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Etiquetas | Obesidad
En nuestro país se realizan entre 4.000 y 5.000 intervenciones de cirugía de la obesidad al año

Sólo el 2,3% de los pacientes candidatos a cirugía de la obesidad en España es intervenido

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Se estima que en España se llevan a cabo entre 4.000 y 5.000 intervenciones quirúrgicas de cirugía de la obesidad, indicadas en aquellas personas con obesidad grave con una repercusión en su salud física y psicológica, una vez que han fracasado el tratamiento médico (dieta, ejercicio físico, medicamentos, etc.). En palabras del doctor Juan Carlos Ruiz de Adana, secretario del XXX Congreso de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), coordinador de la Unidad de Cirugía de la Obesidad del Hospital Universitario de Getafe y responsable de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Centro Médico d-médical, “la cirugía bariátrica es uno de los tratamientos más costo-efectivos que existen actualmente en la medicina. La cirugía bariátrica es la herramienta más potente y segura para perder y mantener peso a largo”. Esta pérdida ponderal tan significativa mejora las comorbilidades relacionadas con la obesidad como la diabetes, hipertensión, la apnea del sueño, los problemas osteoarticulares, el reflujo, etcétera, que causan numerosas consultas médicas y uso de medicamentos. Asimismo, indica el doctor, “al mejorar la salud reduce las bajas laborales y favorece la inserción laboral y las oportunidades de trabajo;, a corto plazo la cirugía es cara pues supone procedimientos complejos y consumo de materiales caros, pero en menos de tres años se compensa este gasto por las ventajas mencionadas previamente”.

Según el Estudio ENRICA hay un 1% de población con IMC superior a 40kg/m2 y un 5% de población en España con IMC>35kg/m2. En este sentido, asegura la doctora Raquel Sánchez Santos, coordinador de la Sección de Obesidad Mórbida de la AEC, “de los 47.000.000 habitantes de nuestro país se asume que unos 470.000 pueden ser obesos mórbidos; un 55% de ellos estarán en edades comprendidas entre los 18 y 65 años, por lo que podrían ser candidatos firmes a la cirugía bariátrica unos 258.000 pacientes”. Entre estos puede haber pacientes con contraindicaciones para la intervención, por ejemplo, que padezcan un cáncer, tengan una enfermedad grave pulmonar, cardíaca, renal o hepática, una enfermedad psiquiátrica no controlad, etcétera, pero es muy seguro que más de la mitad de ellos (130.000) podrían ser candidatos óptimos para recibir tratamiento quirúrgico. “Asumiendo que se intervienen menos de 4.000 anuales podemos afirmar que se está operando en torno a un 2.3% de los potenciales candidatos a cirugía bariátrica” asegura la experta, que matiza que en otros países como Canadá y EEUU el porcentaje es similar. El perfil de paciente que acude a consulta, asegura la doctora corresponde al de una mujer entre 18 y 65 años con un IMC medio entre 45 y 50 kg/m2.

En opinión del doctor Ruiz de Adana, la razón por la cual el índice de intervenciones es tan bajo, responde por un lado, “a la falta de información de pacientes y de los médicos de atención primaria con respecto a la cirugía bariátrica y, por otro, a la oferta tan reducida que existe en los hospitales públicos con pocos procedimientos/año y lista de espera quirúrgica extremadamente largas”.

En este sentido, asegura la doctora Sánchez Santos, “resulta sorprendente que un tratamiento, como la cirugía bariatrica, que aumenta la supervivencia de los obesos mórbidos unos 10 años, que resuelve sus comorbilidades en un elevado porcentaje de casos, como la diabetes en el 83%, la hipertensión en el 82%, la apnea de sueño, etcétera, que les mejora la calidad de vida y que además supone un ahorro a medio plazo para el sistema sanitario; no se haya implantado de forma sistemática en el Sistema Nacional de Salud y actualmente se realice en un porcentaje realmente mínimo de los potenciales candidatos”. Entre las razones que facilita esta experta, se encuentran el miedo de “muchos endocrinos a que la cirugía sea demasiado arriesgada y la falta información acerca de la mejora de la seguridad de los pacientes y la baja incidencia de complicaciones y de mortalidad en la actualidad”, por otro lado, añade la experta, “tampoco se puede obviar el problema que supondría de manera inmediata adecuar la oferta de quirófanos, cirujanos y profesionales sanitarios del actual sistema sanitario público al potencial aumento de demanda de estas intervenciones y el potencial aumento de gasto inmediato”.

