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Desde hace un tiempo, uno no podría determinar ya cuánto, llevamos escuchando a algunos líderes políticos, provenientes todos de la izquierda, repitiendo en los medios que es necesario reformar la constitución

Otro más al carro de la reforma constitucional

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Hace unos días se celebró el trigésimo sexto cumpleaños de nuestra Constitución. Esa que una conjunción de fuerzas políticas y sociales hizo posible en un momento histórico sin precedentes y que sirvió no sólo de espina dorsal de nuestra legislación, sino de paraguas bajo el que florecieron la vida democrática y todo lo que ésta conlleva.

Desde hace un tiempo, uno no podría determinar ya cuánto, llevamos escuchando a algunos líderes políticos, provenientes todos de la izquierda, repitiendo en los medios que es necesario reformar la constitución. Es necesaria la reforma. Pero no dicen qué reforma es necesaria y por qué, lo que nos lleva a pensar que, en realidad, se trata de una consigna electoral más en vez de una verdadera propuesta que cubra una necesidad real.

El último de los aplausos a favor de esta nueva alocada teoría izquierdista, de esta opinión de mercadillo, lo ha dado Rafael González Tovar, secretario general del PSOE murciano y candidato a la presidencia de la región, en un artículo publicado en La Verdad de Murcia y titulado “Una Constitución a reformar”.

En dicho artículo, como en la mayoría de lo que se dice desde ese sector más pretendidamente progresista, abunda la palabrería, el discurso vacío y, a menudo, plagado de errores e incoherencias que dejan ver, una vez más, la clase de políticos que conforman las filas socialistas. Unos políticos formados a golpe de consigna para una masa que tiene en los colaboradores de Sálvame y MHYV a sus referentes intelectuales.

Afirma el candidato socialista que el PSOE ha tenido un papel importante en el progreso del país. Sí, en todo caso, lo será de El País; porque a quienes hemos vivido lo suficiente, no se nos olvida la miseria en la que sumió a España hasta 1996, y aún tenemos que asumir los costes de otros ocho años de gobierno socialista que han dejado al país postrado y olvidado del mundo, cuando no convertido, directamente, en el amigo tonto de nuestros aliados.

Continúa González Tovar alabando el Estado de las autonomías, el mismo que pretende cargarse con su reforma constitucional. Vean ustedes la aplastante lógica del pensamiento izquierdista. Y en su discurso, en el que se atreve a afirmar que “el Estado de las Autonomías ha ayudado a acercar la Administración a los ciudadanos”, olvida la enorme cantidad de burocracia que suponen las Autonomías, la gran cantidad de duplicidades generadas, el desconcierto que a menudo se instala entre los ciudadanos que pagan ya demasiado para mantener un sistema que le cobra impuestos nacionales, autonómicos y locales. González Tovar olvida, o no quiere acordarse, de que tal vez el sistema autonómico funcione en la Región de Murcia, pero no en la vecina Andalucía, donde la pobreza social y económica es enorme y que está, como no podía ser de otro modo, gobernada por el PSOE e IU. Se le olvida a González Tovar que el sistema autonómico ha elevado el número de políticos en España y, con ellos, los casos de corrupción y el desmesurado gasto administrativo. Bueno, no se le olvida. Es que es mejor mantener la boca cerrada, porque eso del gasto les va mucho a los del puño y la rosa.

Se trata, como él mismo afirma después, de un modelo obsoleto que ha de caminar hacia el federalismo. Como si España no fuera ya un país federal con diecisiete repúblicas saqueando el bolsillo de los españoles. Pero claro, se ha vuelto a poner de moda entre la izquierda eso de hablar de un modelo federal para España. Y digo que se ha puesto de moda porque algunos opinan según la dirección del viento, creyéndose más progresistas aún por ser el altavoz de las consignas. Explique, para el próximo artículo, por favor, en qué consiste exactamente su modelo federal. Uno que, según palabras del propio secretario general, servirá para llevar la igualdad a todos los españoles. Como si dar libertad no significara que cada uno es diferente y debe desarrollarse independientemente del resto, sino dar a todos el mismo trato y derechos. Contradicciones, oiga, contradicciones mire donde mire.

Termina su artículo cantando a los derechos sociales, a la necesidad de blindarlos y de crear un sistema de financiación adecuado, como si los ciudadanos hubieran olvidado tan pronto que cuando un socialista habla de dinero, en realidad está hablando de la ruina total.

Termino ya. No me extiendo más en una crítica que, sin duda, muchos ya conocen. Sólo me permito un último consejo a los murcianos: no escuchen los cantos de sirena de los discursos vacíos, no caigamos en los mismos errores que en su día nos llevaron a la situación en la que hoy nos vemos. Que no los escuchen porque, como dice Arturo Pérez-Reverte, “cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado”.

