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Todos sabemos la impotencia que nos domina cuando nos anuncian que nuestro esfuerzo y su fruto terminan en los bolsillos de cuatro timadores

Quiero que nos pidan perdón

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Sé, amigos lectores, que nada voy a añadir en este artículo que no hayan pensado o sentido ustedes. Todos sabemos muy bien lo que se siente cuando día tras día los periódicos nos dicen que nos han robado, cuando día tras día la prensa nos avisa de que vivimos en un país que se está destruyendo. Todos sabemos la impotencia que nos domina cuando nos anuncian que nuestro esfuerzo y su fruto terminan en los bolsillos de cuatro timadores con carnet de político o sindicalista.

Y sé la desesperación que sentimos todos cuando año tras año, ciclo electoral tras ciclo electoral, la circunstancia se repite sin fin, sin que nada ni nadie ponga jamás fin, sin que nuestras ansias de justicia se vean jamás colmadas, pero sobre todo sin que nos hayan pedido perdón, sin que se hayan tomado medidas que nos protejan, que separen a buenos y malos españoles, a honrados y canallas, sin que esta penosa sangría que vacía España de recursos sea detenida.

Hay alguna razón oculta, quizá sean la idiosincrasia o la cultura españolas quienes favorecen que entre nosotros abunden tantos salteadores, bandoleros y asaltacaminos. Es solo que ahora no roban a un pobre caminante que tiene la osadía de cruzar a solas los montes, sino que arrasan con fortunas enteras, con colosales masas de dinero capaces de derribar el Estado...

Porque eso es lo que está pasando, que una sinvergonzonería de tal calibre está a punto de acabar con la democracia tal como la conocemos. Y hay que defender al Estado con leyes fuertes que favorezcan a los honrados y desmoralicen a los bandidos, que encierren bajo siete llaves a quienes buscan con desesperación la destrucción de España... porque detrás estamos los Españoles, España no es un ente abstracto. Pero sobre todo necesito que alguien se dirija a nosotros por televisión, que alguien ponga cara de compungido, de arrepentido, que alguien parezca que lo siente, que alguien nos pida perdón. Necesito que nuestros máximos dirigentes políticos y sindicales se dirijan a nosotros, quizá solo fingiendo arrepentimiento, y nos pidan perdón.

Porque tienen que pedirnos perdón formal y oficialmente, no en un comunicado de prensa, sino con pompa y boato, con las Cortes reunidas si fuera menester, pero no lo harán porque carecen de remordimientos.

Quiero que nos pidan perdón

Todos sabemos la impotencia que nos domina cuando nos anuncian que nuestro esfuerzo y su fruto terminan en los bolsillos de cuatro timadores
Pedro de Hoyos
miércoles, 29 de octubre de 2014, 08:06 h (CET)
Sé, amigos lectores, que nada voy a añadir en este artículo que no hayan pensado o sentido ustedes. Todos sabemos muy bien lo que se siente cuando día tras día los periódicos nos dicen que nos han robado, cuando día tras día la prensa nos avisa de que vivimos en un país que se está destruyendo. Todos sabemos la impotencia que nos domina cuando nos anuncian que nuestro esfuerzo y su fruto terminan en los bolsillos de cuatro timadores con carnet de político o sindicalista.

Y sé la desesperación que sentimos todos cuando año tras año, ciclo electoral tras ciclo electoral, la circunstancia se repite sin fin, sin que nada ni nadie ponga jamás fin, sin que nuestras ansias de justicia se vean jamás colmadas, pero sobre todo sin que nos hayan pedido perdón, sin que se hayan tomado medidas que nos protejan, que separen a buenos y malos españoles, a honrados y canallas, sin que esta penosa sangría que vacía España de recursos sea detenida.

Hay alguna razón oculta, quizá sean la idiosincrasia o la cultura españolas quienes favorecen que entre nosotros abunden tantos salteadores, bandoleros y asaltacaminos. Es solo que ahora no roban a un pobre caminante que tiene la osadía de cruzar a solas los montes, sino que arrasan con fortunas enteras, con colosales masas de dinero capaces de derribar el Estado...

Porque eso es lo que está pasando, que una sinvergonzonería de tal calibre está a punto de acabar con la democracia tal como la conocemos. Y hay que defender al Estado con leyes fuertes que favorezcan a los honrados y desmoralicen a los bandidos, que encierren bajo siete llaves a quienes buscan con desesperación la destrucción de España... porque detrás estamos los Españoles, España no es un ente abstracto. Pero sobre todo necesito que alguien se dirija a nosotros por televisión, que alguien ponga cara de compungido, de arrepentido, que alguien parezca que lo siente, que alguien nos pida perdón. Necesito que nuestros máximos dirigentes políticos y sindicales se dirijan a nosotros, quizá solo fingiendo arrepentimiento, y nos pidan perdón.

Porque tienen que pedirnos perdón formal y oficialmente, no en un comunicado de prensa, sino con pompa y boato, con las Cortes reunidas si fuera menester, pero no lo harán porque carecen de remordimientos.

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