Cada vez es mayor el apoyo decidido a la enseñanza pública por parte de la ciudadanía, a pesar de que
los gobiernos de derechas están obsesionados con mantener los conciertos en la enseñanza concertada,
regentada en gran medida por religiosos y religiosas, si bien conocemos perfectamente cómo el
profesorado civil va reemplazando poco a poco al clero en muchos centros; algo muy saludable a largo
plazo.
El profesorado de la pública se ha propuesto recuperar el empleo perdido que, dicho sea de paso, ha sido
mucho y en muy mal momento. Estamos en un momento excepcional por la llegada de las elecciones
autonómicas y, dados los recortes existentes en todas las autonomías, el profesorado y la ciudadanía no
deben olvidar el daño hecho por las consejerías de educación, los recortes habidos, la descoordinación
brutal, la dejadez y el ‘atropello‘ permanente al profesorado.
Con ello quiero decir que ha llegado el momento de dar un puntapié al Partido Popular para
desalojarlo de los núcleos de poder. Su desidia por la educación y la sanidad hace que esa
organización ‘conservadura’ merezca hacer la ‘travesía del desierto’ durante unos cuantos años y una
larga temporada. Y si a ello añadimos la corrupción, pues entonces cuanto antes lo consigamos, antes
podremos montar los resortes que permitan elevar la calidad y la excelencia del sistema educativo. Un
sistema que hay que cambiar cuanto antes, por inadaptado y atemporal, sobre todo.
Es muy importante el cambio de gobiernos en las CC.AA. del Partido Popular. Hay que recuperar los
derechos laborales perdidos, los económicos y personales. Para ello hay que empezar por la derogación
de toda la normativa que iba orientada a los recortes, a la ampliación de la jornada laboral, al ‘robo‘de los
sueldos del profesorado,... y un largo etcétera.
También tenemos que recuperar el poder adquisitivo. Con el PP llevamos perdido un 22% con respecto
a otros trabajadores. Hay que conseguir que la formación profesional vuelva a tener el prestigio que
se merece. ¿Cómo? Pues entre otras muchas cuestiones se precisa una financiación suficiente para su
puesta en marcha y su desarrollo. También en la enseñanza rural hay mucho por hacer en temas de
personal: renegociar el acuerdo de itinerantes, los complementos de los centros rurales agrupados, el de
los equipos directivos, las dietas que siguen ancladas en el precio de hace una decena de años...
Seguimos anclados en el tema de las enfermedades profesionales (aún no hay catálogo ni perspectiva
de tratar el asunto). No se ha avanzado nada. Ha sucedido algo parecido a lo que sucedió con el Acuerdo
Marco para la enseñanza pública entre todas organizaciones sindicales y el estatuto de la función pública
docente. Parte de la culpa la tienen las organizaciones sindicales que nunca se han atrevido a mirar a los
ojos a los representantes de la Administración educativa; recuerden que muchos de los sindicalistas se
juegan la liberación y eso.... ya se sabe... ¡si se acaba la liberación, se acaban las mariscadas y las fiestas
que conllevan las algaradas, manifestaciones y huelgas!
Finalmente, por hoy, incidir en que la mayoría de los centros educativos carecen de personal
administrativo, cuando la burocracia se ha multiplicado considerablemente. Y es que desde que comenzó
el curso, las comunidades autónomas trabajan para la galería y están ocupadas y preocupadas en y por
las próximas elecciones.
Lo demás trae al fresco a los políticos de segunda. Van a su bola y preocupados por mantener su cargo,
sueldo, secretaria, coche oficial,... ¡Van a ser las elecciones de la corrupción y ni siquiera se inmutan! Es
una pena que la corrupción de ese noventa por ciento de político salpique al otro diez por ciento.