Novedades en las técnicas quirúrgicas
“Las técnicas más utilizadas en la actualidad son la gastrectomía vertical y el bypass gástrico”, explica la doctora. La gastrectomía vertical consiste en una reducción del volumen efectivo gástrico mediante la resección de una buena parte del estómago dejando solo un tubo estrecho que enseguida se llena provocando sensación de plenitud y por tanto reduciendo la cantidad de comida que puede ingerir el paciente operado. “Su ventaja es que es más sencilla y permite mantener intacto el intestino para que no se altere la absorción de vitaminas, proteínas y potencialmente de fármacos que pueda necesitar el paciente, su desventaja es que en pacientes muy obesos o mayores de 50 años tiene resultados peores que las técnicas que asocian derivaciones intestinales y que no es reversible”, explica la doctora Sánchez. La otra técnica que se emplea con frecuencia es el bypass gástrico; en este caso se secciona el estómago dejando un pequeño reservorio gástrico unido al intestino; en el intestino se realiza un “salto” de forma que queda una parte del intestino “aislada” por la que no va a pasar el alimento. Este salto provoca cambios en las hormonas que produce el tubo digestivo y que van a alterar el metabolismo de los azúcares y las grasas. “Tras la intervención el metabolismo se vuelve más eficaz, debido a estos cambios hormonales, y las células son capaces de utilizar mejor el azúcar y las grasas contribuyendo a que se acumule menos grasa en el organismo”, explica la doctora. La combinación de una dieta equilibrada, la reducción de la cantidad de comida que se ingiere y el cambio en el metabolismo serán los responsables de la pérdida de peso en los pacientes operados. “La ventaja del bypass es que es completamente reversible y tiene mejores resultados a largo plazo en pacientes diabéticos que la gastrectomía vertical”, concluye la experta.

En opinión del doctor Ruiz de Adana, “los cirujanos españoles están haciendo un esfuerzo muy importante por adecuar las indicaciones y la selección de aquellos candidatos más idóneos para mejorar la accesibililidad a la cirugía y la sostenibilidad del sistema sanitario”. A este respecto según la doctora Sánchez, “uno de los mayores retos es conseguir mejorar la accesibilidad de los pacientes obesos mórbidos a la cirugía bariátrica y para eso será necesario aumentar el número de equipos multidisciplinares para el tratamiento de la obesidad mórbida. La Asociación Española de Cirujanos lleva años colaborando con la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad para favorecer la formación de nuevos cirujanos bariátricos”.

Cambio en la vida de los pacientes
“Los pacientes deben comprometerse con la cirugía bariátrica para llevar a cabo un cambio de mentalidad y de hábitos para que sean capaces de mantener la pérdida de peso”, explica el doctor Ruiz de Adana, quien añade a este respecto que “siete de cada 10 pacientes intervenidos consigue mantener la resolución de las enfermedades asociadas a la obesidad”. Los pacientes deben aprender a llevar una vida más sana con una dieta equilibrada y realizar más ejercicio físico. Este cambio de hábitos y la pérdida de peso mejora radicalmente la calidad de vida de los pacientes y la mayoría refieren gran satisfacción con el resultado de la operación. “Algunos detalles como poder atarse los zapatos, comprar ropa en tiendas normales, correr y jugar con sus hijos, salir de excursión o caminata con los amigos o la familia, suponen grandes cambios en la vida de estos pacientes en los que también mejora la autoestima y con ella sus relaciones sociales e incluso laborales”, asegura la doctora Sánchez Santos.