Otro más al carro de la reforma constitucional

Desde hace un tiempo, uno no podría determinar ya cuánto, llevamos escuchando a algunos líderes políticos, provenientes todos de la izquierda, repitiendo en los medios que es necesario reformar la constitución
Francisco Cano Carmona
martes, 9 de diciembre de 2014, 08:22 h (CET)
Hace unos días se celebró el trigésimo sexto cumpleaños de nuestra Constitución. Esa que una conjunción de fuerzas políticas y sociales hizo posible en un momento histórico sin precedentes y que sirvió no sólo de espina dorsal de nuestra legislación, sino de paraguas bajo el que florecieron la vida democrática y todo lo que ésta conlleva.

Desde hace un tiempo, uno no podría determinar ya cuánto, llevamos escuchando a algunos líderes políticos, provenientes todos de la izquierda, repitiendo en los medios que es necesario reformar la constitución. Es necesaria la reforma. Pero no dicen qué reforma es necesaria y por qué, lo que nos lleva a pensar que, en realidad, se trata de una consigna electoral más en vez de una verdadera propuesta que cubra una necesidad real.

El último de los aplausos a favor de esta nueva alocada teoría izquierdista, de esta opinión de mercadillo, lo ha dado Rafael González Tovar, secretario general del PSOE murciano y candidato a la presidencia de la región, en un artículo publicado en La Verdad de Murcia y titulado “Una Constitución a reformar”.

En dicho artículo, como en la mayoría de lo que se dice desde ese sector más pretendidamente progresista, abunda la palabrería, el discurso vacío y, a menudo, plagado de errores e incoherencias que dejan ver, una vez más, la clase de políticos que conforman las filas socialistas. Unos políticos formados a golpe de consigna para una masa que tiene en los colaboradores de Sálvame y MHYV a sus referentes intelectuales.

Afirma el candidato socialista que el PSOE ha tenido un papel importante en el progreso del país. Sí, en todo caso, lo será de El País; porque a quienes hemos vivido lo suficiente, no se nos olvida la miseria en la que sumió a España hasta 1996, y aún tenemos que asumir los costes de otros ocho años de gobierno socialista que han dejado al país postrado y olvidado del mundo, cuando no convertido, directamente, en el amigo tonto de nuestros aliados.

Continúa González Tovar alabando el Estado de las autonomías, el mismo que pretende cargarse con su reforma constitucional. Vean ustedes la aplastante lógica del pensamiento izquierdista. Y en su discurso, en el que se atreve a afirmar que “el Estado de las Autonomías ha ayudado a acercar la Administración a los ciudadanos”, olvida la enorme cantidad de burocracia que suponen las Autonomías, la gran cantidad de duplicidades generadas, el desconcierto que a menudo se instala entre los ciudadanos que pagan ya demasiado para mantener un sistema que le cobra impuestos nacionales, autonómicos y locales. González Tovar olvida, o no quiere acordarse, de que tal vez el sistema autonómico funcione en la Región de Murcia, pero no en la vecina Andalucía, donde la pobreza social y económica es enorme y que está, como no podía ser de otro modo, gobernada por el PSOE e IU. Se le olvida a González Tovar que el sistema autonómico ha elevado el número de políticos en España y, con ellos, los casos de corrupción y el desmesurado gasto administrativo. Bueno, no se le olvida. Es que es mejor mantener la boca cerrada, porque eso del gasto les va mucho a los del puño y la rosa.

Se trata, como él mismo afirma después, de un modelo obsoleto que ha de caminar hacia el federalismo. Como si España no fuera ya un país federal con diecisiete repúblicas saqueando el bolsillo de los españoles. Pero claro, se ha vuelto a poner de moda entre la izquierda eso de hablar de un modelo federal para España. Y digo que se ha puesto de moda porque algunos opinan según la dirección del viento, creyéndose más progresistas aún por ser el altavoz de las consignas. Explique, para el próximo artículo, por favor, en qué consiste exactamente su modelo federal. Uno que, según palabras del propio secretario general, servirá para llevar la igualdad a todos los españoles. Como si dar libertad no significara que cada uno es diferente y debe desarrollarse independientemente del resto, sino dar a todos el mismo trato y derechos. Contradicciones, oiga, contradicciones mire donde mire.

Termina su artículo cantando a los derechos sociales, a la necesidad de blindarlos y de crear un sistema de financiación adecuado, como si los ciudadanos hubieran olvidado tan pronto que cuando un socialista habla de dinero, en realidad está hablando de la ruina total.

Termino ya. No me extiendo más en una crítica que, sin duda, muchos ya conocen. Sólo me permito un último consejo a los murcianos: no escuchen los cantos de sirena de los discursos vacíos, no caigamos en los mismos errores que en su día nos llevaron a la situación en la que hoy nos vemos. Que no los escuchen porque, como dice Arturo Pérez-Reverte, “cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado”.

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