LA JUEZ María Sanahuja, una de las pocas voces que desde una doméstica justicia se atreve a decir la verdad de lo que está pasando con una de las mayores lacras legales de la actual etapa socialista, ha vuelto a expresarse con la contundencia, los datos y las obvias razones que todos podemos entender.

Y lo hace desde su condición de juez, de mujer feminista y de magistrada progresista integrada en “Jueces para la democracia”. Para que, además de la claridad de sus razones, nadie pueda entrever consignas políticas en sus argumentos. Al contrario, son las consignas políticas puestas en circulación por el Gobierno, y sostenidas con una formidable campaña de intoxicación publicitaria, la que impiden ver la realidad de lo que está ocurriendo en los Tribunales de InJusticia.

Ha dicho la juez decana de Barcelona, María Sanahuja: “Miles de hombres son detenidos por presuntos casos de maltrato que luego quedan en nada”.

Y lo ejemplifica con esta sencilla operación matemática, al alcance de cualquiera que desee entenderlo: “Si cada año se interponen más de 140.000 denuncias por malos tratos, pero luego nos dan datos de lo que ha ocurrido finalmente con unos 10.000 casos, ¿qué ocurre con los 130.000 restantes?”.

Pues es evidente: ocurre que miles de seres humanos (del sexo políticamente equivocado en estos momentos) están siendo detenidos al año en España por supuestos malos tratos a sus parejas, a raíz de denuncias falsas o tan irrelevantes que luego quedan en nada.

Para la juez Sahanuja “detener inmediatamente no es razonable, sin realizar investigaciones mínimas, porque supone pasar dos noches en el calabozo, y eso crea traumas. No se puede actuar impunemente contra el hombre por el hecho de ser hombre. Hay que denunciar la vulneración de los derechos fundamentales que se está realizando en nuestro país”.

Por si fuera poco, el atasco de los tribunales por las denuncias falsas o irrelevantes es tan grande que no pueden investigarse verdaderamente las cuestiones graves.

Mientras tanto, la violencia familiar sigue creciendo, las muertes mujeres y de hombres por esta materia también. Y los recursos económicos que podrían enfocarse a corregir realmente este problema... se siguen derrochando en campañas sexistas de intoxicación masiva y en la proliferación de organismos públicos hembristas, que viven tan bien a costa del sufrimiento ciudadano, que jamás dirán la verdad, como la ha dicho la juez Sanahuja.

POSDATA. Algún día, cuando se derogue, la Ley de Violencia del PSOE será recordada como el mejor ejemplo no sólo del talante totalitario del partido en el Gobierno, sino también de la inoperancia de la oposición, que en todas las cuestiones, menos en la de la ETA, va a remolque de los errores del PSOE.