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Un poema de Esther Videgain

El billar del duende verde de nuestra vida

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La suerte está echada hoy,
cambiará esta misma tarde tu sino,
elije bien la pareja de juegos, no la podrás cambiar.

La suerte está echada hoy,
el billar de la verde esperanza perdida está apunto de empezar,
el futuro podrá bien mejorar, mas ayer empeoró bastante.

La suerte está echada hoy,
el contrincante ya llegó y depositó su destino sobre el tapete de la verde vida,
comienza ya el juego del azar truncado y mal trucado.

La suerte está echada hoy,
se juega a dobles o nada, la apuesta de un mañana claroscuro,
tu las de color, yo las ralladas.

La suerte está echada hoy,
la bola de nieve será nuestra coartada comodín,
la bola de luto será el fin de la caminata en nuestro triste infortunio.

La suerte está echada hoy,
empieza ya la partida,
nos jugamos la buena o la fatídica pésima suerte en este azar mal llamado controlado.

La suerte está echada hoy,
nosotros empujamos las bolas con los tacos de la buena conducta,
elije bien el palo, uno no muy pesado mas no el ligero de la inocencia.

Vencerás según la fuerza de la dulzura que golpees,
demasiado fuerte y serás el eterno perdedor por la poca astucia del control nefasto,
la bola roja ha caído ya en el agujero. Ahora me toca a mí, todo dependerá de estos últimos golpes.

Más la suerte del sino de ayer, la de hoy, la de mañana y la de estos días venideros,
dependerá siempre de la delicadeza que acaricies las bolas de tu merecido destino,
pero... ésta, acaba de rebotar en la esquina de este tapete de la vida tan caprichosa.

Les toca a tus otros contrincantes,
espera y verás, la carambola de la fortuna está apunto de llegar,
este sino fraudulentamente controlado puede cambiar.

La suerte está echada hoy...

Esta partida ha terminado en empate,
el duelo se batirá la otra semana,
el azar puede aún cambiar... o no... Se jugará a dobles o nada.

La suerte está echada hoy,
elije correctamente el palo, ni muy grueso ni muy ligero,
controlará esta dura decisión el futuro de este destino tan incierto y tan soñado.

El billar del duende verde de nuestra vida

Un poema de Esther Videgain
Esther Videgain
jueves, 27 de noviembre de 2014, 07:58 h (CET)
La suerte está echada hoy,
cambiará esta misma tarde tu sino,
elije bien la pareja de juegos, no la podrás cambiar.

La suerte está echada hoy,
el billar de la verde esperanza perdida está apunto de empezar,
el futuro podrá bien mejorar, mas ayer empeoró bastante.

La suerte está echada hoy,
el contrincante ya llegó y depositó su destino sobre el tapete de la verde vida,
comienza ya el juego del azar truncado y mal trucado.

La suerte está echada hoy,
se juega a dobles o nada, la apuesta de un mañana claroscuro,
tu las de color, yo las ralladas.

La suerte está echada hoy,
la bola de nieve será nuestra coartada comodín,
la bola de luto será el fin de la caminata en nuestro triste infortunio.

La suerte está echada hoy,
empieza ya la partida,
nos jugamos la buena o la fatídica pésima suerte en este azar mal llamado controlado.

La suerte está echada hoy,
nosotros empujamos las bolas con los tacos de la buena conducta,
elije bien el palo, uno no muy pesado mas no el ligero de la inocencia.

Vencerás según la fuerza de la dulzura que golpees,
demasiado fuerte y serás el eterno perdedor por la poca astucia del control nefasto,
la bola roja ha caído ya en el agujero. Ahora me toca a mí, todo dependerá de estos últimos golpes.

Más la suerte del sino de ayer, la de hoy, la de mañana y la de estos días venideros,
dependerá siempre de la delicadeza que acaricies las bolas de tu merecido destino,
pero... ésta, acaba de rebotar en la esquina de este tapete de la vida tan caprichosa.

Les toca a tus otros contrincantes,
espera y verás, la carambola de la fortuna está apunto de llegar,
este sino fraudulentamente controlado puede cambiar.

La suerte está echada hoy...

Esta partida ha terminado en empate,
el duelo se batirá la otra semana,
el azar puede aún cambiar... o no... Se jugará a dobles o nada.

La suerte está echada hoy,
elije correctamente el palo, ni muy grueso ni muy ligero,
controlará esta dura decisión el futuro de este destino tan incierto y tan soñado.

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