamos aquí la semana pasada que tanto Sevilla como Betis necesitaban refuerzos. Por diferentes motivos, pero refuerzos. El Sevilla debe buscar reforzar la defensa para poder aspirar a algo. Dragutinovic no ofrece garantías después de su lesión y la edad (veteranía en modo eufemismo) de Javi Navarro va a costarle más de un partido desde la grada. Creo que en el filial hay opciones, Pablo Gallardo por no ir más lejos, pero no son del agrado de Juande. Con la llegada de Kerzhakov se apuesta por la delantera, pero la salida de Kepa puede dejar de nuevo en cuatro la nómina de atacantes. Si los de Juande quieren aspirar a lo máximo, que es lo que quieren aunque lo digan con la boca pequeña, deben buscar algún refuerzo para la parte de atrás. En el Betis se buscan para salir del pozo. Ha llegado Luis Fernández, espectáculo vivo, pero del que yo no espero muy buenos resultados, dicho sea de paso. No creo que sea capaz de aguantar a Lopera mucho rato y cuando se de la vuelta mirando opciones en el banquillo querrá no haber pillado nunca el vuelo París-Sevilla. Se busca un lateral, un centrocampista, un delantero… y un presidente. Se busca todo. Todo por salir de un pozo en el que cada vez están más enfangados. Esperemos que no llegue el barro al cuello.

En Huelva pocos movimientos. Sólo de salida. Luque, que ha fichado por el Écija, y Juvenal y Calle que buscan destino pueden ser los únicos movimientos de ficha. En el Nuevo Colombino se piensa más ya en la próxima temporada que en esta. Y hacen bien, tienen la permanencia casi en el bolsillo y todo lo que venga ahora, bienvenido sea.

Y este es el plan en un absurdo mercado invernal. Absurdo porque es ridículo poner un plazo para incorporar a nuevos futbolistas. Las empresas no tienen que esperar a verano o a invierno para contratar gente y si este es un fútbol totalmente profesionalizado, ¿por qué los plazos? Es como la “brillante” idea de parar el fútbol en Navidad. Encima, tres semanas de vacaciones. Cuando los padres pueden inculcar el fútbol a sus retoños en las fechas más familiares que existen. Cosas de un mundo absurdo como es el futbolístico.