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Los críticos seguiremos siendo críticos, con datos contrastados y sin acatar órdenes de nadie que nos mande callar

Nos han robado el mes de abril

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Seguimos dando vueltas y vueltas en esa noria del pánico de la que les hablaba hace unos días en mi último artículo. Cada día que pasa el miedo es más grande, y cuando toda esta pesadilla hecha realidad acabe nada será igual. El fantasma de una larga y enorme crisis económica mundial está llamando a las puertas, todo tendrá que ser de otra manera, un fuerte cambio social, económico y político tiene que traer nuevos vientos limpiando tantas cosas que durante tantos años se han venido haciendo mal.


Y mientras eso llega estamos encerrados, confinados, secuestrados por el coronavirus, en nuestras casas. Unos solidariamente, no queremos ser indirectamente vehículo transmisor de la enfermedad, otros cumplen la pena de confinación de mala gana y a regañadientes, despotricando contra el Gobierno porque siempre es mejor echar las culpas al que manda, “piove porco Governo”, y, en fin, otros, unos cuantos insolidarios, inconscientes y prepotentes que piensan que esto no va con ellos se dedican a delinquir desobedeciendo las normas dictadas y de obligado cumplimiento para todos.


Y es entonces, después de más de dos semanas sin más horizonte callejero que los arboles de la montaña que veo desde la ventana del despacho, cuando me doy cuenta que alguien, el maldito coronavirus, nos ha robado el mes de Abril. Hace años T.S. Eliot en su “The Waste Land” ya nos advirtió que Abril es el mes más cruel. Y con el mes de Abril nos han robado la Primavera, nos han secuestrado los primeros brotes florales, el dulzón aroma de la flor de azahar de los naranjos floridos, el fuerte color verde, que no podremos ver, de los campos de cereal, no podremos escuchar el rumor de las aguas de los arroyos de montaña transportando las limpias aguas del deshielo de las nieves invernales.


Pero todo no van a ser tristezas, amigos míos que viven en las ciudades me cuentan que han vuelto a escuchar los trinos de los pájaros, antes silenciados por el ciudadano ruido del tráfico rodado, E incluso el otro día una familia de jabalíes se paseaba por el centro de Barcelona, y es que sin nosotros invadiendo su territorio los animales se sienten más libres y van recuperando el que fue su territorio.


Este Abril y esta Primavera nadie nos la devolverá. En los hospitales la gente sigue muriendo y sigue padeciendo mientras los científicos de todo el mundo intentan lograr un antídoto contra este ataque que nos ha cogido a todos con las defensas bajas, especialmente a los políticos al mando, en este y en otros países. En España da vergüenza ver cómo, sin ninguna clase de rubor ni remordimiento, los políticos de la derecha extrema y la extrema derecha, especialmente el Partido Popular que es quien más tiene que callar, día sí y día también aprovechan la terrible situación por la que está pasando el país para culpabilizar al Gobierno de coalición PSOE/UNIDAS PODEMOS de todos los males pasados, presentes y futuros. Está claro que el Gobierno, con su Presidente Sanchez a la cabeza, está errando en demasiadas cosas, pero ni es el momento ni es el PP el indicado para pedirle cuentas.


Habrá que recordar a Pablo Casado y los suyos que si Madrid está como está en materia de salud los culpables son los gobiernos del Partido Popular que desde la época de Esperanza Aguirre se han dedicado a desmantelar la sanidad pública para favorecer a sus “amiguitos del alma” de la sanidad privada. Y ni siquiera ahora han recapacitado ya que la actual Presidenta de la Comunidad de Madrid ha escogido como asesor en materia de sanidad a quien en la época de Aguirre fue el principal responsable de la privatización de la sanidad pública madrileña. Así que esta oposición, este trifachito de lenguaje cuartelero, lo mejor que puede hacer es mutis por el foro y retirarse a sus cuarteles de invierno a lamerse las heridas de una derrota electoral que todavía no han digerido.


