El salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla acoge en estos momentos
la capilla ardiente con el féretro que guarda los restos mortales de
Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba, XI duquesa de
Berwick y 14 veces Grande de España, después de su traslado desde el
Palacio de las Dueñas. A las puertas del Ayuntamiento, entretanto, no
cesan de congregarse ciudadanos para guardar cola y subir hasta la
capilla ardiente para dar su último adiós a la conocida aristócrata.
El féretro de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva corona así el salón Colón, corazón de la
Casa Grande hispalense y lugar habitual de celebración de los actos institucionales y los
plenos, cubierto por la bandera de España y la de la Casa de Alba. Descansa además bajo
dos lienzos que muestran las tallas de la Hermandad de los Gitanos, a la que la duquesa
profesaba una intensa devoción y a la que, de hecho, pertenecía. Los priostres de la
hermandad de los Gitanos, además, han instalado en torno al féretro los hachones
rematados con cirios usados normalmente durante los cultos de la hermandad.
A ambos lados del féretro, y en respetuoso silencio, los familiares y allegados velan el
cadáver, toda vez que los ciudadanos que se han acercado hasta el Ayuntamiento para
dar su último adiós a la duquesa y mostrar sus respetos a la familia acceden al salón Colón a través de un pasillo acotado a tal efecto y abandonan el mismo a través del salón
Santo Tomás.
Y es que no son pocas las personas que se acercan hasta el Ayuntamiento de Sevilla
para saludar por última vez a la aristócrata y dar sus condolencias a la familia. Bastante
antes de que fuese abierta la capilla ardiente, de hecho, numerosas personas hacían cola
para acceder al Ayuntamiento y sobre las 14,00 horas, cuando ha sido abierta la capilla,
serían más de 350 las personas allí congregadas, toda vez que la cola habilitada a las
puertas del Ayuntamiento se alimenta del goteo de personas que se acerca hasta la Casa
Grande hispalense.