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No es que desee imitar a mi buen amigo y periodista Manolo Montes, aunque
otro gallo me cantaría si así lo hiciese, que semanalmente publica una columna que
tiene por nombre “La buena noticia” y con ella alumbra con un rayito de sol, la más de
las veces con una vivencia personal, esta sociedad de tinieblas en la que nos movemos,
no es por eso, que quede claro, sino porque entre hoy y mañana se podría anunciar que
Teresa, la auxiliar de enfermería que voluntariamente atendió a los dos misioneros
fallecidos por el maldito Ébola y quedó ella infectada por su virus, ha superado la
cercanía a la muerte y anda columpiándose camino de la vida; si a ello le añadimos que
los cuatros ciudadanos que estaban bajo vigilancia por el mismo “bicho” han dado
clínicamente negativo, podríamos inferir que nos encontramos ante una buena y gran
noticia.
La sociedad española, en mayor o menor medida que otras colmenas humanas,
estará cuarteada entre los que atribuyan tan magnífico anuncio a las oraciones de los
creyentes, a la potra del gobierno de España, al propio tesón de Teresa por salir adelante
o a la gran labor del equipo médico que ha asistido a la amita del sacrificado Excálibur.
Parece ser, según me cuentan, que ahora es el momento en que el principal
partido de la oposición, el PSOE de Pedro Sánchez, va a pedir que la ministra de
Sanidad Ana Mato dimita o sea cesada por el Presidente Rajoy, al tiempo que se
supone que no hará falta petición alguna para que el Consejero de Sanidad de la
Comunidad de Madrid, el que dijo, quiero creer si no recuerdo mal, que Teresa había
mentido, debe coger las de Villadiego e irse a vivir con lo que tiene, ya que dijo que
tenía la vida resuelta.
Como no soy partidario ni partidista, y por ello creo no ser sectario, no me
parece mal ni bien, sino todo lo contrario (vamos, que me da igual), que la Mato se vaya
a su casa conduciendo el famoso Jaguar; y al tiempo que afirmo lo anterior, no se me
caen los anillos por decir que la labor de Soraya, “la vicetodo” del Gobierno, creo que
ha sido magnífica.
Dicho lo anterior, creo, si todo lo anterior se convierte en una bendita realidad,
que podamos alzar una copa brindando por la vida; me adelanto con un chin-chin de
esperanza.
Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.
Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.
Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.
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