Sólo el 2,3% de los pacientes candidatos a cirugía de la obesidad en España es intervenido

En nuestro país se realizan entre 4.000 y 5.000 intervenciones de cirugía de la obesidad al año
Francisco Acedo
jueves, 13 de noviembre de 2014, 08:52 h (CET)
Se estima que en España se llevan a cabo entre 4.000 y 5.000 intervenciones quirúrgicas de cirugía de la obesidad, indicadas en aquellas personas con obesidad grave con una repercusión en su salud física y psicológica, una vez que han fracasado el tratamiento médico (dieta, ejercicio físico, medicamentos, etc.). En palabras del doctor Juan Carlos Ruiz de Adana, secretario del XXX Congreso de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), coordinador de la Unidad de Cirugía de la Obesidad del Hospital Universitario de Getafe y responsable de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Centro Médico d-médical, “la cirugía bariátrica es uno de los tratamientos más costo-efectivos que existen actualmente en la medicina. La cirugía bariátrica es la herramienta más potente y segura para perder y mantener peso a largo”. Esta pérdida ponderal tan significativa mejora las comorbilidades relacionadas con la obesidad como la diabetes, hipertensión, la apnea del sueño, los problemas osteoarticulares, el reflujo, etcétera, que causan numerosas consultas médicas y uso de medicamentos. Asimismo, indica el doctor, “al mejorar la salud reduce las bajas laborales y favorece la inserción laboral y las oportunidades de trabajo;, a corto plazo la cirugía es cara pues supone procedimientos complejos y consumo de materiales caros, pero en menos de tres años se compensa este gasto por las ventajas mencionadas previamente”.

Según el Estudio ENRICA hay un 1% de población con IMC superior a 40kg/m2 y un 5% de población en España con IMC>35kg/m2. En este sentido, asegura la doctora Raquel Sánchez Santos, coordinador de la Sección de Obesidad Mórbida de la AEC, “de los 47.000.000 habitantes de nuestro país se asume que unos 470.000 pueden ser obesos mórbidos; un 55% de ellos estarán en edades comprendidas entre los 18 y 65 años, por lo que podrían ser candidatos firmes a la cirugía bariátrica unos 258.000 pacientes”. Entre estos puede haber pacientes con contraindicaciones para la intervención, por ejemplo, que padezcan un cáncer, tengan una enfermedad grave pulmonar, cardíaca, renal o hepática, una enfermedad psiquiátrica no controlad, etcétera, pero es muy seguro que más de la mitad de ellos (130.000) podrían ser candidatos óptimos para recibir tratamiento quirúrgico. “Asumiendo que se intervienen menos de 4.000 anuales podemos afirmar que se está operando en torno a un 2.3% de los potenciales candidatos a cirugía bariátrica” asegura la experta, que matiza que en otros países como Canadá y EEUU el porcentaje es similar. El perfil de paciente que acude a consulta, asegura la doctora corresponde al de una mujer entre 18 y 65 años con un IMC medio entre 45 y 50 kg/m2.

En opinión del doctor Ruiz de Adana, la razón por la cual el índice de intervenciones es tan bajo, responde por un lado, “a la falta de información de pacientes y de los médicos de atención primaria con respecto a la cirugía bariátrica y, por otro, a la oferta tan reducida que existe en los hospitales públicos con pocos procedimientos/año y lista de espera quirúrgica extremadamente largas”.

En este sentido, asegura la doctora Sánchez Santos, “resulta sorprendente que un tratamiento, como la cirugía bariatrica, que aumenta la supervivencia de los obesos mórbidos unos 10 años, que resuelve sus comorbilidades en un elevado porcentaje de casos, como la diabetes en el 83%, la hipertensión en el 82%, la apnea de sueño, etcétera, que les mejora la calidad de vida y que además supone un ahorro a medio plazo para el sistema sanitario; no se haya implantado de forma sistemática en el Sistema Nacional de Salud y actualmente se realice en un porcentaje realmente mínimo de los potenciales candidatos”. Entre las razones que facilita esta experta, se encuentran el miedo de “muchos endocrinos a que la cirugía sea demasiado arriesgada y la falta información acerca de la mejora de la seguridad de los pacientes y la baja incidencia de complicaciones y de mortalidad en la actualidad”, por otro lado, añade la experta, “tampoco se puede obviar el problema que supondría de manera inmediata adecuar la oferta de quirófanos, cirujanos y profesionales sanitarios del actual sistema sanitario público al potencial aumento de demanda de estas intervenciones y el potencial aumento de gasto inmediato”.

