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Claro que vamos a morir ¿dónde está la sorpresa?¿dónde la noticia? No existe

Vamos a morir todos (pero no de Ébola)

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Estos días estamos viviendo en España (y en el resto del mundo) la última de las campañas mediáticas que nos intoxican el cerebro y claman a nuestras tripas, a que reaccionemos visceralmente, sin pensar. Los medios masivos de propagación de falsificaciones (también conocidos como ‘medios de información’) van a velocidad de crucero propagando esa obviedad: vamos a morir.

Este sistema sólo se sustenta en nuestra distracción y engaño permanente, en la anulación de nuestra capacidad reflexiva, de nuestra capacidad crítica, de nuestras características humanas más constructivas como la calma, la reflexión, la solidaridad, la simpatía, el apoyo a los demás. Los medios (televisión,radio,periódicos) son la correa de transmisión de las necesidades del sistema puesto que forman parte fundamental del mismo. El sistema es este orden de cosas, este equilibrio social, el ‘statu quo’.

La cima del sistema, los muy, muy adinerados, depende por completo de una falsificación permanente de la realidad: una economía planetaria corrupta, mafiosa, que deja dividendos elevadísimos de la guerra, la explotación, el expolio. Un sistema planetario genocida en el que hay riqueza disponible para que los 7200 millones de personas vivamos perfectamente, pero que sustenta violentamente los desequilibrios mediante barreras en todas partes: fronteras, sobornos, una alta militarización y la justicia universal inaplicable.

Paraísos fiscales, miles de millones de euros entregados a bancos de todo el planeta, una hipocresía inaguantable sobre la aplicación de los derechos humanos … y las televisiones, radios y periódicos infestadas de mentirosos instrumentales, de falsificadores, de sinvergüenzas que condenan a la inmensa mayoría a la ignorancia para poder ganar unos pocos miles. La inmensa mayoría de los que salen hablándonos por la tele son unos vendidos.

Mentiras y Miedo. Todo funciona solo si tenemos miedo. Las encuestas del CIS miden la eficacia del telediario, de la prensa. Pulsan el estado de opinión de los ciudadanos. Si leemos despacio y con cuidado las preguntas emana una metapregunta: ¿Cuanto se está creyendo nuestro cuento señor/señora? ¿Nuestro guiñol la tiene suficientemente embotada? ¿Con qué estamos asustándole/ asustándola eficazmente?

En 3 años de gobierno 1 millón de personas han quedado sin cobertura sanitaria. En el mismo tiempo se han destruido más de medio millón de puestos de trabajo, dos millones y medio desde mediados de 2008. 1 de cada 4 personas que puede y quiere trabajar no encuentra cómo, dónde, para quién. Todos los costes de servicios públicos se han encarecido, a la vez. Todo el sector financiero español se ha hundido, a la vez. Y en estos 3 años el tufo pestilente del robo desde la política, la banca y la empresa no ha parado un solo día.

En esto que el último invento para asustarnos hasta los huesos, para que no podamos pensar en nada porque el miedo nos paralice, aparece en nuestras vidas: una enfermedad contagiosa, africana, con una mortalidad y una capacidad de contagio descomunales: el Ébola. El Ébola está en España, en Europa, en el mundo. ¡Que viene el Ébola!

El Ébola además es un excelente señuelo: viene de África, el continente pobre que envidia nuestro bienestar. Lo trae el gobierno más fascista de la democracia y viene de la mano de la ministra más relacionada con la corrupción. Tenemos carnaza para remover las vísceras de casi todas las ‘sensibilidades’ sociales. Desde muy rojos hasta muy azules muy, muy poquitos podrán resistirse. O eso piensan los diseminadores de intoxicación mediática.

En esta España empobrecida en la que el 40% de los empleados cobra menos de 5700 €/año, en la que de los 46.5 millones de habitantes sólo. 17.3 millones tiene empleo, la realidad de cada día, el hambre, la falta de esperanza en la realidad económica y por supuesto política es una verdad aplastante, constante, cotidiana. En los 3 años de gobierno Rajoy una buena parte de la población ha asimilado la situación. No porque se han vuelto críticos o concienciados, sino porque no han tenido manera de huir de esta realidad.

