EL ATENTADO de Barajas supone una rubrica clara a lo que ETA ha venido diciendo desde el primer momento en todos sus comunicados y a través de los líderes de Batasuna: o se cede íntegramente a su chantaje o vuelven a matar.
Nunca ha habido “proceso de paz”. Ni había nada que negociar. Era un proceso de lucha por otras vías, en donde temporalmente se renunciaba a los atentados, siempre y cuando se les concedieran todas sus reivindicaciones históricas. La rendición del Estado español ante la banda. O volvían a las bombas.
Zapatero y todos los altavoces mediáticos de los que dispone su Gobierno han engañado a los españoles cada vez que han pronunciado la palabra “paz”. Ni era, ni es eso lo que quieren los terroristas. Quieren la rendición completa de la legalidad democrática, y sin que ellos renuncien ni condenen la violencia.
Lo ha dicho ETA, siempre. Lo han dicho sus presos, cada vez que se les ha puesto una cámara de televisión delante. Lo ha dicho Arnaldo Otegui y Batasuna, en todas sus entrevistas y comparecencias. Lo ha dicho Barajas.
30-D, ésta es la nueva fecha histórica que decidirá el futuro inmediato de Zapatero. Y ante esta fecha no basta con decir que “se suspende” el diálogo por la paz, que nunca hubo. ETA “ha roto” lo que había: el proceso de chantaje para conseguir la rendición del Estado por otras vías. Vuelve a las de siempre.
30-D es la fecha que nos probará quién es Zapatero. Si no tiene nada que ocultar durante estos cinco años que lleva adquiriendo compromisos secretos con ETA, según dicen los propios terroristas, que vuelva a la situación anterior y que recupere el Pacto Antiterrorista con toda la dureza que la ley le permite. Nadie le reprochará nada: intentó la paz y los etarras prefirieron seguir con la violencia
Por el contrario, si continúa por el camino ambiguo que sólo puede conducir a la rendición o a la debilitación suicida del Estado, todo empezará a estar aún más claro: Zapatero ha sido el ZProblema durante todo este proceso de engaño. Y las bombas o la revelación de los compromisos secretos por parte de la banda acabarán con su inquietante ambigüedad.