Pero esto no quiere decir que Pedro Sánchez y los suyos con la callada y sumisa colaboración de Pablo Iglesias y los suyos estén haciendo bien las cosas. Y eso hay que decirlo, y que nadie se ofenda ni nos meta a los que intentamos hacer una crítica constructiva que sirva para que si nos escuchan los responsables las cosas se hagan mejor, porque pueden hacerse, entre las filas de esa derechona ansiosa de recortar derechos y libertades, y que estos días tan sólo sonríe cuando ve en las ruedas de prensa del Ministerio de Sanidad a altos jefes militares con el pecho lleno de medallas, ocupando el sitio en el que debían estar las batas blancas de científicos y médicos.


Los críticos seguiremos siendo críticos, con datos contrastados y sin acatar órdenes de nadie que nos mande callar, ya lo decía Quevedo “No he de callar por más que con el dedo, /ya tocando la boca o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo” Los políticos al mando han de ser valientes para tomar decisiones valientes en momentos críticos como los que ahora vivimos. No se puede despreciar a los científicos y sus consejos, no se puede improvisar por mucho que las situaciones sean anómalas, no se puede centralizar en Madrid y en un ministerio, Sanidad, que lleva veinte años sin ejercer poder en una materia que tienen transferidas las CC.AA. No se puede estar dando la sensación de que al Gobierno le viene grande la situación. No se puede dar la sensación de que vamos a comprar lo que precisamos al chino de todo a 100 de la esquina para acabar pagando mucho por poco, y encima inservible. No se pueden tantas cosas, pero si se ponen las pilas y comienzan a gobernar y administrar, que es lo que tiene que hacer un Gobierno, y a dar sensación de tranquilidad tanto en las ruedas de prensa, sin militares por favor, no hacen ninguna falta y a algunos su presencia nos parece un tic del franquismo latente todavía en muchos sitios, si hacen bien las cosas nos tendrán a su lado. Lo único que pido y creo que como yo muchos ciudadanos es poder creer en el Gobierno, porque ahora es la hora de ir todos hacia adelante. Después ya vendrá el tiempo de pedir responsabilidades a todos aquellos que no hayan sabido estar a la altura de lo que las circunstancias les demandaban. Si no nos pueden devolver el mes de Abril al menos devuélvannos la confianza y la esperanza. 

Nos han robado el mes de abril

Los críticos seguiremos siendo críticos, con datos contrastados y sin acatar órdenes de nadie que nos mande callar
Rafa Esteve-Casanova
martes, 31 de marzo de 2020, 13:08 h (CET)

Seguimos dando vueltas y vueltas en esa noria del pánico de la que les hablaba hace unos días en mi último artículo. Cada día que pasa el miedo es más grande, y cuando toda esta pesadilla hecha realidad acabe nada será igual. El fantasma de una larga y enorme crisis económica mundial está llamando a las puertas, todo tendrá que ser de otra manera, un fuerte cambio social, económico y político tiene que traer nuevos vientos limpiando tantas cosas que durante tantos años se han venido haciendo mal.


Y mientras eso llega estamos encerrados, confinados, secuestrados por el coronavirus, en nuestras casas. Unos solidariamente, no queremos ser indirectamente vehículo transmisor de la enfermedad, otros cumplen la pena de confinación de mala gana y a regañadientes, despotricando contra el Gobierno porque siempre es mejor echar las culpas al que manda, “piove porco Governo”, y, en fin, otros, unos cuantos insolidarios, inconscientes y prepotentes que piensan que esto no va con ellos se dedican a delinquir desobedeciendo las normas dictadas y de obligado cumplimiento para todos.


Y es entonces, después de más de dos semanas sin más horizonte callejero que los arboles de la montaña que veo desde la ventana del despacho, cuando me doy cuenta que alguien, el maldito coronavirus, nos ha robado el mes de Abril. Hace años T.S. Eliot en su “The Waste Land” ya nos advirtió que Abril es el mes más cruel. Y con el mes de Abril nos han robado la Primavera, nos han secuestrado los primeros brotes florales, el dulzón aroma de la flor de azahar de los naranjos floridos, el fuerte color verde, que no podremos ver, de los campos de cereal, no podremos escuchar el rumor de las aguas de los arroyos de montaña transportando las limpias aguas del deshielo de las nieves invernales.