Y si, somos muchos millones. Siempre habrá unos decenas de miles que hagan ruido de cada una de las maneras posibles. Y el altavoz mediático falsificador pondrá mayoritariamente voz a los que hagan el ruido que refuerza al poder. Pero cuando la gente ya no come, no paga, no vive le resulta inverosímil y repugnante el circo frente a las necedades. ¿Que viene el Ébola? Que venga, que a mi ya no me queda nada que perder.

No cuela, señores de la prensa. No cuela, señores del gobierno. No cuela, señores de la banca. No cuela, señores de la empresa. No cuela, señores de la iglesia. No cuela porque en estos 3 años hemos podido entender que sois las 5 patas que sustentan la realidad en la que nuestro sufrimiento es el instrumento de vuestro beneficio, en la que vuestra mentira de victimización y lujo es nuestra verdad de pobreza y falta de expectativas.

La podredumbre de este sistema político y económico, comprendida al fin por tantos millones de ciudadanos, ya no puede ser ocultada con ninguna distracción. Ni siquiera el miedo a la muerte infecciosa va a mover apenas a nadie a distraerse, a reaccionar, a confiar en los malnacidos que nos han conducido a esta situación política y económica. Queremos justicia, dignidad, pan, paz. Queremos lo mínimo. Y queremos que los causantes, los culpables, los que se han enriquecido con este expolio paguen.

¿Vamos a morir todos? Claro, como siempre. Pero el Ébola no será el que nos mate. Si en cambio los desahucios, la pobreza, el paro, el hambre, la desesperación. Íbamos despacio porque íbamos lejos y, andando, andando, a este sistema corrupto y podrido y a sus mentiras ya imposibles de creer le quedan cada vez menos telediarios. Porque sin vida no vamos a apoyar nada y cómo unos pocos ya sabíamos y ahora lo vislumbra casi toda la población, lo que el sistema había diseñado para nosotros no es vida.

Señores poderosos, señores mentirosos, señores vendidos: el Ébola al que deben tener miedo es que la verdad ya no está escondida por más tiempo, y esa verdad es que son ustedes muy pocos, malnacidos, y viven a costa de que creamos sus mentiras. Y nuestro crédito, nuestra confianza, nuestro aguante … se acabó.

Vamos a morir todos (pero no de Ébola)

Claro que vamos a morir ¿dónde está la sorpresa?¿dónde la noticia? No existe
Luis W. Sevilla
viernes, 10 de octubre de 2014, 07:23 h (CET)
Estos días estamos viviendo en España (y en el resto del mundo) la última de las campañas mediáticas que nos intoxican el cerebro y claman a nuestras tripas, a que reaccionemos visceralmente, sin pensar. Los medios masivos de propagación de falsificaciones (también conocidos como ‘medios de información’) van a velocidad de crucero propagando esa obviedad: vamos a morir.

Este sistema sólo se sustenta en nuestra distracción y engaño permanente, en la anulación de nuestra capacidad reflexiva, de nuestra capacidad crítica, de nuestras características humanas más constructivas como la calma, la reflexión, la solidaridad, la simpatía, el apoyo a los demás. Los medios (televisión,radio,periódicos) son la correa de transmisión de las necesidades del sistema puesto que forman parte fundamental del mismo. El sistema es este orden de cosas, este equilibrio social, el ‘statu quo’.

La cima del sistema, los muy, muy adinerados, depende por completo de una falsificación permanente de la realidad: una economía planetaria corrupta, mafiosa, que deja dividendos elevadísimos de la guerra, la explotación, el expolio. Un sistema planetario genocida en el que hay riqueza disponible para que los 7200 millones de personas vivamos perfectamente, pero que sustenta violentamente los desequilibrios mediante barreras en todas partes: fronteras, sobornos, una alta militarización y la justicia universal inaplicable.

Paraísos fiscales, miles de millones de euros entregados a bancos de todo el planeta, una hipocresía inaguantable sobre la aplicación de los derechos humanos … y las televisiones, radios y periódicos infestadas de mentirosos instrumentales, de falsificadores, de sinvergüenzas que condenan a la inmensa mayoría a la ignorancia para poder ganar unos pocos miles. La inmensa mayoría de los que salen hablándonos por la tele son unos vendidos.