Novedades en las técnicas quirúrgicas
“Las técnicas más utilizadas en la actualidad son la gastrectomía vertical y el bypass gástrico”, explica la doctora. La gastrectomía vertical consiste en una reducción del volumen efectivo gástrico mediante la resección de una buena parte del estómago dejando solo un tubo estrecho que enseguida se llena provocando sensación de plenitud y por tanto reduciendo la cantidad de comida que puede ingerir el paciente operado. “Su ventaja es que es más sencilla y permite mantener intacto el intestino para que no se altere la absorción de vitaminas, proteínas y potencialmente de fármacos que pueda necesitar el paciente, su desventaja es que en pacientes muy obesos o mayores de 50 años tiene resultados peores que las técnicas que asocian derivaciones intestinales y que no es reversible”, explica la doctora Sánchez. La otra técnica que se emplea con frecuencia es el bypass gástrico; en este caso se secciona el estómago dejando un pequeño reservorio gástrico unido al intestino; en el intestino se realiza un “salto” de forma que queda una parte del intestino “aislada” por la que no va a pasar el alimento. Este salto provoca cambios en las hormonas que produce el tubo digestivo y que van a alterar el metabolismo de los azúcares y las grasas. “Tras la intervención el metabolismo se vuelve más eficaz, debido a estos cambios hormonales, y las células son capaces de utilizar mejor el azúcar y las grasas contribuyendo a que se acumule menos grasa en el organismo”, explica la doctora. La combinación de una dieta equilibrada, la reducción de la cantidad de comida que se ingiere y el cambio en el metabolismo serán los responsables de la pérdida de peso en los pacientes operados. “La ventaja del bypass es que es completamente reversible y tiene mejores resultados a largo plazo en pacientes diabéticos que la gastrectomía vertical”, concluye la experta.

En opinión del doctor Ruiz de Adana, “los cirujanos españoles están haciendo un esfuerzo muy importante por adecuar las indicaciones y la selección de aquellos candidatos más idóneos para mejorar la accesibililidad a la cirugía y la sostenibilidad del sistema sanitario”. A este respecto según la doctora Sánchez, “uno de los mayores retos es conseguir mejorar la accesibilidad de los pacientes obesos mórbidos a la cirugía bariátrica y para eso será necesario aumentar el número de equipos multidisciplinares para el tratamiento de la obesidad mórbida. La Asociación Española de Cirujanos lleva años colaborando con la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad para favorecer la formación de nuevos cirujanos bariátricos”.

Cambio en la vida de los pacientes
“Los pacientes deben comprometerse con la cirugía bariátrica para llevar a cabo un cambio de mentalidad y de hábitos para que sean capaces de mantener la pérdida de peso”, explica el doctor Ruiz de Adana, quien añade a este respecto que “siete de cada 10 pacientes intervenidos consigue mantener la resolución de las enfermedades asociadas a la obesidad”. Los pacientes deben aprender a llevar una vida más sana con una dieta equilibrada y realizar más ejercicio físico. Este cambio de hábitos y la pérdida de peso mejora radicalmente la calidad de vida de los pacientes y la mayoría refieren gran satisfacción con el resultado de la operación. “Algunos detalles como poder atarse los zapatos, comprar ropa en tiendas normales, correr y jugar con sus hijos, salir de excursión o caminata con los amigos o la familia, suponen grandes cambios en la vida de estos pacientes en los que también mejora la autoestima y con ella sus relaciones sociales e incluso laborales”, asegura la doctora Sánchez Santos.

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