Queridos Reyes Magos, llevamos unos cuantos años con una liga un poco rara por eso este año me gustaría pediros varias cosas:

A Melchor le pido que el Real Madrid deje de ser ese equipo comercial que no le ha llevado a nada bueno en estos últimos años. Se que Gago, Higuaín y Marcelo no son lo único que necesita este Madrid, pero por lo menos que se les quite la tontería de niños mimados y prepotentes que ha tenido el equipo blanco en los últimos años, tal vez por el camino de la humildad sea más fácil traer ya algún titulo al Bernabéu.

A Gaspar pedirle que Kerzhakovque sea esa aportación para que el Sevilla siga siendo ese equipo revelación y porque no con rozar la hazaña de alzar el trofeo de campeón de liga. También me gustaría pedirle que Verpakovskis sea ese jugador que ha hecho que el Getafe sea un equipo especial en la liga, equipo que con lucha y fútbol se ha mantenido en primera, este año tal vez sea el momento de subir un poco el listón y soñar con un partido de UEFA en el Coliseum Alfonso Pérez.

A Baltasar me gustaría pedirle que Unai Alba sea de esos porteros que el Athletic siempre ha tenido, que Luís Fernández no se deje llevar por Lopera y que este le deje trabajar para volver a los verdiblancos la alegría andaluza por la que siempre se han caracterizado. También desearía pedirle que Reggi en el Levante, Rubén Castro y Navas en el Nástic hagan sonreír a su equipo más de una vez este año, también que lo sepa hacer Matías Fernández en el Villarreal. Por último pedirle que Jesuli, Víctor López, Savio y Germán Herrera den a la Real Sociedad el prestigio que este equipo se merece y sobre todo que Anoeta no sea un campo de segunda la próxima temporada.

Estos son los fichajes de invierno. Con estos nuevos jugadores se empieza el año con ilusión, como la ilusión de la llegada de sus Majestades de Oriente. Se que a todos no se les podrá traer los regalos pedidos y que por desgracias más de uno tendrá carbón en el mes de junio cuando acabe la liga. Mientras tanto no queda otra que luchar e intentar mantener esta ilusión de comienzos de año. Porque la ilusión es lo último que debemos perder, aunque la realidad sea otra bien diferente.