Mentiras y Miedo. Todo funciona solo si tenemos miedo. Las encuestas del CIS miden la eficacia del telediario, de la prensa. Pulsan el estado de opinión de los ciudadanos. Si leemos despacio y con cuidado las preguntas emana una metapregunta: ¿Cuanto se está creyendo nuestro cuento señor/señora? ¿Nuestro guiñol la tiene suficientemente embotada? ¿Con qué estamos asustándole/ asustándola eficazmente?

En 3 años de gobierno 1 millón de personas han quedado sin cobertura sanitaria. En el mismo tiempo se han destruido más de medio millón de puestos de trabajo, dos millones y medio desde mediados de 2008. 1 de cada 4 personas que puede y quiere trabajar no encuentra cómo, dónde, para quién. Todos los costes de servicios públicos se han encarecido, a la vez. Todo el sector financiero español se ha hundido, a la vez. Y en estos 3 años el tufo pestilente del robo desde la política, la banca y la empresa no ha parado un solo día.

En esto que el último invento para asustarnos hasta los huesos, para que no podamos pensar en nada porque el miedo nos paralice, aparece en nuestras vidas: una enfermedad contagiosa, africana, con una mortalidad y una capacidad de contagio descomunales: el Ébola. El Ébola está en España, en Europa, en el mundo. ¡Que viene el Ébola!

El Ébola además es un excelente señuelo: viene de África, el continente pobre que envidia nuestro bienestar. Lo trae el gobierno más fascista de la democracia y viene de la mano de la ministra más relacionada con la corrupción. Tenemos carnaza para remover las vísceras de casi todas las ‘sensibilidades’ sociales. Desde muy rojos hasta muy azules muy, muy poquitos podrán resistirse. O eso piensan los diseminadores de intoxicación mediática.

En esta España empobrecida en la que el 40% de los empleados cobra menos de 5700 €/año, en la que de los 46.5 millones de habitantes sólo. 17.3 millones tiene empleo, la realidad de cada día, el hambre, la falta de esperanza en la realidad económica y por supuesto política es una verdad aplastante, constante, cotidiana. En los 3 años de gobierno Rajoy una buena parte de la población ha asimilado la situación. No porque se han vuelto críticos o concienciados, sino porque no han tenido manera de huir de esta realidad.

Y si, somos muchos millones. Siempre habrá unos decenas de miles que hagan ruido de cada una de las maneras posibles. Y el altavoz mediático falsificador pondrá mayoritariamente voz a los que hagan el ruido que refuerza al poder. Pero cuando la gente ya no come, no paga, no vive le resulta inverosímil y repugnante el circo frente a las necedades. ¿Que viene el Ébola? Que venga, que a mi ya no me queda nada que perder.

No cuela, señores de la prensa. No cuela, señores del gobierno. No cuela, señores de la banca. No cuela, señores de la empresa. No cuela, señores de la iglesia. No cuela porque en estos 3 años hemos podido entender que sois las 5 patas que sustentan la realidad en la que nuestro sufrimiento es el instrumento de vuestro beneficio, en la que vuestra mentira de victimización y lujo es nuestra verdad de pobreza y falta de expectativas.

La podredumbre de este sistema político y económico, comprendida al fin por tantos millones de ciudadanos, ya no puede ser ocultada con ninguna distracción. Ni siquiera el miedo a la muerte infecciosa va a mover apenas a nadie a distraerse, a reaccionar, a confiar en los malnacidos que nos han conducido a esta situación política y económica. Queremos justicia, dignidad, pan, paz. Queremos lo mínimo. Y queremos que los causantes, los culpables, los que se han enriquecido con este expolio paguen.

¿Vamos a morir todos? Claro, como siempre. Pero el Ébola no será el que nos mate. Si en cambio los desahucios, la pobreza, el paro, el hambre, la desesperación. Íbamos despacio porque íbamos lejos y, andando, andando, a este sistema corrupto y podrido y a sus mentiras ya imposibles de creer le quedan cada vez menos telediarios. Porque sin vida no vamos a apoyar nada y cómo unos pocos ya sabíamos y ahora lo vislumbra casi toda la población, lo que el sistema había diseñado para nosotros no es vida.

Señores poderosos, señores mentirosos, señores vendidos: el Ébola al que deben tener miedo es que la verdad ya no está escondida por más tiempo, y esa verdad es que son ustedes muy pocos, malnacidos, y viven a costa de que creamos sus mentiras. Y nuestro crédito, nuestra confianza, nuestro aguante … se acabó.

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