Este año los españoles se han portado bastante bien, las cosas hay que decirlas, aunque se puede mejorar muchísimo. Los Reyes Magos, esta vez no traerán carbón y si lo traen será dulce dulce. Ha sido un año de venidas, porque vino Reyes, vino Thuram, también Cannavaro; pero también de idas, porque se fue Zidane, y Alonso de Renault o Aimar del Valencia, pero llegó al Zaragoza. En el sentido más triste de la palabra se fueron dos de los deportistas históricos de nuestro país: Jesús Rollán y Paquito Fernández Ochoa, también Isaac Gálvez.

Pero como en todo repaso, haremos visita por las buenas actuaciones de los españoles. Por ejemplo, Alonso volvió a ganar el Mundial de Fórmula 1 y el Barcelona la Liga, así como el Unicaja la ACB. Pero no queda ahí, porque el Barça ganó la Champions y el Sevilla la UEFA y también la Supercopa de Europa y Nadal logró por segunda vez Roland Garros.

Pero yo creo que, sin duda alguna, la imagen más impresionante y emotiva de todas ha sido la de nuestra Selección de Baloncesto, con mayúsculas, sí. ¿No lloraron ustedes? Yo sí. Me emocioné al ver a un equipo volcado con su líder lesionado, Pau. Me emocioné cuando supe que Pepu había sacado valor de donde no tenía cuando llevó a los chicos a la victoria con su padre recién fallecido. Me emocioné cuando los jugadores se emocionaron al ver hasta arriba Madrid. Me emocioné con el “Champiñones”. Me sentí orgullosa de ser española, una vez más en este año. Gracias chicos.

Pero también hay que echar alguna que otra bronca. A la otra España, ¿recuerdan? La que ganó el Mundial de fútbol. Sí, en sus sueños, claro. Hay que reñirle, porque todos volvimos a ilusionarnos, una vez más, y luego volvieron a defraudarnos, una vez más. ¿Somos nosotros, los aficionados, los que no aprendemos o son ellos? Pero bueno, ahora a ver si por lo menos se clasifican para la Eurocopa, que esta vez no hay repesca.

Y supongo que me dejo muchas cosas atrás, porque es difícil acordarse de todas. Pero hay otra del año, que tuvo lugar recientemente, esta misma semana. Él no es español, pero juega en España. Juega en uno de los mejores equipos de fútbol de Europa y no vive en una nube, vive en la tierra. Es humano y llora. Se llama Ronaldinho.

Esta semana “La Mirilla” ha sido algo larga, pero creo que la ocasión lo merece. Nada más, que disfruten ustedes de la Nochevieja, que no conduzcan si beben y que todos sus deseos se cumplan. Hasta el año que viene. Que sean felices.