Pero todo no van a ser tristezas, amigos míos que viven en las ciudades me cuentan que han vuelto a escuchar los trinos de los pájaros, antes silenciados por el ciudadano ruido del tráfico rodado, E incluso el otro día una familia de jabalíes se paseaba por el centro de Barcelona, y es que sin nosotros invadiendo su territorio los animales se sienten más libres y van recuperando el que fue su territorio.


Este Abril y esta Primavera nadie nos la devolverá. En los hospitales la gente sigue muriendo y sigue padeciendo mientras los científicos de todo el mundo intentan lograr un antídoto contra este ataque que nos ha cogido a todos con las defensas bajas, especialmente a los políticos al mando, en este y en otros países. En España da vergüenza ver cómo, sin ninguna clase de rubor ni remordimiento, los políticos de la derecha extrema y la extrema derecha, especialmente el Partido Popular que es quien más tiene que callar, día sí y día también aprovechan la terrible situación por la que está pasando el país para culpabilizar al Gobierno de coalición PSOE/UNIDAS PODEMOS de todos los males pasados, presentes y futuros. Está claro que el Gobierno, con su Presidente Sanchez a la cabeza, está errando en demasiadas cosas, pero ni es el momento ni es el PP el indicado para pedirle cuentas.


Habrá que recordar a Pablo Casado y los suyos que si Madrid está como está en materia de salud los culpables son los gobiernos del Partido Popular que desde la época de Esperanza Aguirre se han dedicado a desmantelar la sanidad pública para favorecer a sus “amiguitos del alma” de la sanidad privada. Y ni siquiera ahora han recapacitado ya que la actual Presidenta de la Comunidad de Madrid ha escogido como asesor en materia de sanidad a quien en la época de Aguirre fue el principal responsable de la privatización de la sanidad pública madrileña. Así que esta oposición, este trifachito de lenguaje cuartelero, lo mejor que puede hacer es mutis por el foro y retirarse a sus cuarteles de invierno a lamerse las heridas de una derrota electoral que todavía no han digerido.


Pero esto no quiere decir que Pedro Sánchez y los suyos con la callada y sumisa colaboración de Pablo Iglesias y los suyos estén haciendo bien las cosas. Y eso hay que decirlo, y que nadie se ofenda ni nos meta a los que intentamos hacer una crítica constructiva que sirva para que si nos escuchan los responsables las cosas se hagan mejor, porque pueden hacerse, entre las filas de esa derechona ansiosa de recortar derechos y libertades, y que estos días tan sólo sonríe cuando ve en las ruedas de prensa del Ministerio de Sanidad a altos jefes militares con el pecho lleno de medallas, ocupando el sitio en el que debían estar las batas blancas de científicos y médicos.


Los críticos seguiremos siendo críticos, con datos contrastados y sin acatar órdenes de nadie que nos mande callar, ya lo decía Quevedo “No he de callar por más que con el dedo, /ya tocando la boca o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo” Los políticos al mando han de ser valientes para tomar decisiones valientes en momentos críticos como los que ahora vivimos. No se puede despreciar a los científicos y sus consejos, no se puede improvisar por mucho que las situaciones sean anómalas, no se puede centralizar en Madrid y en un ministerio, Sanidad, que lleva veinte años sin ejercer poder en una materia que tienen transferidas las CC.AA. No se puede estar dando la sensación de que al Gobierno le viene grande la situación. No se puede dar la sensación de que vamos a comprar lo que precisamos al chino de todo a 100 de la esquina para acabar pagando mucho por poco, y encima inservible. No se pueden tantas cosas, pero si se ponen las pilas y comienzan a gobernar y administrar, que es lo que tiene que hacer un Gobierno, y a dar sensación de tranquilidad tanto en las ruedas de prensa, sin militares por favor, no hacen ninguna falta y a algunos su presencia nos parece un tic del franquismo latente todavía en muchos sitios, si hacen bien las cosas nos tendrán a su lado. Lo único que pido y creo que como yo muchos ciudadanos es poder creer en el Gobierno, porque ahora es la hora de ir todos hacia adelante. Después ya vendrá el tiempo de pedir responsabilidades a todos aquellos que no hayan sabido estar a la altura de lo que las circunstancias les demandaban. Si no nos pueden devolver el mes de Abril al menos devuélvannos la confianza y la esperanza. 

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