LA VIOLENCIA de pareja afecta a todos los sexos, prácticas sexuales, edades y relaciones familiares. A novias, novios, esposas, maridos, niños, niñas, suegros, suegras, parejas homosexuales, etc.
Y a todas las víctimas debería defenderse, para que no haya víctimas doblemente victimadas (cuando sufren la violencia y cuando se silencia su caso). Es más, cuanto mayor número de víctimas de un sexo existan, mayor número de personas de ese sexo pueden y deben ser protegidas, pero sin que se silencie a las personas del otro sexo que también sean victimadas.
¿Muy sencillo de entender, verdad..? Bueno, pues existen personas sexistas en España que no lo entienden.
Con gran diferencia, quienes en mayor número sufren la violencia familiar en España son los niños y niñas. Cientos de miles de Menores españoles no pueden relacionarse con sus dos progenitores, porque aquel de los dos que tenga la custodia sobre ellos, podrá violar impunemente sus derechos, obstaculizándoles su normal relación con el miembro de la pareja que nos los tenga a su cargo.
También hay menores que mueren asesinados, por su padre o por su madre. Pero de esto tampoco se habla.
¿Por qué? Hay sexistas en España que no quieren que se hable de la violencia familiar. Sólo quieren satanizar a uno de los sexos.
También hay violencia en las parejas homosexuales. Hombres que matan, agreden o maltratan a hombres. Y mujeres que matan, agreden y maltratan a mujeres.
¿Hablan las mafias sexistas de este género de violencia...?
¿No? ¿Y por qué será?
¿No dicen las mafias sexistas, y además en este caso dicen bien, que para acabar con la violencia lo primero y principal es que la víctimas asuman su condición de víctimas de la violencia y se atrevan a expresarla y a denunciarla?
Pero resulta que si un hombre maltrata a otro hombre, dentro de la pareja, o una mujer mata a otra mujer, también en el ámbito de la pareja, entonces conviene ocultarlo y no hablar de este género de violencia.
¿Por qué será? ¿Acaso se trata de satanizar a un sexo, considerándolo cromosómicamente perverso, y por lo tanto nada de lo que desmienta esta consigna debe divulgarse.
Si un hombre negara que hay violencia y asesinos masculinos entre las parejas, yo lo tendría por hipócrita y por machista.
Quienes niegan y ocultan la violencia femenina, hasta el extremo de encubrir incluso la violencia entre las parejas lesbianas, merecen el nombre de hembristas.
POSDATA. En cambio, la verdad es muy fácil de entender. Ninguna victima debe ser doblemente victimada. Que la ley proteja a todos, ya sean más o menos quienes numéricamente reciban esa protección, sin desamparar a nadie.
Y que se acaben las campañas sexistas y las mentiras, incluso las de marcado sesgo hembrista, que sólo buscan no la protección de las víctimas, sino acaparar cargos a costa del dolor social.