Se dice, se comenta, que el 10% de las familias más ricas de España poseen más de la mitad de las riquezas del país. Y la cuarta parte de la población vive en precario. La inmensa mayoría de las profesiones universitarias y los oficios no dan para hacerse rico y a nadie se le escapa que sin profesionales universitarios y oficiales estaríamos en al Edad de Piedra. El caso es que, en términos absolutos, hay muy pocos ricos y sobran profesionales y oficiales. Sin embargo, en términos relativos, cada vez hay más pobres a la vez que aumenta el número de ricos ¿Esto es lo deseable? Para la mayoría de la población, evidentemente, no; no puede serlo, aunque esa misma mayoría parezca pensar lo contrario ¿Será cosa de sentido común? Podría ser, aunque si así fuera habría que pensar que el sentido común no tiene nada que ver con la lógica de las cosas. Y por ahí van los tiros. El sentido común que actualmente impera nos dice:
-Tiene que haber pocos ricos y muchos pobres.
-Las profesiones y oficios son necesarios, pero los emprendedores son imprescindibles para la economía del país y la creación de empleo.
-Los empresarios tienen derecho a enriquecerse pues son ellos los que arriesgan sus patrimonios para el bien de la economía del país.
-Los profesionales y oficiales han de percibir salarios moderados para el bien de la economía del país. Y, si no somos productivos, los profesionales y oficiales deberán quedarse sin empleo, sin otra ayuda que los comedores sociales de Caritas, que para eso están.
Bueno, parece que este sentido común está un poco en contra de la lógica de las cosas que nos dice:
-La riqueza ha de estar repartida con equidad, al igual que las obligaciones de los trabajadores y empresarios con el erario.
-Las profesiones y oficios son imprescindibles para la producción de bienes de uso y servicios, los empresarios son agentes de la economía prescindibles.
-Los empresarios no tienen derecho a enriquecerse a costa del plusvalor generado por los trabajadores. Además, de la misma manera que el empresario arriesga su patrimonio en la puesta en marcha y mantenimiento de su empresa, el trabajador arriesga toda su vida productiva al prestar su fuerza de trabajo, destreza y tiempo en hacer posible el funcionamiento de la empresa.
-Los profesionales y oficiales han de percibir salarios dignos que les permitan comprar los bienes de uso y servicios necesarios para vivir decentemente y activar el consumo, factor imprescindible para mantener la economía del país sana. Y si no somos productivos, deberemos dedicarle más atención a la investigación.
-No se debe abandonar a su suerte a los que han caído en desgracia. No es Caritas, sino el conjunto de la sociedad, a través de sus instituciones, la que ha de proporcionar a aquellos que viven en la exclusión social, por causas ajenas a su voluntad, las condiciones necesarias para llevar una vida digna.
Pienso que la solución a nuestros problemas radica en cambiar el sentido común y ajustarlo a la lógica de las cosas. O, lo que viene a ser lo mismo, sustituir el actual sistema capitalista por otro modelo económico próximo al socialismo ¿Es esto posible hoy en día y en el mundo en el que vivimos? Pues no lo sé, el caso es que nos va la vida en ello.