El nombramiento de Enrique Fernández Fassnacht como director del
Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha generado indignación entre los
estudiantes de esta universidad, que han protagonizado una marcha este
jueves que tenía como punto final la Secretaría de Educación de la
capital mexicana, donde han levantado un muro de cemento y ladrillos.
Un millar de estudiantes de los diferentes campus de la segunda
universidad pública más importante de México han formado parte de
esta protesta, tras la cual alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería y
Arquitectura han descargado cemento de una furgoneta para levantar un
muro, que tapaba una de las entradas a la Secretaría de Educación
Pública.
Según informa el diario local 'El Universal', el personal administrativo había sido
desalojado antes de la llegada de estos estudiantes, que reclaman que se cumplan sus
exigencias y rechazan el nombramiento de Fernández Fassnacht como director de la universidad.
Tras 57 días en huelga, todo parecía indicar que el Gobierno Federal y los alumnos del
IPN estaban a punto de alcanzar un acuerdo, gracias a la mesa de diálogo que mantienen
desde el pasado 4 de noviembre.
Sin embargo, las diferencias entre Gobierno y estudiantes se han puesto de manifiesto
en uno de los puntos más conflictivos de la negociación. Los universitarios venían
exigiendo desde hacía tiempo que quien ostentase el cargo de director debía aceptar
todas las decisiones que se tomasen en la mesa de diálogo y su mandato debía ser
transitorio, hasta que el Congreso Nacional Politécnico determinase el nuevo organigrama
de la institución.
Antiguo estudiante del IPN, Fernández Fassnacht participa en representación del
Gobierno Federal en las mesas de diálogo con el IPN y hasta ahora ostentaba el cargo de
secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior. Además, fue de 2009 a 2013, rector de la Universidad Autónoma
Metropolitana, donde también fue secretario general entre 1989 y 1993.
Su actual nombramiento como director del IPN le obliga a lidiar con una de las crisis
más destacadas que se han dado en esta universidad que permanece cerrada desde hace
casi dos meses, cuando los estudiantes comenzaron las protestas por la aplicación de un
plan educativo que no contaba con el consenso de la comunidad universitaria.