Como ya he comentado en otros artículos dedicados a la comunicación de la pareja, una buena relación requiere el acoplamiento de los amantes, un funcionamiento adecuado de cada uno, coordinando los cuatro componentes en la experiencia sexual : deseo, excitación, orgasmo y satisfacción lo que habitualmente no es fácil.

Uno de ellos tiene une excitación fácil, lo que se puede relacionar con el deseo sexual, con un gran atractivo, o con la forma de comportarse del otro ... Y muchas veces la satisfacción emocional de uno depende de la facilidad de excitación o de si el otro logra el orgasmo. Si aparece una dificultad no depende sólo de un comportamiento sexual aislado, sino también de cómo se excita o se comporta sexualmente el otro.

Pasa que si una persona está adaptada sexualmente a otra, tiene interés y deseo sexual y se excita fácilmente, puede tener problemas si cambia de pareja o la nueva tiene poco interés sexual o dificultades para excitarse. Si hay falta de correspondencia por un deseo no correspondido, convierte la experiencia sexual en un esfuerzo que puede no culminar nunca. Hay una frustración constante y una desilusión que termina apagando el fuego.

Se deben aunar intereses porque la convivencia es un proceso de adaptación continua para coordinar las costumbres, las creencias y los intereses que suelen ser diferentes o contradictorios. Y en común tomar decisiones, afrontar los conflictos y los problemas que surgen en la vida cotidiana. Y de cómo llegue a ser este acontecer diario se reflejará en la vida sexual de cada uno. Y si uno de ellos tiene escasos hábitos de higiene, será fácil que el otro tenga inhibición sexual.

O si uno no manifiesta respuestas emocionales y caricias, o lo hace de forma restringida, por ejemplo sólo en la cama, pueden resultar aversivas y el otro puede vivirlas como rechazo, hasta del más mínimo contacto físico. También si existe excesivo apremio y una conducta reiterada para tener relaciones por parte de uno de ellos, puede surgir en el otro aversión al sexo.

Además la falta de atracción sexual hacia el compañer@, o que en ocasiones se llama falta de química, es una fuente llamativa de falta de deseo y de interés sexual. El ejemplo lo tenéis en los acuerdos por intereses extrasexuales. Pesonas que comparten hobbies, intereses o inquietudes o una cierta ideología aunque no claramente un deseo sexual hacia el otro, pueden ser ambas o una de ellas. Por eso pueden ser otras las razones que les llevaron a convivir y son escasas las relaciones sexuales que han disfrutado entre ellos.

Existen alternativas porque una pareja no vive en un vacío social, cada uno de ellos mantiene diversas relaciones con personas del entorno y todas podrían implicarse en contactos afectivo-eróticos más intensos o menos y a veces fortuitos. Y si hacen el balance de contactos entre la pareja más o menos gratificantes estará relacionado con la dependencia real que cada cual perciba con otros a parte de la relación de pareja.

Por ejemplo si uno de ellos pierde atractivo para su cónyuge es probable que surgan alternativas para los dos y sea propicia la pérdida de interés en uno de ellos o un exceso de interés en el otro.

Con frecuencia encuentro parejas que habiendo tenido una historia previa de relaciones satisfactorias empiezan a presentar pérdida de deseo y varias dificultades sexuales que coinciden con conflictos en sus relaciones. Cuando se da la irritación y el resentimiento se recomienda la Terapia de Pareja o Terapia Sexual, porque son los factores más habituales en la evolución de problemas sexuales en la pareja.

En las sesiones con el Sexólogo volverán el erotismo y el interés sexual, que están condenados a extinguirse mientras la irritación contenida y el resentimiento sigan vivos, y vuelva una atmósfera en la que puedan gozar y no se niegen el placer ... Retorne esa capacidad creadora que es característica de la relación sexual satisfactoria y también es una clara característica del deseo sexual.

Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja
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Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo'